015

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Taehyung cerró la puerta de la camioneta de golpe, entrando a su nueva casa y soltando la bolsa sobre el suelo. Tapioca le maulló desde el piso de arriba en cuanto le llamó, cuando el pelirrojo le miró, le sonrió de forma verdadera porque Taehyung se sentía fenomenal. Con un puto agujero en su pecho, pero fenomenal.

Se sentía fantástico ser Kim Taehyung en ese momento, ¿por qué nunca lo había descubierto? Ah, sí, porque había algo nuevo en él junto a una sensación, por desgracia, bien conocida por su persona, creciendo y creciendo.

Miró las paredes, el suelo, las cajas y los sofás, miró por donde pudiera desde su lugar. Estaba en casa. Por fin estaba en casa; había logrado conducir soportando lo que estaba creciendo sin piedad dentro de sí. Claro que sabía lo que era, necesitaba quedarse en casa y no salir.

Llevó sus manos temblorosas hacia los bolsillos delanteros de su pantalón tomando su celular, marcó el numero de su padre echando seguro a la puerta principal detrás de él y apoyándose un poco en ella para empujarse y caminar más cerca de la sala.

"Hola, ¿cómo están?" preguntó en cuanto le cogió la llamada.

"Muy bien, hijo. Aunque, no puedo llevarla al trabajo mañana, ¿podrías venir por ella? No me gustaría dejarla sola aquí" confiesa su padre. "No ha querido hablarme mucho y tenemos asuntos que arreglar."

Taehyung sintió que perdía el equilibrio y se sujetó de la pared, mirando el sofá; tenía que llegar a él sí o sí.

"¿C-cuándo hablarás con Namjoon hyung?" preguntó.

"En cuanto solucione todo con tu madre, ¿sí?" el pelirrojo asintió, aunque no lo viera, acercándose al sofá y se sostuvo de su respaldo. Se sentía mal, se sentía muy mal.

"Ah vale, te hablo después" dice de repente. "Los quiero, a ambos, adiós."

Su padre quiso llorar de felicidad en cuanto lo oye decir eso.

"También te queremos, cuídate."

Cuando colgó, el celular resbaló de su mano y él se desplomó. Y no, no de manera metafórica, él en serio se había desplomado boca arriba y con los brazos estirados. No lo había logrado. No lo había logrado. Sus piernas no respondían, sentía mareos y náuseas añadiendo que su corazón iba a mil.

El ataque de ansiedad lo había tomado. Venía evitándolo desde la noticia de su madre, había luchado contra él pensando que podría resistir sin tomar alguna píldora, pero su cuerpo ya no podía; había sido demasiado para su mente.

Ustedes no lo entenderán, pero todo en la vida de Kim Taehyung estaba organizado, y si había alguna pequeña sorpresa como que Yoongi llegara un miércoles en vez de un jueves a jugar videojuegos o que Jungkook le preparara una cena sorpresa pues podía con ello. Llegaba a tensarse, pero después todo seguía su ritmo. Todo regresaba a la rutina que tanto le gustaba, en la que tanto confiaba.

Pero estos cambios no eran para nada positivos ni pequeños; enterarse que el hombre dueño y autor de sus pesadillas, miedos e inseguridades, de las marcas en su cuerpo nunca fue su padre, y luego conocer al verdadero, conseguir una nueva casa porque la anterior lo asfixia demasiado y él solo... Se siente orgulloso de haber dado esos cambios, de buscar lo mejor para su persona por primera vez, mas eso no eliminaba que se sintiera tan pequeño y destrozado, tan asustado por lo que pasaría. Necesitaba despejarse.

No sabe cuanto tiempo se mantiene en el suelo porque esos tres días han sido tan cargados y pesados, su mente descubre que ni un solo momento desde que Jungkook se ha ido ha podido cumplir con alguna rutina de su día y a día y eso lo está matando. Su mente se había quedado en el techo blanco recordando que también había quemado su casa y que se había inventado una absurda historia para los policías y bomberos que cuestionaron que había sucedido. La había pensado tanto que sonó tan convincente (añadiendo que mencionó que tenía Asperger) que le habían creído y lo habían dejado ir luego de decirle que pasaría con los escombros y demás.

Si alguien nos creyera. (Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora