Unintended (Lightning FF X Nero DMC)

Perdón

El viento cálido chocaba con su rostro mientras la pelirosa blandeaba su Blazefire con velocidad en contra del mismo. Una y otra vez realizaba cortes al aire intentando mejorar su habilidad en el combate. No tenía necesidad de entrenar, no tenía necesidad de hacer nada en realidad. La herida de su pierna ya estaba cicatrizando gracias al medicamento y su cuerpo había descansado lo suficiente para regresar a sus actividades diarias. Pero nadie la dejaría hacer eso, ni Serah, ni Noctis, ni el doctor o el teniente de su escuadrón.

Desde su salida del hospital no tenía contacto con nadie más que su hermana quien la llamaba por las mañanas para comprobar que todo estuviera bien. La dulce y comprensiva voz de Serah la reconfortaba un poco, mas no era suficiente para que Lightning dejara de pensar en quien los había atacado aquel día.

Su reporte ya había sido entregado al cuartel general y seguramente seria uno de los principales casos a investigar. Lightning suspiro con fuerza y se dejó caer sobre el verde pasto colocando su Blazefire junto a ella.

En el cuartel le informaron que alguien se atrevió a cruzar el portal y llevar en su poder a la mítica espada Yamato, que según Dante le había explicado, le fue robada años atrás por un absoluto desconocido.

Noctis le aseguro a Lightning que se haría cargo de atrapar a aquel sujeto y Dante también confirmo estar investigando por su cuenta.

Los ojos de la chica miraron hacia el cielo divisando la inmensidad del mismo. De Nero no sabía nada y prefería que las cosas siguieran de aquel modo. No podía contarle toda la verdad ni mucho menos decirle que no lo consideraba un monstruo y que en el fondo ella también se había enamorado de él. La pelirosa debía actuar con mucha cautela por que no estaba dispuesta a romper el juramento que hizo meses atrás.

Se levanto del suelo tan solo para darse cuenta que un par de lagrimas bajaban por su rostro. Sonrió con tristeza al darse cuenta que después de todas sus dudas aún seguía siendo humana.

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Se preparo para salir una vez que cayo la noche, tomo su chaqueta, un poco de dinero y las llaves de su casa. Camino con la mirada baja durante al menos una hora y luego tomo el metro que la traslado inmediatamente a un lugar desconocido. Llego a un pequeño bar local y pidió un trago. Rara vez bebía, pero ahora más que nunca necesitaba algo que interrumpiera sus pensamientos. Tomo de la copa que el cantinero puso frente a ella, llegando al fondo de la misma en cuestión de segundos, pidió un nuevo trago y bajo la mirada hacia el suelo cerrando su puño y dejando caer algunas lagrimas sobre la tela de su ropa. Odiaba ese sentimiento tanto como odiaba querer olvidarse de él en ese momento. En ese mismo instante. Se tomo la segunda copa y se largó de aquel maldito lugar.

Si no lo enfrentaba jamás se olvidaría de aquello, pero no estaba lista y dudaba que algún día lo estuviera. Se limpio las lagrimas con rabia, se sentía vulnerable a todo, por que todo le recordaba a él, a ese chico de cabello plateado y de sonrisa arrogante que le rompía el corazón.

El cielo se nublo y la lluvia comenzó a caer, empapándola en cuestión de segundos, al menos de esa forma podría disfrazar las lágrimas que continuaba derramando. Se quedo ahí quieta disfrutando de esa sensación de derrota. Que le hacía pensar en la posibilidad de un nuevo comienzo.

Cuando la lluvia paro, Lightning tomo un autobús para volver a su casa.

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Pasaban más de las dos de la madrugada cuando el autobús la dejo en la parada mas cercana a su hogar, camino en silencio intentando mantener su mente despejada. Estaba a punto de abrir la puerta cuando escucho la voz de un hombre llamarla. Sabia que no podía enfrentarlo así que se dispuso a entrar antes de que el estuviera lo suficientemente cerca para ser capaz de detenerla, pero las cosas le salieron mal y pudo sentir el calor de su cuerpo junto a ella

—Creo que témenos que hablar— dijo el tomándola de la mano, alejándola del pomo de la puerta. Una ligera mezcla de olor a vodka y duraznos le invadió los sentidos a Nero —hay algo que quiero decirte—

—No Nero, hay algo que voy a decirte primero— dijo Lightning dando un paso hacia él, sus cuerpos acortando distancia —necesito que me perdones por haberte mentido, por que creo que solo así podre volver a estar tranquila— el chico la miro reconociendo la sinceridad de la pelirosa —no eh podido dormir desde entonces y...— sus ojos se llenaron de lagrimas

—Te perdono— Nero la tomo entre sus brazos y la pego a su pecho —pero voy a necesitar que tu también me perdones por haberte hecho daño— Lightning se tomo un segundo para contemplarlo, para observar esos ojos azules que la llenaban de alegría

—¿Como podría perdonarte? Si no has sido tu quien me ha lastimado— sus manos se aferraron al pecho del chico, atrayéndolo hacia ella para poder besarlo.