Tenía el cabello muy brillante y de un color muy lindo. Terminé de alisárselo y le puse laca.
-Pues ya estás.-sonreí de lado.
-¿Cuántos años tienes?-se recostó en la silla en vez de levantarse y dejar pasar al siguiente.
-Tengo que seguir, no puedo...
-¿Dónde vives?-ignoró mis palabras poniéndose las manos detrás de la cabeza.
-Oye, tengo que seguir, te ruego que te vayas o me despedirán.
-Contesta a mis preguntas y me iré.Tomé aire y lo solté resignada.
-Está bien... Me llamo Alexa, tengo 22 años y vivo en el edificio Wembley, ¿contento?
-¿Me das tu número?-se miró las uñas.
-Am, no. Vete.
-Entonces me quedo.-se cruzó de brazos.
-Por favor, te lo suplico.-junté mis manos.Sacó un ticket de compra, un bolígrafo y me los dio.
-¿Si te lo doy, me dejas trabajar?-estaba de los nervios y eso parecía encantarle.
-Ajam.-asintió.Lo escribí y se lo devolví.
-Gracias, Alex.-sonrió levantándose.
Cuando acabé a todos los chicos estaba agotadísima así que nada más terminó el concierto, pude irme.
Llegué a casa y vi a Izzy sentado en el portal.
-¿Qué haces aquí?-suspiré cansada.
-Esperarte.
-¿Para qué? Izzy, tengo sueño...
-Para darte esto.-me interrumpió sacando una rosa de detrás de su espalda.Sonreí tomándola.
-¿En serio?-lo miré y asintió-Gracias, es muy tierno.-lo abracé.
-Tengo que irme, ¿mañana haces algo?-me miró.
-Am...en principio no.
-¿Te gustaría ir conmigo a dar una vuelta?
-Claro, ¿a qué hora?-sonreí.
-¿Pasó por ti a las 8?
-Genial.
-Pues...hasta mañana, Alex.-sonrió.
-Hasta mañana, Izzy.-lo imité entrando al edificio.En mi habitación, puse la rosa a secar para conservarla y me dejé caer en la cama mirando al techo.
Narra Izzy:
-¡Ya estoy en casa!
-¿Y esa sonrisa Stradlin?-Slash estaba viendo la tele.
-¿Has visto a la nueva estilista?
-Sí.
-¿No es preciosa?-me tiré a su lado suspirando.
-Por favor, otra vez no...-rodó los ojos.
-¡Calla!
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Love Tour {Brian May e Izzy Stradlin}
Conto¿Acaso una maquilladora puede volver locos a dos grandes guitarristas? Alexa empezaba a un nuevo y exclusivo trabajo, tras mucha preparación, nunca pensó que acabaría tan bien acompañada.