-Pequeña, tu padre nos mandó a buscarte. ¡Sal!
-Rin, no deberías gritar. Delatas nuestra posición.
-Que es justo lo que necesitamos. Esa niña está por ahí perdida, Len.-me contesta Rin.
Llevamos quince minutos buscándola. Tengo la garganta destrozada de gritar, aunque apenas he gritado desde que entramos en la zona profunda del bosque, que es donde moran los malhechores. Ya no hay camino que seguir, los árboles nos rodean y no dejan pasar la luz del sol, por lo que vamos en penumbra, aunque tenemos suerte de que aún sea de día. De noche no veríamos más que nuestra nariz.
-Delatas nuestra posición, sí, pero no solo a la niña. También a los ladrones, secuestradores y violadores.
-Eres un miedoso. No se nos echará nadie encima. Nosotros podemos defendernos. Pero, ¿y ella? Ella está sola, Len.
-Ya, pero...
-¿Quién anda ahí?-suena una poderosa voz.
-¡Solo somos dos jóvenes buscando a una niña pequeña para llevársela a su padre!-grita Rin intentando ver entre los árboles.
De entre los arbustos salen seis hombres y mujeres armados con algo que solo habíamos visto en libros: pistolas. Según los mayores, después de la Gran Explosión, volvimos a la Era Edo: todas las armas destruidas y los sabios muertos. Solo quedaron los campesinos y los más humildes, por lo que volvimos atrás en el tiempo.
-¿Cómo tenéis esas pistolas?-pregunto asustado.
-Oh, ¿sabes qué son? Entonces también sabrás que una sola bala puede matarte. Son de unos restos que encontramos. Pero, por ahora, vais a venir con nosotros y os convertiréis en nuestros esclavos.
-¡Jamás serviré a alguien como vosotros, maleantes de pacotilla!
-Oh... Vaya... ¿Qué tenemos aquí? Una preciosa jovencita con aires de grandeza... Tal vez debamos enseñarle modales, ¿no creéis, chicos?
-Modales os enseñaría yo, sucios ladrones.
-¿Quién osa llamar a los Oncers algo tan vulgar como "sucios ladrones"?-dice una voz desde los árboles, sin mostrar su cara.
-Líder Álvaro...
-¿Álvaro? ¿Qué clase de nombre es ese, por Dios?
-Es un nombre que hace mucho que nadie escucha. Fue de un malvado chico que estuvo a punto de conquistar el mundo.
-¿Y eso de Oncers? ¿Qué clase de...?-le tapo la boca inmediatamente.
Oncers. No sé lo que significa, pero no parecen bandidos normales. Hay algo... raro en ellos.
-Comprendo que a unos niños como vosotros no entendáis inglés. Supongo que vuestros mayores jamás os enseñaron y jamás os enseñarán. No quieren que os relacionéis con el pasado. Oncers es el principio a Once upon a time. Es decir, Érase una vez. La frase por la que comenzaban todos los cuentos de hadas.
-¿Y por qué os hacéis llamar así?-pregunto con curiosidad.
-Muy claro. Sabemos que los del pasado aún viven. Buscamos pistas, algo para poder saber dónde...
-¡Eso es imposible! ¡Todos murieron en la Gran Explosión salvo las dos familias!-salta Rin interrumpiendo.
-Ay, pequeña... Me caes bien, tu inocencia y tu ignorancia me resultan graciosas. Yo no soy ni de una ni de otra. ¿Estás diciendo entonces que yo no existo?
-Tú debes ser de alguna de las dos, pero no lo quieres reconocer.-dice Rin cada vez más mosqueada.
-Mi apellido no es ni siquiera japonés. Ah, cierto, no sabéis que sois japoneses.
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Gekokujou (Revolución)
Teen FictionQuince años después de la Tercera Guerra Mundial solo existen dos grandes bandos: la familia Hatsune y la familia Kagamine. Ambas familias han acordado unirse en una sola para evitar más muertes de las que ya ha habido. Gobernará la joven Miku, de 1...