🕚 viscum album

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viscum album: o muérdago, es una planta semiparasitaria

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viscum album: o muérdago, es una planta semiparasitaria. Sus significados varían según la cultura; vida en medio de la muerte, un punto de encuentro en donde la violencia no existe, etc.

#O7

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#O7


  Abrió los ojos con dificultad, la luz del sol que se abría paso sin siquiera pedir permiso a través del enorme ventanal abrasó sus pupilas, casi como si intentara burlarse de la sensibilidad de su visión.

Estaba cerca del final, su cuerpo se encargaba de dejárselo cada vez más claro.

No sabía cuándo acababa un día y cuándo comenzaba otro, su noción del tiempo estaba tan difuminada como su capacidad de levantarse de aquella asquerosa y patética cama. Lo único que hacía durante horas era simplemente dormir, vomitar, o beber algún que otro medicamento para calmar el fulminante dolor.

Pronto necesitaría un respirador de forma permanente para oxigenarse a duras penas y luego sus pulmones tan solo se llenarían de pétalos y todo se volvería negro.

Una sonrisa amarga se apoderó de sus labios, que aún ardían por el reciente sueño cruel.

En el mismo, YoungHo le llevaba a través de un portal. Un portal de colores, largo e incierto. Parecía ser eterno y, estaba seguro de que, si se concentraba lo suficiente, podía oír con claridad susurros amables y melodías tiernas.

De forma casi repentina, el menor le había sonreído a la vez que le entregaba en mano una pequeña y resplandeciente estrella. La luz de la misma se veía reflejada en su grandes orbes castañas, distribuyendo el brillo cono si imitara el de unas minúsculas galaxias.

— ¿A dónde vamos?

El chico solo continuó observándole de aquella manera mágica. Rió hondo, acariciando su mejilla con delicadeza y manchando ésta con el dorado polvillo desprendido por la diminuta estrella.

TaeIl se sentía como si flotara.

— A donde nadie nos encuentre, hyung. A otro mundo, donde somos libres y amamos por amar.

— YoungHo...

— ¿Sí?

Besémonos.

No tardó demasiado en sentir los carnosos labios adversos acariciar los suyos con afabilidad. Eran cálidos, y gentiles y parecían saber incluso mejor que todas sus comidas favoritas.

Jamás había experimentado algo igual.

Cuando sus bocas se movían, colisionando una y otra vez, debilitando sus piernas y dejándolas temblar torpemente como delgados pastizales en la brisa, podía asegurar que el universo entero ardía, contenido imposible dentro de su pecho.

Quizá en el fondo siempre lo supo. No era real. Las estrellas no eran alcanzables, y mucho menos lo era Seo YoungHo.

Sin embargo, en cuanto despertó, su corazón se contrajo en decepción, pesándole, gris y triste como una roca aburrida.

Deseaba que aquel sueño fuera tan irremediablemente eterno como el tiempo, pero siquiera éste era duradero y se le estaba agotando, corriendo cada vez más rápido y más lejos de él.

Unos golpecitos suaves en la puerta se hicieron notar pronto, sin embargo, no hizo caso y se sumergió en aquella felicidad plástica de la fantasía una vez más.

No necesitaba doctores que le recordaran la persona egoísta y mísera que era por desear abandonar a su familia. No necesitaba a nadie que confirmara su cobardía. Tan solo quería desaparecer completamente, ser capaz de eliminar cualquier rastro de que alguna vez estuvo allí.

Lo que no se esperaba, es que detrás de aquella puerta no hubiera doctor alguno. Quien quiera que fuese, decidió hacer caso omiso a su silencio y abrirla de cualquier forma.

Buenas tardes, me llamo DongHyuck. Encantado de conocerle, hyung.

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