CAPÍTULO 5

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Mansión CluedOT (13:10 p.m)

Carlos se quitó la sábana de la cabeza a la vez que Dave iba esparciendo besos desde la parte baja de su abdomen subiendo poco a poco hasta llegar a sus labios, donde se quedó por unos segundos saboreando la lengua del contrario para después tumbarse a su lado dejando el brazo derecho sobre el pecho del catalán.

Se quedaron callados mientras sus respiraciones se complementaban a la perfección, aún bastante aceleradas; al igual que su ritmo cardíaco. La habitación estaba en un completo pero cómodo silencio que ninguno de los dos quería interrumpir, pero al oír como sonaba 17 veces el reloj del recibidor; el andaluz se extrañó.

"¿Que hacía el reloj sonando 17 veces si es la una? Y además, un reloj nunca sonaría 17 veces."

Dave: Oye, que... deberíamoh volver con los demáh, ¿no?

Carlos: Yo estoy muy a gusto aquí, ¿5 minutitos? Va, porfa.

Dave: No, Carloh; luego si eso ya dormimos, vamoh rápido a ponernos la ropa anteh de que venga alguien; que creo que nos hemoh dejao la puerta abierta.

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(13:16 p.m)

Noemí ponía los platos sobre la mesa del comedor olisqueando lo que había preparado, espaguetis a la boloñesa y se sentía orgullosa de sus habilidades culinarias.

Mientras dejaba los cubiertos bien colocados, África; Marilia y Herby entraron en la estancia y en cuanto la de Madrid vio el plato, casi salta sobre la silla para empezar a devorarlo; y Noemí suspiró agotada.

África: Buah, what a maravilla; tía, te lo has currado. ¿Podemos hablar de la situación actual de felicidad y agradecimiento ante este manjar de reyes?

La catalana se recolocó las gafas y con una sonrisa, marchó a buscar más platos mientras Herby y Marilia; rozándose las manos adrede, se sentaban una al lado de la otro a la izquierda de África.

Herby: ¿Cuándo vendrá el anfitrión? ¿No dejó ninguna nota o algo para avisarnos? Es que se me hace raro que estemos comiendo y aún no haya venido.

Marilia: No sé, cuando Miki y yo llegamoh no vimoh nada; supongo que ya apareserá.

Y justo cuando acabó de pronunciar esa frase, entraron por la puerta con los labios hinchados y el pelo revuelto María y Marta; que se sorprendieron cuando vieron a las demás y se separaron un poco, sentándose frente a África y Marilia y seguidas de Noemí; Damion y Famous, que ayudaban a la mujer a traer varios platos más mientras África seguía a lo suyo.

Mientras la más mayor de todos depositaba algunos platos, les pidió a los dos chicos que fuesen a avisar a los demás de que la comida estaba lista; cosa que ambos hicieron sin rechistar.

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(13:20 p.m)

Llevaban un buen rato esperando, pero ninguno de los invitados aparecía; así que Marta empezó a hablar:

Marta: ¿No viene ehta gente o cómo va ehto? Que al final llegan a la hora de cenar.

África: Oye, pues mejor; más comida para nosotras.

María: Ya; pero estaría bien que además de venir a esta casa, no quedaran como el puto culo. 

Y mientras la madrileña gesticulaba con las manos, la puerta se abrió dejando paso a Damion y Famous; que venían seguidos de Sabela, Julia; Carlos, Dave, Joan; Miki, Noelia; Natalia y Alba.

África: ¡Bueno, que empiece el desfile; cariños, todos a sus posiciones!

La chica hizo ver que sacaba una cámara de fotos mientras todos pasaban haciendo poses y ella simulaba el flash chasqueando la lengua hasta que todos estuvieron sentados a la mesa

Noemí: Bueno, todo el mundo a comer... menos África.

Sabela: ¿Que poca comida no? Esto en Galicia es un aperitivo.

Julia: Si, Sabela; muy bien cari, pero ehto no es Galicia.

La andaluza, que estaba sentada al lado de la gallega; le dio una palmadita en el hombro para después empezar a comer.

Joan: Oye, una preguntita así rapidita; ¿y Alfonso?

Alba levantó la cabeza con los espaguetis metidos en la boca negando con los hombros mientras los demás se miraban confundidos.

Natalia: ¿Voy a buscarlo? Estará en su habitación.

Sabela: Va, te acompaño.

Ambas chicas se levantaron de sus respectivas sillas y salieron por la puerta en busca del venezolano, haciendo que en el comedor solo se escuchasen los cubiertos chocar contra el plato durante varios minutos; la casa estaba en tensión por algún motivo, un motivo desconocido.

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(13:22 p.m)

Fue varios minutos después de la salida de las chicas que ese silencio terminó con un grito de la de Pamplona, grito al que todos reaccionaron rápidamente. Se empezaron a levantar de las sillas casi cayéndose dejando que se tambaleasen mientras a paso ligero, incluso algunos corriendo; salieron en dirección al piso superior.

Llegaron todos a la vez al pasillo de la habitación de Alfonso, encontrándose a Natalia apoyada contra la pared frente al marco con la cara roja y la respiración agitada mientras se cubría la boca con las manos.

Extrañados, se asomaron a través de la puerta observando a Sabela; que estaba de espaldas a ellos, negando con la cabeza repetidas veces mientras su pecho subía y bajaba con velocidad.

Julia apartó a la gallega dejando ver a todos una imagen que les perseguiría en pesadillas:

Las gafas de Alfonso estaban en el suelo con una de las patillas rotas y los huecos de los cristales vacíos, con los fragmentos de estos dispersos por el suelo cercano. Subiendo un poco la vista, pero todavía en el suelo; había una bufanda de tela, tirada de cualquier manera; de color amarillo y morado. Llegando al sillón, se veían los pies del chico; tocando planos el suelo.

Y subiendo la vista hasta arriba, estaba él. Una de sus manos se encontraba sobre su cuello sujetándolo y la otra colgaba por el exterior de uno de los reposabrazos. Pero lo peor fue su cara, su boca; abierta en busca de aire, y sus ojos; abiertos como platos, presa del terror.

Estaba muerto.

El CluedOT 2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora