Los sentimientos son algo que uno no puede entender con rapidez, el desarrollo que estos necesitan y la cantidad de tiempo que lleva puede parecer algo difícil de entender y lo es.
La sensación que puede generar en uno el amor es simplemente indescriptible, algo que solo aquellos que realmente vivieron este puedes expresar, aunque no en simples palabras, ni tampoco actos, es simplemente algo que solo estos pueden disfrutar en su mas pura forma, llevando a pensar a uno lo complejo que podría ser.
La conexión entre dos seres puede ir más allá de estos, se puede generar algo que perdure mas allá del efímero tiempo que dure una vida. Normalmente las almas gemelas que se encuentran tienen un final sumamente trágico, generando que aquel fugaz momento de poder disfrutarse uno a otro se termine abruptamente.
La conexión del hilo rojo del destino puede perdurar más allá de una vida, llegando a lograr que aquellas almas gemelas se topen una y otra vez, quizás de diferentes maneras, sin mantener sus recuerdos de vidas pasadas, sin siquiera tener una idea de como es la apariencia de su otra mitad, pero haciendo que aquel amor e unión perdure por siempre, logrando así que en un momento y lugar específico estas partes convergen en un mismo lugar del universo y se les permita disfrutar de una vez por todas.
De repente, el azabache dio por accidente con el castaño, momento donde aquella historia daría un giro por completo y los llevaría a uno de los momentos más memorables de su vida, al menos durante el tiempo que duró el resto de esta.
Una relación se dio al poco tiempo, pero pese a todo lo bueno que esta había traído a la vida de ambos había un pequeño detalle que les traería un problema: Ambos eran Alfas. Su manada era bastante conservadora y, más aún, al tener en cuenta que el siguiente líder de la manada era uno de estos dos alfas, por lo tanto, la pareja decidió mantener toda su relación en secreto y así evitar que se genere un revuelo. Su amor no estaba permitido, al menos no para esa época, estar en aquella situación era desfavorable pero ellos lo hacían funcionar únicamente porque su amor era más fuerte que cualquier cosa en la tierra y, más encima, preferían ignorar las reglas y tradiciones de su manda pese a que esto los llevara a sufrir en un futuro cercano.
No eran más mucho, solo unos simples adolescentes enamorados, buscando ser felices, sin la real libertad de hacerlo, teniendo un amor clandestino gracias a los pensamientos que los coaccionaba.
En ese momento nada más les interesó, se dejaron llevar, se amaron como nunca antes, hasta que terminaron en una larga agonía que acabó con ambos, pero aún amándose, ya no en secreto y mostrándole al destino que, a pesar de no quererlos juntos en tal momento, ellos se reencontrarían en algún momento de su próxima vida, aunque con un pequeño juego por parte del este mismo, uno recordaría todo y el otro simplemente no.
— ¿Me olvidarás? — Preguntó con miedo en su voz el de cabellos castaños, mirando con amor y al mismo tiempo pena lo ojos de su amado, sintiendo como su mundo se venía abajo y poco a poco la luz de su vida se iba escurriendo y apagando, sintiendo como su mirada se tornaba borrosa y simplemente esperaba a la respuesta de su otra mitad.
— Sea aquí o en mil vidas más, nunca me permitiría olvidarte. — Su voz se tornó profunda y pesada, aquello sería su último suspiro, pero necesitaba expresar su amor al ajeno. — Te amo, no voy a parar de buscarte nunca espérame.
Y fue ahí, en su pequeño lecho de amor donde ambos perecieron, donde sus cuerpos inertes quedaron pero sus almas entrelazaron sus manos por última vez en mucho tiempo.Aquel lugar tan especial terminó siendo su lecho de muerte, aquel lugar donde el hilo rojo se fortaleció y una promesa que, a pesar de no haberse dicho de manera directa, se forjó, marcando un antes y un después en su relación a futuro.
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El tiempo pasó, las vidas, apariencias, todo esto cambió pero había algo en los recuerdos de uno que siempre lo hacían desplazarse de manera abrupta en busca de algo que no sabía siquiera donde estaba, pero que no pararía de buscarlo hasta dar con eso, o bueno, con él.
Solo en su mente pasaba esto, una imagen vivía presente en sus pensamientos, rondando por ahí incluso en momentos donde sentía que todo en su vida iba perfecto pero en cierto momento hubo un clic, llegando así a recordar la gran mayoría de cosas que había vivido durante aquella lejana vida, incluso la dulzura de aquel olor que el alfa tenía, pero solo podía recordar esto, más no su rostro. Jeon Wonwoo, el mayor de aquella pareja era aquel el que mantenía la mayoría de aquellos recuerdos. No había día en el que Wonwoo no recordará la imagen de aquella persona que era el amor de su vida, o mejor dicho, de sus vidas, sintiendo la frustración de ver borroso su rostro y fallando una y otra vez por dar con su persona.
Desde aquella época donde estos habían estado juntos habían transcurrido muchos años, su personalidad y manera de ser nunca cambiaron, pero si sus apariencias, volviendo todo mucho más complicado para Wonwoo, teniendo que recorrer cielo, mar y tierra en busca de su amado, el cual siquiera lo recordaba. Pocas veces pudo reencontrarse con él, pero su timidez y la gran lejanía que sentía con esta persona en tal momento le impedía acercarse, le carcomía la mente no poder tener las agallas suficientes como para intentar acercarse a este individuo, para poco a poco recordarle quien era, que era aquel hombre que sacrificó su vida por él, que lo cuidó y amó hasta aquel ultimo momento donde perecieron en su lecho de amor.
Kim Mingyu no tenía idea de todo lo que su compañero de vida había pasado para encontrarlo, pero Wonwoo tenía fe de que en algún momento volverían a estar juntos y que por fin podrían disfrutar uno de otro como hubieran querido hacerlo en su momento, pudiendo ser felices finalmente.
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Time to see each other again • Meanie • Omegaverse
Romance❝El amor es algo eterno, el aspecto puede cambiar, pero no la esencia.❞ ㅡ Jeff Zinnert. Ժ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ La época fue uno de los factores que afectó a Wonwoo y Mingyu, logrando lastimar sus corazones y haciendo que su lecho de amor sea s...