Capítulo 3

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"Día 3"

Me despierto cansada, dormí poco, dormí mal, pero siempre lo hago, no entiendo porque me levanto de esta manera, me siento como si hubiera corrido 5 cuadras y me tirara en la cama, muy cansada. El día es un poco más de lo mismo.

Cuando voy a tomar mi ducha, el agua no esta caliente como de costumbre, maldigo en voz alta, que estresante, parece que el día va seguir un curso difícil y malo, esos días de mala suerte. No hay que estresarse desde que uno se levanta. El día puede estar bien si uno se lo propone ¿no?

Salgo de bañarme, me depilo las piernas, me corto, sale sangre, la miro detenidamente, como cae por mi pierna, tan espesa, de un rojo oscuro, me encanta la sangre, me encanta verla a borbotones, exageradamente, de la forma que sea, pero me encanta la sangre, y como se ve, me gustan las muertes sanguinarias, no tengo la menor idea de porque, pero un día veía la televisión, buscando algo de mi agrado para entretenerme, y encontré Dexter, seguro conoces la serie, probablemente este haciendo mal al decir que veía esa serie, pero realmente me gusto, la vi encantada, dios es realmente buena. No soy más que una chica que le gusta ese tipo de cosas, lamento que suene retorcido, pero es lo que es y no planeo cambiar esa forma.

Cierro la puerta detrás de mi para ir a clases una vez he repetido la serie de cosas que hago todas las mañanas, pero me sorprende mi madre, esta cerrando el grande portón detrás de ella mientras yo salgo para dirigirme a la parada de autobús, demonios, no se si esto es realmente bueno.

-Te llevó al instituto -me avisa

-¿Segura? –pregunto dudosa, casi siempre eso sale mal. Siempre acepta como mi madre quererme llevar a clases, pero luego lo usa como si yo fuera un peso encima.

-Si, solo deja ir por unas cosas a la casa –dice adentrándose a la casa

-Bien –se que llegaré tarde

Sale de casa 10 minutos después, grandioso, la miro con recelo, creo que no entiende que no puedo llegar tarde a clase.

Vamos por las calles en el coche, escucho música, me gusta escuchar música, me relaja, o me gusta porque imagino cosas mientras la música resuena en mi tímpano. Mi madre me cuenta los problemas que hay, economía, cuestión de familia, de trabajo, suspiró, no me gusta saber que está mal por tampoco puedo ayudarla, no está en mis manos y creo que ella lo sabe y podría decir que solo necesita a alguien con quien desahogarse, pero no, ella busca ayuda y compresión por parte de sus hijas, escuchar nuestra situación no funciona, al menos en mí no, porque no sé como ayudar a mi madre.

El viento sopla y mi cabello baila con el, mi cabello, no me gusta mi cabello, todas mis amigas dicen que es bello, que les gustaría tenerlo que esta muy bien cuidado, no lo esta, soy muy torpe en ese tipo de cosas. Pero ellas insisten en que les gusta, un cabello de un café ámbar con un brillo castaño ámbar, largo, sin tintes, pero no, aun así, no me gusta.

-Solo espero que siempre me ayuden, que entiendan que las cosas son difíciles, pero ustedes están metidas en su mundo, y siempre haciéndose tontas en otras cosas –dice antes de que yo abra la puerta del coche

-Adiós mamá –digo antes de salir con tristeza

Me mira molesta, y arranca el coche frenéticamente, suspiro, me siento débil, me siento triste e inútil, no es que yo este en mi mundo siempre, es solo que no tengo donde más estar, mi madre me ha hecho tanto daño, psicológicamente y de alguna manera aun por ser mi madre la quiero, solo que no estoy para enmendar las cosas con un te quiero todos los días. Entro a clases con pasos perezosos, estoy perdida en mis pensamientos ¿soy un estorbo? ¿Realmente siempre soy tan estúpida como le parece a mi madre? No escucho a mis amigas, pienso, siempre estoy pensando, chica tonta, siempre haciendo cosas que no ayudan a nadie.

"Mi depresiva Psicótica"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora