El hombre ilustrado

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Todo el mundo quiere ver las imágenes,
sin embargo nadie quiere verlas,
tenía el pecho cubierto de ilustraciones
totalmente tatuado,
extendí la mano para tocarla,
pero era sólo una ilustración.

Uno creía oír las voces y murmullos
apagados de las multitudes que habitaban su cuerpo,
cuando la carne se estremecía,
el pecho del hombre ilustrado como una vía láctea.
Eran como ventanas abiertas a mundos luminosos,
aquí, reunidas en un muro,
estaban las más hermosas escenas del universo,
una obra vibrante, clara y hermosa,
¿ya lo sabías?
Bueno... las pinturas se mueven,
solo debemos ajustar los marcos y sacarles polvo.

Pero las ilustraciones...
con esos cuadros sobre el cuerpo,
cualquiera perdería la cabeza.

AutorretratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora