A unas calles del “Silver Moon”, Usagi veía con angustia la pantalla de su móvil.—No sé por qué nos tuvimos que detener por esas hamburguesas, tengo como mil llamadas de Haruka, sin mencionar, las múltiples llamadas y mensajes de Minako.
—Odango, tranquila. Ya te dije que tenía hambre, y a juzgar por la forma en que engulliste tu hamburguesa doble, diría que tú también —dijo Seiya jocosamente.
—Si pero, ¡Haruka me matará!
—Pues hubieras podido atender tus llamadas si no olvidaras el móvil, además te dije que le mandé un texto a Taiki —replicó Seiya, mientras detenía su auto en el cruce de un semáforo.
Usagi suspiro resignada.
—Tienes razón. Ya le mandé un texto a Haruka, indicándole que me llevaras a casa. Y mmm, muchas gracias por ofrecerte a llevarme, no te hubieras molestado —dijo Usagi sonrojada.
—No tienes nada que agradecer Odango, ya estamos por llegar.
Usagi, observó embelesada a Seiya mientras conducía, siempre tuvo la impresión de sería un chico déspota y narcisista. A lo largo de su vida la rubia aprendió, que el dinero tenía ese efecto en las personas, pero se había llevado una grata sorpresa, no solo era amable y cálido, también era perseverante y aguerrido, con un particular sentido del humor. Ahora entendía, el porqué de su éxito con las mujeres.
Seiya, se percató de la mirada de Usagi y sonrió complacido.
—Sabes, Odango, siempre pensé que eras una chica frívola, pero he de confesar que me has sorprendido gratamente —comentó el azabache, como si pudiera leer los pensamientos de Usagi, al tiempo que detenía el automóvil para esperar al ballet parking del “Silver Moon”.
Usagi se ruborizó, nuevamente tenía esa sensación de calidez que le nacía del estómago.
Seiya, soltó el volante para delinear con sus yemas, las suaves y enrojecidas mejillas de Usagi, sin darse cuenta también acercó su rostro, los latidos de su corazón eran frenéticos y sintió el impulso de darle un arrebatado beso apasionado.
Usagi, podía sentir el tibio aliento de Seiya sobre su rostro e instintivamente humedeció sus labios.
Seiya la tomó por el mentón, pero justo antes de poder siquiera deleitarse con su sabor. Se detuvo.
—Odango. ¿Por qué aceptaste? —preguntó con la voz ronca.
La rubia lo miró confundida.
—Me refiero a este reto. ¿Por qué accediste a entrar? —continuó Seiya alejando su rostro de Usagi.
—Yo…
—No te preocupes. No tienes porqué decirme —interrumpió Seiya al percatarse del entristecido semblante de Usagi.
En verdad él tenía deseos de besarla, pero se detuvo, temeroso de que Usagi no fuera como él pensaba, después de todo, Usagi entró valiéndose de las influencias de su padre; se reprendió internamente. Que más daba el porqué entró al reto, solo tenía la certeza de que la chica que tenía frente a él, le agradaba mucho. Ahora no sabía cómo enmendar su tonta intromisión.
—Es por mi padre. Él quería que estuviera aquí, aunque no se por qué —musitó la rubia cabizbaja, rompiendo con el incómodo silencio.
—Yo, discúlpame Odango, no es mi asunto. No era mi intención hacerte pasar un mal rato.
—Lo sé. Nunca he hablado de esto, pero desde que mi madre falleció, mi padre se ha empeñado en convertirme en cantante. Me inscribió en distintas academias, pero soy muy desidiosa y nunca acudí a ninguna. Se le presento está oportunidad y le prometí que daría mi mejor esfuerzo.
Seiya estaba anonadado, nunca imaginó los motivos de Usagi.
Al interior del antro. Yaten observaba con molestia disimulada a Minako, en todo el tiempo que llevaban, la rubia no había salido a bailar y no era problema la falta de pretendientes, a unos pasos de él, había un joven de ropa estrafalaria, con un singular peinado de flama y de cabello fiusha. Invitó a Minako a bailar, pero ella lo rechazó con sutileza.
El platinado no entendía que se traía Minako entre manos, era evidente que quería bailar, ya que movía los pies al compás de la música. Yaten, dejó su bebida en la barra con brusquedad y se acercó a ella.
—¿Por qué no sales a bailar? —interpeló.
—¿Me estás invitando a bailar? —inquirió la rubia con los ojos brillosos.
—¡Por supuesto que no! Pero, ya me cansé de ver tus ansias de bailar y que rechaces a todos —farfulló Yaten aún con más molestia.
—Entonces, baila conmigo preciosa. Te aseguro que no te arrepentirás —terció un joven rubio, a espaldas de Yaten. Aparentemente amigo del chico de peinado de flama, ya que sus ropas eran igual de estrafalarias.
—De acuerdo —concedió Minako al tiempo que extendía su mano, para estrecharla con la del rubio.
Yaten, no supo en que momento paso, pero cuando reaccionó, él ya tenía su mano entrelazada con la de Minako.
—Yo bailaré con ella —indicó el platinado con decisión.
Minako, lo miró sorprendida y solo atinó en decirle al rubio:
—En otra ocasión será.
Yaten, la llevó con brusquedad al otro lado de la pista, en el trayecto Minako pudo divisar a Taiki y Ami, bailando animosamente, también a Makoto acompañada de un apuesto joven de cabello castaño claro.
—Oye espera, si no quieres bailar conmigo no te obligo. Pero, no hay necesidad de que seas tan brusco —dijo Minako con molestia.
Yaten la arrinconó contra la pared.
—Si voy a bailar contigo y no lo hago por obligación. Es solo qué, no entiendo, ¿porqué si habías rechazado a todos? ¿Por qué a él no?
Minako estaba desconcertada, por un momento vio vulnerable a Yaten.
—Por qué yo, yo, quería que me invitaras a bailar —dijo con las mejillas rojas.
—¿Por qué? ¿Porque soy famoso? —cuestionó el platinado molesto.
—¡Claro que no! Por si no lo sabes, toda mi vida he estado rodeada de cantantes famosos —objetó alterada.
—¡Me gustas! Es tan simple como eso —confesó la rubia con los ojos cristalinos.
Las palabras de Minako actuaron como un catalizador en Yaten, un poderoso impulso le nació del pecho, la tomó por la cintura, atrayéndola de esa manera a su cuerpo y poseyó sus dulces labios.
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Hola, hola. Aquí te dejo otro capítulo, mi idea era subirlo el martes, pero anduve ocupada, cualquier comentario o aportación que quieras hacer, ya sabes con toda confianza.
En verdad, mil gracias por tus comentarios, los cuales agradezco mucho, y sobre todo por darle una oportunidad a mí historia.
Saludos y nos leemos en el siguiente capítulo 😁.
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The challenge
FanfictionEl grupo Three lights no tendrá otra opción más que seleccionar a una futura idol, como parte de un desafío que les impuso su disquera, y aunque reacios aceptaron, no se imaginaron que en el proceso se encontrarían algo más.