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ADVERTENCIA: Sé que algunas personas no les va a gustar leer smut, y este capítulo contiene smut, no tiene nada que pueda influir en la trama, así que pueden saltarlo cuando encuentren una fila de asteriscos y seguir luego de otra fila también de asteriscos. 

Mayormente, Taehyung y Jungkook nunca discutían. Sí, a veces tenían sus diferencias, como cualquier pareja, sin embargo, por el síndrome de Taehyung, Jungkook tenía que tragarse su orgullo para hablarle de la forma más clara y honesta. Aquello era una gran ventaja para ambos: Jungkook poco a poco había podido superar su problema de guardar todo lo que le molesta y la sinceridad entre ambos ayudaba a que llegaran a acuerdos que por último terminaban con ellos besándose en el sofá mientras ignoraban alguna película o en la cocina con Jungkook sentado en la isla, Taehyung entre sus piernas, dándose besos con sonrisas tontas y dulces.

Pero aquello era otro nivel.

La cara de Jungkook debió ser todo un poema porque cuando llegaron a casa Jungkook, de verdad, creyó que había sido un incendio accidental y que la encontraría más o menos destruidas. Sin embargo, estaba destrozada de arriba y una parte de abajo. En el primer momento creyó que quizá Kim Heemin era el autor de aquella obra y con el único objetivo de lastimar a Taehyung o a su madre.

Su madre soltó un grito al ver la casa, y Jinyoung un jadeo de pura sorpresa. Luego se habían instalado en la cocina, tomando una pequeña merienda.

"¿Dónde te estás quedando?" le pregunta la señora Jeon, sosteniendo la cuchara con la que comía el postre.

"Compré una casa" la respuesta salió sencilla y con toda la honestidad del mundo, tranquilo, como si comprar una casa de un día para otro no fuese la gran cosa.

Jungkook no entendía absolutamente nada y solo quería que su madre los dejara irse para platicar a solas con Taehyung que aún, extrañamente, continuaba con su gorro sobre la cabeza. Y realmente no podía creer que estuviese tan tranquilo cuando Jungkook no podía dejar de recordar la casa quemada.

A Jungkook le gustaba esa casa, porque la sintió de ellos; tenían privacidad y podían tener citas o intimidad sin la necesidad de que un adulto los estuviese espiando. Podían contarse secretos y reírse fuertemente. Fue su nido. ¿Qué pasaría ahora? ¿Dormiría de nuevo con Taehyung? Enredar las piernas entre las del mayor le llenaba de paz y vida.

"¿Compraste?" ella insistió confundida. Él asintió.

"Sí, pensaba llevar a Jungkook a conocerla y luego darle la dirección a usted" explicó con calma, para luego girarse y mirar a Jungkook. "Así que, cuando gustes, podemos irnos."

"¿Está bien, mamá?" Jungkook preguntó a su madre y ella asintió. "Vale, regresaré pronto. Creo."

Ambos dejaron la cocina luego de despedirse y Jungkook volvió a montar la camioneta, esta vez, en el lado del copiloto. Una vez, Taehyung estuvo adentro y tenían privacidad, Jungkook habló.

"¿Qué pasó, Tae? ¿Quién fue? ¿Estás realmente bien?" las preguntas salieron una por una, de forma atropellada. "No te veo asustado ni preocupado por lo de la casa..."

"Es que yo la incendié" el auto arrancó, al igual que la comprensión de Jungkook, ¿había hecho qué?

"Amor... ¿la quemaste?" preguntó, anonadado. Taehyung asintió, y le dio una rápida mirada. "¿Por qué?"

"Porque eso no era un hogar, Jungkook, ese lugar solo me traía malos recuerdos" explicó de forma clara y concisa.

"¿Es por...?" Jungkook pensó si debía hablar, pero recordó que la relación con Taehyung tenía que basarse en confianza y él no debía seguir escondiéndole que estuvo en ese lugar. "¿Es por esa habitación?"

Si alguien nos creyera. (Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora