Cerró la puerta de la habitación de nuevo, y cuando dio unos cuantos pasos por el suelo seco escuchó algo mojado de sí mismo, bajando la mirada descubrió que en su arranque había mojado sus zapatos. Una mueca apareció en su rostro al pensar que tendría que lavarlos. Tomó las otras botellas regándolas por las habitaciones y la última por el pasillo.
No perdió tanto tiempo, haciendo lo mismo con el piso de abajo, dejando un pequeño rastro hasta la puerta de afuera, y se dio cuenta de que tampoco quería esos zapatos, así que se los quitó y los lanzó dentro de la casa llevando luego su mano hacia el bolsillo de su chaqueta sacando la caja de fósforos y encendió uno mirando la casa frente a él.
"A la mierda con Kim Heemin y su puta casa" susurró antes de que el fuego consumiera todo el fósforo y tocara sus dedos. Lo lanzó hacia el rastro que había dejado y esperó pacientemente cuando el fuego hizo contacto con la gasolina, comenzando un incendio leve que pronto comenzó a propagarse rápido por su casa de madera.
Y ahí, mientras la observaba arder Taehyung se río con lástima del pequeño Taehyung que se había prometido no mudarse porque aquella casa era un regalo de su adorado padre y había atesorado cada metro creyendo que era especial.
Miró la hora en su reloj cuando sintió los rayos del sol acariciarle suavemente la espalda; estaba comenzando a anochecer y su casa sería una enorme lámpara cuando eso sucediera. Se echó hacia atrás cuando el calor comenzó a sofocarle y el humo se volvió asfixiante, así que sabía que la gente no tardaría en darse cuenta.
"¡¿Taehyung?!" escuchó un grito detrás de él, y se giró encontrando a la vecina de al lado, la señora Oh, que miró la casa horrorizada, tomando del brazo al joven y alejándolo más. "¡¿Estás bien?!" le preguntó buscando su mirada que estaba empapada. "¡¿Hay alguien más adentro?!"
"No" pronunció con la voz cargada de emoción, el nudo en su garganta aumentando porque, aunque odiaba ese lugar, no podía no sentirse alterado al ver algo de lo que tanto se había acostumbrado ardiendo, destruyéndose.
"Vale, llamaré a los bomberos, ¿sí? Hazte para atrás, por favor, no te acerques."
Ella lo empujó un poco más hacia atrás y Taehyung pudo escuchar muchos jadeos sorprendidos; sus vecinos mirando el lugar con sorpresa y horror.
"¿Tienes donde quedarte, Taehyung?" su vecina cuestiona con el celular pegado a su oreja. Taehyung asiente suavemente y apunta hacia la casa de Jungkook.
La señora Oh lo suelta y Taehyung se abre paso entre las personas que observan la casa consumirse. Se acerca a la casa de Jungkook, sentándose suavemente en el césped, totalmente descalzo. Sus calcetines se han ensuciado, pero no puede importarle lo más mínimo abrazando sus piernas, apoyando la barbilla sobre sus rodillas, escuchando las alarmas de las sirenas en los camiones de los bomberos, como bajan corriendo y disparan el agua hacia las paredes. Su cuerpo se relaja y Taehyung lo sabe.
Sabe que ahora es libre, aunque esté llorando, por fin es libre.
Había estado atrapado en sentimientos y recuerdos que no valían absolutamente nada cuando tenía a Yoongi, a Namjoon, a Seokjin y, por su puesto, a Jungkook. Debía aferrarse a lo bueno y soltar ese lugar, soltar todo lo que tuviese que ver con Kim Heemin y, también, soltar el psiquiátrico, que, aunque lo ayudó en más de una ocasión, no era su hogar. Su hogar no era más que él mismo y las personas que lo amaban.
"Hey, amor, ¿todo bien?"
Sus ojos parpadearon en cuanto se dio cuenta de que había llamado a Jungkook de forma inconsciente y tragó saliva al escucharlo por el altavoz.
"Te amo, Jungkook, te amo demasiado" soltó sin más con la voz estrangulada, pero con una sonrisa y sus lágrimas aumentan más en cuanto la voz de Jungkook suena de nuevo.
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Si alguien nos creyera. (Taekook)
FanfictionSegunda parte de mi libro Asperger. ES NECESARIO QUE LEAS LA PRIMERA PARTE. Jeon Jungkook y Kim Taehyung no se encuentran en una relación normal. Al final, Taehyung arrastra un pasado terrible y oscuro, Jungkook está dispuesto a sumergirse en él y s...