Contrato de amor (YAOI)

Parte 7

-a poco no piensas casarte con migo en el futuro.

–Me lance hacia él y lo abrazo- claro que si mi amor.

-te quiero

-yo mas

Es algo que tenía muy claro estaba enamorado de Damián pero totalmente fuera de la gran felicidad que me hacía sentir este amor, estaban los prejuicios sociales el posible rechazo por parte de mi padre y eso no es nada comparado con que tendría que dentro de seis años estaría obligado a compartir el reto de mi vida con una chica a la cual no amo y que estaba seguro que ella tampoco a mí.

Aunque apenas conocí a valentina me di cuenta que vivía presionada por su padre, él podría ser de esos padres que quieren un hijo único pero cuando tienen una hija tratan de que sea lo más perfecta posible y bueno.... Eso lleva a la situación en la que estamos temen que el hombre que elijan como novio no sea de una familia que se adapte a lo requerirá cuando envejezca.

Pase con Damián toda la mañana las horas pasaron sin que me diera cuenta, hasta que me di cuenta de que el lugar que elegí para esconderme de mi cita con mi futura esposa era obviamente el primer lugar donde mis padres me buscarían así que no paso mucho tiempo hasta que se oyera un grito:

-¡Damián Alvarado¡ baja con Danilo en este momento

Entonces termine poniéndome un traje que el "Señor Ramírez" desde luego había pago y aun que cuando me lo puse me veía más ridículo que los trajes de marinero que mis padres me obligaban a ponerme cuando nos íbamos a tomar fotos familiares y el uniforme de primaria de mi escuela, cuando vi la etiqueta del precio me di cuenta de que costaba más que mi casa, cada vez me daba menos ganas de pertenecer a esa familia.

Cuando llegamos a la casa de los Ramírez nos recibió la empleada y de inmediato nos dirigimos al comedor donde había un montón de gente que parecía sacada de una de las novelas que mi madre ve por las noches, me hicieron sentar al lado de valentina, antes de cenar el señor Ramírez se paró y dijo:

-El motivo de esta cena es para presentarles a mi futuro yerno Danilo Barrientos y sus padres, espero que desde ahora empiecen a tratarlos como parte de nuestra familia.

En ese momento todas las miradas se clavaron en mí, me quede callado por un largo tiempo hasta que mi padre me miró fijamente y de manera titubeante dije:

-Buenas noches a todos, me llamo Danilo Barrientos......... y muchas.......... Gracias por su......... amable recibimiento.

Los presentes aplaudieron y pude sentir un poco de seguridad falsa. Pasaron muchas horas tantas que se volvieron insoportables no aguantaba oírlos más me estaba estresando. Cuando sentía que estaba a punto de dormirme sentí un toque en mi hombro, cuando voltee vi a un chico de cuclillas el cual me indicaba con su mano que lo siguiera, logre pararme y luego seguirlo arrastrándome por el piso. Salimos por una puerta enorme que llegaba a un jardín enorme.

-Perdón por haberte llamado de esta manera pero de verdad quería conocerte, me presento me llamo Sebastián y soy el hermano de valentina, bueno mejor dicho hermano mellizo.

No logre verlo bien cuando me llamo, pero desde luego se notaba el parecido entre ambos.

-¿Por qué no te vi ayer?

-Ah, bueno mi padre me llamo para ir a la reunión pero preferí quedarme jugando futbol, luego me regaño.

-Siempre es así de estricto.

-No, seguramente quiere que le tengas miedo.

-Bueno, lo entiendo es mi futuro suegro después de todo pero, es así también con Valentina.

-Es muy duro con todos nosotros pero en especial con vale, el piensa de manera arcaica y ella vive con miedo hacia él.

-......

-No te preocupes, cuando la conozcas bien podrás entenderla mejor.

-No es justo lo que nos están haciendo.

-Es cierto, no quisiera asustarte pero hay algo que tienes que saber.

-¿Qué?

-Mi padre tiene mucho dinero y hay la posibilidad de que si tratas de pasarte de listo con el compromiso de matrimonio que tienes con mi hermana, es posible que le haga daño a tu familia, sin importar que el muera.

-¡QUE¡ está loco cómo es posible que haga algo como eso.

De pronto empezó a reírse de manera suave y antes de empezar a carcajear respiro para calmarse.