Amores Mágicos [ADAPTACIÓN] [TERMINADA]

El baile

Y llego el momento, donde no sabíamos si era amor, pero sabíamos que era poesía misma. ❤️
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Alec escucho esa voz femenina, la voz femenina que lo había torturado hace muchos años, Isabelle Lightwood, esa chica que se parecía tanto a él, pero en su forma de ser era tan diferente.

—Alexander.... —murmuró Izzy entrando a la casa de nuevo, ella parecía una princesa, mientras se incaba frente, él que sin saberlo era un príncipe, por lo menos en su corazón noble.

—¿Vienes a burlarte también? —dijo en un tono ácido el chico, estaba muy triste. No iba a soportar un insulto más.

—Claro que no, vine a ayudarte, con el maquillaje y... Jace se encargo del traje, pero incluso en eso debemos ser rápidos —dijo la chica como si fuera tan sencillo hacerlo

Pero incluso Alec con su buen corazón, dio varios pasos atrás.

—No puedo creerte lo que dices... ¿Por qué resulta que eres buena? No tiene ningún sentido —murmuró Alexander tratando de pensar como huir su era necesario.

—Nunca, nunca supe que hacía mal, la única educación que he tenido chico.. Alec, ha sido Robert pensé que eso estaba bien —vacílo antes de decir las siguientes palabras — Simon me enseñó que no es así.

—¿Quien rayos es Simon? —Preguntó un Alexander, no comprendiendo, si aceptando lo que decía.

—No tengo tiempo de explicaciones, solo alguien que conozco, ¿Vas a dejar que te ayude? —dijo con una voz más ruda, aunque no dejó de ser gentil.

Puso manos a la obra, los moretones terminaron sin verse casi, siendo así mejor que lo que Alec había podido maquillar a su manera.

Y el traje que había dejado Jace era perfecto, había sido hecho a más o menos la talla de Alec, con las mejores telas, con una pequeña nota.

"Después del baile será tu tiempo de irte"

Ese Jace, tal vez después de todo si era un amigo en el fondo.

Isabelle, lo apuraba desde abajo, terminaron yendo en una carroza menos lujosa que la de Robert, que ahora estaba estacionada afuera de palacio.

—Ya no se si quiero entrar... —dijo Alexander temeroso.

¿Y si Magnus hoy salía con su nueva esposa?

¿Y si Magnus no lo quería ahí?

—No me harás esto, ya venimos una hora tarde, me hiciste perder mi cita en el baile, y sobre todo gastar maquillaje ¿Crees que dejaré que te Regreses? -—su mirada le decía que claramente no lo haría, aunque sus labios resaltaban con el vestido. Rojo no dejaba de verse autoritaria.

Tomó aire, y entonces Alec entró...

Entonces...

En la fiesta no podía dejar de ver a todos los demás en esa fiesta.

Ojos que no eran azules, ese azul que él buscaba unos minutos antes había proclamando el rey, desgraciadamente su padre, que él bailaria con su acompañante de vida, para que el reino entero viera a sus nuevos reyes.

¿Seria una chica? ¿O un chico?

Esas preguntas solo rondaban en el 99% de los invitados pensaba, otros tantos ¿seré yo?

Esa pregunta era más de cierta princesa Camille, una chica abariciosa sin una gota de sentimientos por el principe, pero lo que rondaba en la mente del futuro Rey era ¿habrá unos ojos que me ayuden a olvidar los ojos de cielo  *?

No, esa era su respuesta, mientras recorría la pista de baile, las chicas se volvían locas y uno que otro chico igual, vio a una chica con vestido rojo, parecía ciertamente conocida, pero muy vagamente, ese cabello se asemejaba tanto al del chico, decidió que tal vez si lo recordará a diario el dolor sería soportable, pero cuando está chica se hizo a un lado justo cuando el príncipe haría la pregunta de "¿quiere bailar conmigo?" no pudo, sus rodilla temblaron, su garganta se seco.

Frente a él, unos ojos de cielo, que no podía haber encontrado unos iguales en un millón de vidas, pero este chico se veía tan refinado, ¿podría ser el chico ceniza?

—Alexander.... —salió el nombre de sus labios sin pedir permiso, no era como si ese nombre no estuviera en su mente cada segundo.

—¿Sí? —la voz de Alexander sonaba un tanto ¿feliz? Pero Magnus no pudo identificar bien que era, porque juraba haber escuchado un gritillo a su lado, tal vez era la pequeña chica que estaba enfrente del chico.

—Fieles ciudadanos, antes de empezar este baile quiero aclarar, que para bailar un buen vals, se necesita de agilidad, de por supuesto buenos movimientos, pero también una cosa más importante jna pareja perfecta —los sirvientes del castillo velozmente, o por lo menos lo más rápido que pudieron, pusieron una vela ensendida a un lado del príncipe, si que Magnus sabía lo que hacía —según un varón Francés, dijo que si se tiene a la pareja perfecta, la vela no debe apagarse, ¿Quieres ser la mía? **

—Ah... Si —el si sonó más solo para ellos dos, el príncipe extendió su mano, donde no llevaba la vela para llevar a Alexander a mitad de la pista.

Después de todo este sería su primer baile del príncipe, con quien había elegido para pasar su vida, pero incluso la música no opacaba la mirada del rey.

—Encuentren a Raoahel Santiago, y si no lo encuentran... Busquen a Ragnor, ambos deben estar en el catillo. —Dictaminó el rey, cuando la música comenzó, y el baile inició.

Creo que esta vez si se quedarán en suspenso, porque no tengo datos y me los renuevan hasta el 7):
Upsi.

*Expresión que tengo desde que leo Gen H de luisa Conejo 🤗
** Película la cumbre escarlata