-¿Cómo va a ser eso posible?-digo tomando la carta que sostiene Len y leyendo la primera frase.
Es real. Ella está viva. Solo puedo pensar en eso. Me aferro a ese único pensamiento. Mamá está viva. No murió. No murió.
-Rin, termina de leerla o dámela. Quiero leerla.
-Yo la leeré.
"Querido LeRin:
Hacía mucho que no os veía. Habéis crecido tanto... El pelo te ha crecido, Len, y tú has decidido llevar las pinzas que te regalé, Rin. Estáis tan grandes... Tan fuertes... Y os echo tanto, tanto de menos... Todos los días pienso en vosotros, en mis niños. En cómo estaréis, en qué estaréis comiendo o pensando... Ha sido una grata sorpresa el encontraros en el bosque. No me habéis visto, lo sé, pero yo a vosotros sí. He visto la valentía de mi hija y la prudencia de mi hijo. Amaría tanto el volver a encontraros... Espero veros pronto y contaros algo que deberíais haber sabido desde el primer día. Os pido perdón por haberos mentido. Papá está bien, está conmigo. Dentro de poco, hijos míos, nos reencontraremos. Perdonad que nos hayamos escondido de la sociedad y de vosotros.
Con cariño,
Mamá."
Ambos estaban vivos. Los dos. No podía creerlo. Sin embargo, la tinta era reciente. No era ninguna broma. Nuestros padres están vivos. Habían fingido su muerte. Nos habían engañado. Nos habían mentido. Se habían ido de nuestro lado dejándonos aquí solos, ante el mundo, ante la vida real. Aun sin estar preparados. Algo dentro de mí me comienza a quemar. Quiero gritar, tirar cosas, llorar y reír a la vez. Tengo todas las emociones dentro de mí. No hay nada que pueda hacer que me calme. Arrugo la carta y me empiezan a caer lágrimas. Suelto la carta, que cae al suelo, y comienzo a pegar a Len. Sé que no debería, pero él me abraza con fuerza, en señal de que puedo seguir. Me canso de pegar y acabo llorando en sus brazos. Noto como mi pelo se humedece, Len también está llorando. Nuestros padres nos abandonaron y ahora nos piden perdón por medio de una carta, a la cual no podemos responder. Valshe entra a avisarnos de que el amanecer se acerca. Obvia el hecho de que estemos llorando y se marcha. Sabe que algo anda mal y que se lo contaré cuando esté preparada. Valshe es mi mejor amigo, siempre me entiende y siempre se lo cuento todo. Len y yo nos secamos las lágrimas, nos lavamos la cara y vamos con Valery al patio de armas. Al llegar, Mikuo nos está esperando al lado de los caballos, mientras le da algo de comer al suyo.
-Buenos días. ¿Habéis descansado bien?-dice mientras se rasca la oreja.
-¡Sí, muchas gracias! ¿Y tú?-dice Valery animada mientras se toca el pelo.
-Sí, muy bien. ¿Os pasa algo? Parecéis desanimados. O no, mejor sería... Como si acabárais de ver a un fantasma.
-No es asunto tuyo, Mikuo.-respondo. No me hace mucha gracia su compañía.
-Como queráis. ¿Preparados para la primera clase? Pues venid conmigo, os enseñaré donde aprenderéis inglés.-dice mientras se adentra en los establos.
Le seguimos. Mikuo sube por una pequeña escalera semioculta y vamos a la parte alta de los establos. Nunca había visto esta parte. Está dividida en pequeñas habitaciones, cada una con diferentes cosas: armas, comida para los caballos... Pero hay una más pequeña que todas las demás, y está vacía.
-Bueno, esta será nuestra clase. Nos veremos aquí cada martes y jueves a las seis de la tarde. Así que os quiero con las pilas puestas para esta tarde. Ya podéis iros.
-¿Para eso nos haces levantarnos tan temprano?-pregunto yo. Aún tengo sueño.
-Os iba a enseñar un poco, pero debido a la cara que traéis, os ha pasado algo, algo gordo, y no quiero que os distraigáis en mis clases, dado que perderte una es perderse en el inglés.
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Gekokujou (Revolución)
Teen FictionQuince años después de la Tercera Guerra Mundial solo existen dos grandes bandos: la familia Hatsune y la familia Kagamine. Ambas familias han acordado unirse en una sola para evitar más muertes de las que ya ha habido. Gobernará la joven Miku, de 1...