Les digo la verdad, jamás pensé que Lucía buscara terminar así, entendía que sólo trataba de aceptarse y gustarse por como era pero llegó demasiado lejos.Narra Lucía:
Llegué hasta donde pude, no era mi objetivo, no les voy a mentir, todavía me faltaba perder 4kg para alcanzarlo.
Me ví acostada en una cama durmiendo, cables pasaban sobre mí cuerpo, no entendía mucho para qué eran pero sí por qué los tenía.
Observaba como mis padres iban y venían recorriendo el hospital y noté la cara de preocupación y tristeza que llevaban encima, mi mejor amiga llamada Martina me trajo un osito con una carta que decía "sé que sacarás fuerzas de donde puedas y te recuperarás, hermosa".
Ella siempre me hablaba sobre mi peso, yo nunca quise escucharla.
El día que fuímos a los 15 años de Mónica entró al baño y logró ver como provocaba mi vómito, se hizo la desentendida y pensé que no le importó nada lo que me esté pasando, para mí fue mejor, me molestaría mucho que se metiera en mis asuntos.
Eran las 3:00 am y mientras bailaba sentí como se apagaron las luces.
¿Realmente las luces se apagaron? Desperté y estaba en mi casa, mi mamá trató de llevarme al médico pero yo le insistí de que estaba bien, realmente no recordaba que había pasado.
Al día siguiente hablé con Martu y me comentó lo ocurrido, como ya lo habrán imaginado me desmayé, en ese entonces tenía 50kg, estaba más delgada, sí; pero no lo suficiente para que sospechen de mí.
"sólo fue un desmayo, me cayó mal algo, por eso vomité" le dije a Martina.
bueno, entremos a clases, me contestó.
Decidimos entrar a clase, mis compañeros me preguntaron qué tal estaba, no alcancé a responderles que llegó mi profesora e hizo un comentario de una charla sobre desordenes alimenticios a la cual deberíamos asistir en representación del Instituto, entre tantas palabras dijo ANOREXIA y sentí la mirada de Martina sobre mí, me incomodó pero me hice la que no me di cuenta.
Tres días después fuimos a la charla a la cuál me obligaron a asistir, entramos y me llamó la atención un dibujo en blanco y negro de una mujer, era muy lindo pero me confirmó que uno de los temas a charlar con profundidad era la anorexia.
Martina se sentó a mi derecha y Mónica a mi izquierda, la charla se hizo eterna yo no veía la hora de irme a casa, me sentía muy cansada y las diez horas que dormía por día no bastaban.
Antes de que finalice la extensa charla la doctora preguntó si había consultas, Martina levantó su mano, me miró y preguntó
¿Cómo podría ayudar a una persona que tiene anorexia?
La doctora respondió:
Tratar de ayudar a alguien con anorexia puede ser muy difícil; sin embargo, tu apoyo es vital para su recuperación. Haz tu mejor esfuerzo para hablar del problema con tu amigo o con tu ser querido sin hacer juicios de valor. Ofrécele ayudarlo a buscar tratamiento para el trastorno y ponte a su disposición para cuando te necesite. Si crees que el trastorno es grave, no dudes en buscar atención de emergencia.
Al terminar la charla Martina me abrazó diciéndome "contás conmigo, te voy a ayudar y jamás te dejaré sola", yo me quedé muda y caminé a casa sin hablarle ni mirarla en el trayecto.
Cuando comencé con la idea de perder peso mi primer meta era llegar a 55kg, en ese entonces yo tenía 65kg, a medida que pasó el tiempo perdía más y me convencía de qué esto era lo que quería.
Yo seguía en un hospital, recostada y dormida, viendo a la gente pasar, ir y venir, mi mamá me tomaba la mano diciendome que me amaba, mi papá la consolaba intentando no romperse él.
¿Realmente estaba muy mal?
¿En qué momento comencé a odiarme a mí misma?
¿En qué momento olvidé ser feliz?
¿En qué momento olvidé amarme?
Tenía muchas preguntas y no sabía como responderlas, sólo esperaba despertar, sólo quería abrazar a mi familia y a Martina.
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REFLEJOS
Teen FictionUna adolescente que busca un "cuerpo perfecto", pasando por alto su personalidad bondadosa y deteriorándose a medida que corre el tiempo. ¿Logrará darse cuenta que los reflejos son sólo eso, REFLEJOS?