Usagi, aún tenía el móvil pegado a su oreja. Después de sus infructuosos intentos de comunicarse con su padre, optó por dejar un mensaje con Unazuki, su secretaria.Ahora se intentaba comunicar con Haruka, que más que su chófer parecía su guardaespaldas, era protectora en demasía. Pero, Usagi le tenía mucho aprecio, después de la muerte de su madre, ella se volvió un gran soporte en su vida. La rubia caminaba de un lado a otro con ansiedad, estaba marcando nuevamente el número ya por cuarta vez. Cuando fue abordada por un apuesto joven, Usagi le sonrió en cuanto le reconoció.
—Hola Mamo, ¿Vienes por Rei?
—Así es pero, ¿me llamaste Mamo? —inquirió el joven arqueando una ceja.
La rubia se cubrió la boca con la mano, se ruborizó y le dijo avergonzada:
—Que tonta soy. Ya te quiero hablar como si fuéramos grandes amigos, disculpa mi imprudencia por favor.
—No me molesta en lo absoluto. Pero, si voy a ser Mamo, entonces tú serás… Usa. Y por supuesto que quiero ser tu amigo —repuso Mamoru con ternura.
Seiya, que estaba saliendo del auditorio, los vio a lo lejos. Un sentimiento que no pudo definir le invadió el corazón, y sintió el impulso de alejar a Usagi de ese individuo larguirucho y con traje de etiqueta.
—Odango aquí estás —escuchó Usagi a sus espaldas, giró sobre sus talones y se encontró con la intensa mirada del azabache.
—Seiya, ¿sucede algo? —inquirió confundida, pues ignoraba que Seiya era parte del plan.
—Sucede que nos están esperando —repuso guiñando un ojo—. Por cierto, me presento. Seiya Kou, mucho gusto —dijo extendiendo la mano a Mamoru.
—Mamoru Chiba, es un placer conocerte finalmente en persona. Rei no deja de hablar de ti.
—Espero que solo hayas escuchado cosas buenas —repuso Seiya jovialmente.
—Por supuesto que si, Rei te admira mucho —convino Mamoru con amabilidad.
—Bueno. Un placer conocerte —dijo el azabache al tiempo que entrelazaba sus dedos con los de Usagi—. Nos vamos Odango.
Y se fue del lugar, llevando a Usagi de la mano, sin darle oportunidad de despedirse de Mamoru. La rubia no puso resistencia alguna, sentía que los dedos le ardían y el corazón le latía desbocado, debido al simple roce con la piel de Seiya.
Las luces de colores destellaban incesantes al interior del “Silver Moon”, un exclusivo antro ubicado al oriente de la ciudad, sugerencia de Yaten desde luego.Ami y Makoto, bailaban animadamente en la pista de baile, Taiki había salido a la terraza a tomar aire fresco, el castaño no era muy asiduo en aquel alborotado lugar y se estresaba con facilidad. Yaten, se encontraba en la barra bebiendo con semblante taciturno, un generoso trago de Sake; Minako estaba sentada a dos taburetes de Yaten, seguía el ritmo de la música con su pie y buscaba con la mirada a Usagi y Seiya.
Después de que Usagi salió, no la volvieron a ver, diez minutos después, Taiki recibió un texto de parte de su hermano indicándole que se había adelantado con… ¿Odango? Sin embargo, habían llegado hace poco más de una hora y no había rastro de ellos, Minako miró su móvil por última vez; ni un solo mensaje, después de sus infructuosos intentos de comunicarse con la rubia, Minako resolvió que: se habían ido a otro lugar, o que ella nos los había visto, lo cual era muy improbable ya que ella no perdía detalle de nada. Yaten y Taiki parecían bastante despreocupados, y ella no iba a fastidiar su noche.
En la pista de baile, Ami le hizo una seña a Makoto para que la siguiera.—¿Vas a buscar a Taiki? —inquirió la castaña de ojos verdes con suspicacia.
—Eh, n-no, solo me sentí acalorada —repuso la peliazul ruborizada hasta las orejas mientras salían al amplio lugar.
Makoto río con complicidad y continuó.
—Me da mucho gusto que te animaras a venir, me imagino que con todo lo que estudias debe ser complicado.
—Un poco. Pero, ya sabes cómo es Minako, además creo que me hacía falta salir a algún otro sitio además del instituto.
—Sabes, hablando de Minako. Escuché que Rei y ella están tomando clases de vocalización avanzada con una artista muy famosa. También oí que Usagi práctica con Seiya todos los días en las mañanas.
Ami detuvo su andar.
—¿Estas segura? —inquirió pensativa y mordiéndose el pulgar.
La castaña se encogió de hombros.
—Es solo algo que escuché. Tal vez deberíamos hacer caso omiso, pero, en caso de ser cierto, me imagino que ellas quedarían descalificadas, ¿no crees?
—Lo más prudente sería analizar las bases de este concurso y determinar si se contrapone a las reglas, y lo más importante, comprobar si en efecto esos rumores son ciertos —repuso Ami con seriedad.
—Ah mira ahí está Taiki —señaló Makoto con amabilidad.
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Debo empezar por decir, que me emocionó mucho escribir este capítulo, realmente lo disfruté mucho. Cualquier observación que tengas no dudes en hacérmelo saber.
En verdad quiero agradecer tus lindos comentarios, o si simplemente me dejas tú voto, o tú lectura. Mil gracias.
Saludos y nos leemos en el siguiente capítulo 😁.
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The challenge
Hayran KurguEl grupo Three lights no tendrá otra opción más que seleccionar a una futura idol, como parte de un desafío que les impuso su disquera, y aunque reacios aceptaron, no se imaginaron que en el proceso se encontrarían algo más.