Las Crónicas de Godsfall (The Godsfall Chronicles) libro 1 - The Wastelander

Capítulo 8 - Puesto de avanzada de Blackflag

El sol poniente era tan rojo como la sangre, manchando el suelo con su luz carmesí. La arena estaba siendo expulsada en los desiertos del desierto.

El vehículo de retazos era como un animal loco que cargaba directamente hacia el puesto de avanzada. Momentos antes de que chocara con las puertas, el conductor giró furiosamente el volante, lo que provocó que el auto se detuviera ruidosamente y se detuviera en una posición horizontal "estacionada". Las ruedas excavaron dos profundas gubias en la tierra blanda antes de que el vehículo finalmente se estabilizara, a pesar de que se estremeció y sonó como si estuviera a punto de estallar en fuego. Algunas piezas de maquinaria desconocida en realidad se rompieron y cayeron al suelo.

"¡Ahaha!" El hombre gordo dejó escapar una risa jubilosa, sin preocuparse por el vehículo en absoluto mientras apagaba su cigarrillo en el tablero de instrumentos. "¡Estamos de vuelta!"

Después de sufrir este inseparable viaje rocoso, Cloudhawk no pudo evitar comenzar a vomitar una tormenta. Por desgracia, no había nada de comida en su estómago, por lo que todo lo que pudo vomitar fue bilis. En cuanto a los mercenarios que los rodean, todos se echaron a reír y se burlaron de su último novato.

"¡Jajaja!"

"Este niño es un gatito. ¡Es inútil!

"Si quieres volver y ser un scav, ¡todavía hay tiempo!"

Cloudhawk sintió como si sus intestinos se estuvieran desmoronando. ¿Quién demonios podría soportar un viaje en coche así?

Estos mercenarios conducían como locos suicidas. Esta fue la segunda vez que Cloudhawk montó un auto. Que él pudiera soportarlo todo el tiempo que tenía era bastante impresionante. Cloudhawk levantó la cabeza y estaba a punto de comenzar a discutir con los mercenarios, pero sus palabras murieron en sus labios mientras miraba aturdido hacia el frente.

Este era un lugar que en realidad podría llamarse una ciudad. Estaba rodeada por una capa de alambradas de alambre de acero erizado, con muchos neumáticos en ruinas, piedras y bolsas de arena apiladas para formar un "muro" defensivo, con una serie de torres de vigilancia de madera que miran desde atrás. Las torres de vigilancia tenían aproximadamente siete u ocho metros de altura, y cada torre de vigilancia tenía numerosos guardias arqueros dentro de ellas.

"Tartarus mercs. ¡Abrir!"

La 'puerta' era en realidad solo un camión gigante muy modificado que estaba estacionado horizontalmente frente a una abertura. Una vez que los guardias verificaron sus identidades, el camión se dirigió hacia un lado, lo que les permitió entrar. El puesto de avanzada estaba lleno de muchas casas improvisadas e improvisadas que se agrupaban de manera fortuita, la gran mayoría de las cuales tenía gente dentro de ellas. En el centro, había un edificio alto que parecía excepcionalmente llamativo.

¿Así que esta era una base de excavadora?

El corazón de Cloudhawk estaba lleno de increíble entusiasmo y emoción. Toda su vida, por lo que podía recordar, había sido un carroñero que había estado tratando de sobrevivir las ruinas lo mejor que podía. Todos los días, comía insectos y pasto para mantenerse vivo mientras tomaba agua de lluvia altamente contaminada. Convertirse en un excavador ... ¡este era el sueño de Cloudhawk!

El puesto de avanzada estaba ahora ante sus propios ojos. ¿Estaba a punto de descartar su vida anterior de cenar en el viento y dormir a la intemperie?

Algunos de los guardias se acercaron para saludarlos. "Ustedes han estado fuera por varios días. ¡Debo haber matado esta vez!

Los guardias de avanzada se vestían con armaduras de cuero color bronce, y llevaban gafas protectoras contra el viento y máscaras de respiración que cubrían la mitad de sus caras. Sus miradas se centraron en Cloudhawk, y uno de ellos dijo de una manera bastante maliciosa: "Oye, ¿una cara fresca? ¡Eso está en contra de las reglas!