Capítulo 3. Trabajo duro

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Al paso de tres días, Yaten y Taiki  discutían acaloradamente sus impresiones sobre las candidatas, Yaten opinaba que Minako era la mejor, mientras que Taiki decía que Rei. Seiya estaba sentado junto a ellos, ajeno a aquella conversación; sus cavilaciones lo llevaban irremediablemente a la rubia de odangos, que lo había impresionado mucho, no solo por el temple y la dedicación que demostraba, también por su calidez. Y aunque solo habían transcurrido tres días, Seiya era realmente estricto, tenía que comprobar que Usagi hablaba en serio.

—¿Tú que piensas? —le preguntó Taiki sacándole de sus pensamientos.

—Eh, perdón, no escuché nada —dijo a modo de disculpa.

—Seiya, a este paso nos tomará más tiempo del necesario terminar con esta tontería ¡Concéntrate por favor! —le reclamó Yaten.

Taiki solo suspiró y continuó.

—Sugiero que nos concentramos en Minako y Rei, le pediremos a Michiru que las ayude a vocalizar adecuadamente.

—No considero justo que ellas dos sean las únicas que vayan con Michiru, las demás candidatas también son muy buenas —objetó Seiya enérgico.

—Sé que no es lo que tenías en mente, pero recuerda que solo tenemos dos semanas para seleccionar a la ganadora. —Seiya iba a protestar nuevamente, pero Taiki le hizo una seña para que lo deje continuar.

—Tampoco considero que sea lo mejor, te prometo que hallaremos la forma de compensarlo, eventualmente todas irán con Michiru ¿De acuerdo? Y Seiya concéntrate por favor.

—De acuerdo hermano —concedió Seiya de mala gana.

Los siguientes días fueron arduos para Usagi, a raíz del incidente con Mamoru, ella y Rei empezaron a tener riñas, y aunque la rubia solo vio Mamoru, una vez más afuera del auditorio y éste le aclarara que solo era primo de Rei, eso bastó para que...

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Los siguientes días fueron arduos para Usagi, a raíz del incidente con Mamoru, ella y Rei empezaron a tener riñas, y aunque la rubia solo vio Mamoru, una vez más afuera del auditorio y éste le aclarara que solo era primo de Rei, eso bastó para que la pelinegra aprovechará cualquier oportunidad para hacer comentarios despectivos, aludiendo siempre a las poderosas influencias del padre de Usagi, aunque Rei tal vez era la menos indicada para hacer dichas afirmaciones, pues era hija de dos afamados productores de televisión igual de influyentes, la rubia bien pudo refutar cada argumento de Rei, pero se abstuvo de hacerlo pues, aunque la dolía mucho; Rei tenía razón. Así, que no solo tenía que estar soportando los constantes desplantes de Rei, sino que también, los arduos entrenamientos de Seiya, sin contar que llegaba dos horas antes todos los días.

Usagi, había mejorado notablemente pese a que solo había transcurrido una semana desde que entró al reto, estaba satisfecha con ella misma, le agradaba que Seiya, siempre de alguna manera la obligaba a dar más. Minako era toda una prodigio, su voz estaba muy bien educada ya que podía alcanzar notas muy altas sin dificultad y no era para menos, llevaba la música en las venas, su padre era un famoso tenor y su madre una distinguida actriz clásica y aunque, a Usagi no le gustaba admitirlo Rei también sobresalía.

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