Cuando volviamos a casa,le compré un collar igual que el de Silvestre y los boles para alimentarse.Después arreglaría las cosas para que no hubiese problemas.
Entramos en casa,donde Silvestre estaba durmiendo en el sofá y Rex en su cama,yo bajé a la gata de mis brazos y la dejé a su aire.
Ella no lo pensó mucho y acompañó a Silvestre en el sofá,este al percatarse de su presencia se asustó,pero empezó a jugar con ella.Eran demasiado tiernos,no resistí el hacerles una foto.
Me acerqué a ellos y a la gata le puse el collar,luego me senté a su lado y la acaricie un poco,pensando que nombre ponerle.
—¡Ya esta!—exclamé.—Te llamarás Kitty.
Fui a la cocina a prepararles la comida a mis pequeños amigos,para lueho comer yo.
Mientras lavaba los platos,escuche un ruido fuerte proveniente de la sala,al ir hacía allí,vi algo sorprendente.Las dos fuguritas que tenía sobre la chimenea habían caído al suelo y los gorritos azules que llevaban,los tenían puestos Kitty y Silvestre.
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Eran un par de terremotos,pero terriblemente adorables.Se camarón mu corazón en un santiamén.
