Cuando me vi al espejo me pregunté si ese reflejo era mío. Me veía tan mal y rara con esa ropa completamente negra y las sombras moradas debajo de mis ojos. También me cuestione más de una vez si esto no era más que una horrible pesadilla.
Estaba en frente de esa caja de madera adornada con una cantidad exagerada de flores mientras el sacerdote hablaba y los presentes no hacían otra cosa más que llorar por su pérdida. Lo único que podía pensar era en la foto del chico sonriente que se encontraba encima de ese ataúd.
Kayden Smith, mi mejor amigo.
Mire a su madre a mi derecha, tenía un pañuelo en su manos y todo el maquillaje corrido mientras que su esposo la abrazaba por los hombros.
No entendía por qué se había maquillado para el funeral de su hijo. Aún así podía entender el dolor de Lauren y de Marco al perder a su hijo mayor.
Yo solo me mantenía callada escuchando como todos hablaban de lo bueno que era Kayden y de cuanto lo iban a extrañar. En mi mente no podía para de repetirse la misma escena de la noticia. Me costaba mucho entender que hace un par horas estaba hablando con él pero que ahora estoy viendo solo su foto como recuerdo de su rostro.
Recién me despertaba, eran las diez de la mañana del sábado cuando vi la llamada perdida de la Sra. Smith que marcaba las cuatro de la madrugada junto con un mensaje que decía que Kayden se encontraba grave. Pero para cuando yo me entere, mi amigo ya había dejado este mundo. Ya era muy tarde.
Un ataque cardiorrespiratorio, fue la causa de su muerte. Completamente repentino.
Lo único que sentía era como mis lagrimas recorrían mis mejillas y como el viento las secaba dejando una sensación fría sobre mi cara. Ya no servía limpiarlas porque no dejaban de salir.
El chico que conocía desde la panza de mi madre se había ido. De un momento para el otro, él ya no estaba más conmigo, dejando en mí una sensación de dolor y soledad que tardaría en irse.
Cuando las personas se fueron me quedé unos minutos más observando la tierra removida, aún no tenía lápida, ya que no tuvieron tiempo de hacerla. Saqué de mi bolsillo una hoja que había escrito en mi casa con una pequeña descripción para poder identificarlo entre tantas personas hasta que tuviera su lápida como corresponde.
Kayden Peter Smith 2002-2020, gran hijo y amigo.
No era la gran cosa pero serviría por un tiempo o hasta que el viento se lleve el papel.
Faltaban unos meses para que cumpliera los 18 años, él ansiaba festejarlos. Incluso ya teníamos todo preparado.
Mi celular vibró, era un mensaje de mi mamá diciendo que ya era hora de volver a casa. Suspire y mire por ultima vez en el día la tierra, ahora decorada con un pedazo de hoja de papel.
—Nunca te voy a olvidar Kayden, te lo prometo.
Salí del cementerio y cuando me subí al auto vi que en el asiento estaba la foto que se usó en la ceremonia.
—Lauren quiere que la conserves —me dijo mi madre antes de que preguntara qué hacía la foto ahí. Cuando llegué a mi casa lo primero que hice fue subir a mi habitación y poner el cuadro en mi escritorio.
Es muy loco pensar como en un minutos estamos y en el otro ya no. Mis lágrimas aún seguían recorriendo el mismo camino que recorrían desde que me enteré de esa horrible noticia.
Este año se suponia que debia ser nuestro año, teníamos tantos planes. Es nuestro último año de escuela, teníamos planeado un viaje y soñábamos con la fiesta de graduación.
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No me olvides
Teen FictionLa muerte es horrible, pero el olvido es peor. Una promesa lo mantiene vivo, una frase unida al dolor. No te voy a olvidar Kayden, lo prometo.