Unintended (Lightning FF X Nero DMC)

Un mes antes

Las misiones se habían terminado para todos con la llegada de la primavera. La mayoría de los soldados ahora regresaban a casa con sus familias. Serah y Snow continuaban de luna de miel. Así que Lightning no tenía muchos deseos de volver a Cocoon.

Estaba sentada ahí frente al mar, con la brisa del viento sacudiéndole los rosados cabellos. Tenía los codos sobre sus rodillas y miraba fijamente hacia el infinito.

Estaba a punto de irse cuando escucho las pisadas de alguien acercándose a ella.

—Hey Noct— el chico aún se encontraba tras ella, pero después de tanto tiempo era imposible no reconocer su estilo al andar

—Hey — se limitó a decir el moreno tirándose sobre la arena a un lado de Lightning

— ¿No piensas irte? — ella volteo a verlo con una fingida sonrisa

—No— Noctis la miro detenidamente, sabía que algo le estaba pasando, pero no quería presionarla para hablar

—No creo volver el próximo año— confeso finalmente el moreno— Lightning se giró para contemplarlo y prestarle mayor atención —tengo que prepararme para ocupar el trono y... — esto último parecía costarle aún más trabajo — supongo que eso incluye casarme con alguien a quien no conozco— la pelirosa no estaba segura de sentir alegría por el chico, así que lo rodeo con sus brazos y lo acerco a el —siempre voy a recordarte— le aseguro

— ¿Qué? — pregunto Noctis ofendido —no estoy muriendo o algo así, además mi esposa seguramente será muy guapa— Lightning empezó a reír

—Seguramente— afirmo con una sonrisa

———

Todo estaba normal en Devil May Cry. Trish sentada en una esquina del escritorio mientras Dante admiraba una por una las fotografías de chicas en la revista para adultos que tango le gustaba leer. Nero estaba recostado en el sillón escuchando música, tenía el ceño fruncido y a pesar de su llegada una semana antes, aun no tenía la intención de explicarle a Dante el motivo de su regreso. Alguien toco a la puerta. Dante le ordeno a Trish amablemente que atendiera y ella simplemente lo ignoro mientras contemplaba su reflejo en un pequeño espejo y se retocaba el labial. El hombre de cabello plateado se puso de pie con gran pesar, Nero pudo ver como mascullaba palabras o insultos, pero para cuando el menor detuvo la música, Dante ya estaba atendiendo a su visita.

—Farron— le escucho decir a lo lejos — si ya recuerdo— confirmo —pues adelante— la atención de Nero estaba completamente sobre su tío y su misterioso invitado. Seria demasiada coincidencia encontrar a otro Farron. Entrecerro los ojos y contemplo una figura femenina abrirse paso entre la oscuridad. Trish dejo de verse en el espejo, alzo la vista hacia la invitada y sonrió con una mueca extravagante como la que se le dedica a un viejo conocido

—Hey— dijo la rubia mientras se ponía de pie para saludar a Lightning. La pelirosa correspondió su abrazo e intento saludar a Nero, pero Dante la interrumpió bloqueando el intercambio de miradas

—Supongo que tendremos que ordenar pizza— Trish se quejó reclamándole un sin fin de cosas mientras Lightning permanecía seria mirando fijamente a Nero —Hey niños, desde aquí se siente la tensión entre ustedes— grito Dante sentandose nuevamente en el escritorio. Nero mascullo una maldición y se puso de pie

—Yo iré por la pizza— les indico antes de salir por la vieja puerta de madera.

—Vaya, vaya cada día se parece más a su padre— se burlo Dante, dirigiendo una rapida mirada a Trish quien se limito a sonreirle un poco.

Cuando Nero volvió Dante y Lightning platicaban muy de cerca y no pudo evitar que aquello le molestara. Ninguno se había dado cuenta de la presencia del chico en aquella habitación

—Hay algo que dejamos pendiente— le susurro Dante a la pelirosa con un tono coqueto que le hizo hervir la sangre a Nero

—Eso fue hace muchos años— recordó Lightning mientras se acercaba peligrosamente a los labios de Dante quien le sonrió de manera macabra

—Entonces no se hable más— el viejo dejo caer la palma de la mano contra el escritorio, se puso de pie de manera escandalosa y arrojo su pesada chaqueta en el aire para luego darse una vuelta majestuosa y bastante ridícula. Trish bajo las escaleras con una pequeña caja entre sus manos

—Supongo que comeremos pizza y jugaremos monopoly— sonrió mientras se acercaba a ellos con su distintivo meneo de caderas, lo que aun no era muy comun para Nero, en todo el tiempo que llevaba de conocer a la rubia jamas la habia visto sonreir tanto —como en los viejos tiempos— Trish dejo el juego de mesa sobre el escritorio —¿quien va primero?— pregunto tomando los dados y arrojandolos. A Nero le dieron unas ganas enormes de desaparecer, al menos cuando estaban matando demonios no pensaban en tantas tonterías

—Entonces que dices niño. Tú y Light contra Trish y yo— le reto su tio, desplegando una sonrisa macabra. Nero rodo los ojos y se puso de pie

—¿Por qué no?— respondio

———

El juego termino después de cuatro horas, lastimosamente Trish y Dante habían perdido gracias a la avaricia del ultimo por intercambiar favores personales a cambio del pago de rentas, aunque todos sabían que eso no formaba parte de las reglas del juego.

Lightning bostezo. Había tenido un largo viaje y ahora solo pensaba en dormir un poco para recuperar sus energías

—Puedes dormir en la recamara de invitados— le indico Dante a la pelirosa a lo que Nero rápidamente recrimino

—Esa es mi habitación—

—Por Dios, Nero— su tío alzo la voz —debes ser caballeroso—

—Entonces por qué no le ofreces tu recamara— se quejó el menor

—Eso— dijo Dante — está fuera de discusión, hay muchas cosas ahí que podría asustar a la señorita— guiño un ojo —supongo que tendrán que compartir la cama— susurro en tono burlón con una amplia sonrisa en su rostro.

Lightning seguía seria contemplándolo fijamente como si estuviera a punto de ahorcarlo, luego se dio la vuelta dirigiéndose a las escaleras

—Tal vez tengas que dejar la casa sola, puede que hagamos mucho ruido— le recomendó devolviéndole el gesto y guiñando también un ojo. La sonrisa de Dante se desvaneció por completo tornándose en una expresión de asco, intento quejarse con Trish, pero ella ya no estaba. La pelirosa le tomo la mano a Nero y los dos subieron hacia la planta alta.