15 2 0
                                    

Tú.
Sí, tú.
Date por aludido.
Te fuiste de mi vida como si nada,
y volviste cuando quisiste.

No te importó ni el daño causado,
ni los sentimientos de por medio,
ni nada.

Simplemente te fuiste.
Y... ¿vuelves ahora?
¿Por qué?

Deseé que el último abrazo no acabara nunca,
que parara el reloj,
que parara el tiempo, todo,
para que ese tiempo que pasara contigo fuese infinito,
para que no se acabase nunca.

Quería que fuésemos los dos contra el mundo.
Derrotar a todo aquel que pasara por nuestro lado.
Cantar y bailar hasta que se pusiera la luna,
y correr hacia un horizonte lejano,
hacia la puesta de sol,
como si no hubiera fin.
De la mano, juntos.
Imperfectos.

Dos polos opuestos,
atraídos por la pasión.
Los dos imperfectos,
complementados del inrevés,
porque menos y menos hacen más.
La ley del amor es defecto más defecto.

Quiero volver a sentir esa energía al abrazarte,
quiero volver a reír a tu lado.
Ahora sólo siento nostalgia al recordar
aquellos momentos vividos junto a ti,
los que nunca olvidaré.

Poesía tituladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora