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Caminaba a paso veloz dirigiéndose a su salón de clase, abrazando sus libros contra su pecho, la clase había comenzado desde hace media hora, y se regañaba a si misma del por que tenía que terminar por dormirse tarde cuando se prometió que no volvería a suceder, claro, de no ser por que su libro favorito cada vez se convertía más y más interesante, se quedaba con la duda y a la vez le carcomía sobre con quien la personaje principal, se quedaría con alguno de los dos chicos más guapísimos del libro, haciendo eso a un lado, se preguntaba si algún día le sucedería lo mismo que a la personaje principal, sería algo sumamente difícil de elegir con cuál quedarte, y peor aún, siendo muy guapos como para decidir entre los dos, a sus diecisiete años ya debería de haber sucedido, ¿no? ¿O pasaban solamente en libros de romance?

Hablaba en voz baja para ella misma respondiendo a las preguntas que le invadían sus pensamientos, otras eran teorías, posibles encuentros, como terminará la historia, que sucederá después, ¡Demonios! ojalá que el día se fuera en un parpadeo y volver a su habitación a seguir leyendo como una adicta y soñadora hasta muy tarde, si es posible.

Cerró sus ojos, negando con la cabeza, prometió centrarse en sus estudios, su antepenúltimo grado de preparatoria se convirtió para ella algo complicado, y ni hablar del penúltimo y último año, en la noche había echo una investigación que le llevó mas de dos horas en encontrarla, después de eso dio un gran suspiro de cansancio, saltando sobre su cama con su libro en manos para seguir con su lectura, quería asegurarse de que la tuviera en su bolso, era una clase importante y sin duda la calificación dependiera de eso, así que detuvo su caminar y busco entre sus cosas en su mochila que colgaba en su hombro derecho, sosteniendo sus otros dos libros en su mano izquierda, al confirmar que se encontraban las copias ahí, dió algunos pasos, teniendo la mirada baja, y sin darse cuenta, chocó contra alguien, el golpe era tan fuerte haciéndola caer al piso, sus libros cayéndole encima mientras se quejaba del dolor, ¡Sus libros eran sumamente gruesos y pesados!

-¡Ayy! -Chilló, trató de disminuir el dolor con su mano, dando leves masajes en su pierna mientras aguantaba soltarse a llorar. -¡¿Pero que diablos te pasa, acaso no me viste?! -Gritó. Cerró sus ojos muy fuerte, quejándose aún más de dolor que no dejaba de incrementar.

Silencio.

Por un momento pensó que era grosero de su parte por haber respondido de aquella manera, por que no sabía si era su culpa por no haberse fijado por donde iba mientras estaba perdida en sus pensamientos, o tal vez aquella persona que no la vio cruzarse en su camino.

Abrió los ojos, preguntándose el por qué aquella persona no respondía o la ayudaba a levantarse, alzó la mirada, tratando de distinguir, su mirada se tornó borrosa, pero en cuanto volvió a la normalidad, vaya... jamás se imaginó chocar con el chico que conoció de lejos en el día de ingreso.

Era de piel morena, alto, musculoso, cabello negro, unos ojos que si lo mirabas a través de ellos, podías ver el infinito, y una voz que al escucharla se te erizaba la piel, lo último se debía a un día que lo había escuchado hablar por primera vez, cuando eran las re inscripciones en el instituto, era uno de los chicos más callados, en parte, su mirada lo decía todo, así que pensó que así era su forma de ser, pero estaba ahí, mirándola, sin decir ni una palabra, sin sentimiento alguno.

Sus miradas se encontraron, no la desviaban y ni siquiera parpadeaban, solamente sus pupilas se movían para ver cada detalle del uno al otro, la chica de cabello negro y lacio se levantó aún mareada por el golpe, sin quitarle la vista de encima, su mirada la dejó helada.

-L-lo siento -se disculpó en un hilo de voz.

Desconectaron sus miradas en cuanto el azabache la desvió, mirando ahora un punto fijo, en un instante la volvió a mirar nuevamente, ahora bajando su mirada, después volviéndola a mirar a sus ojos color negro de la chica que se encontraba a unos cuantos pasos de el.

- ¿Siempre eres así de distraída? -Preguntó. Su voz no se escuchaba amable en lo absoluto.

Su voz...

-N-no y-yo... -Tartamudeó. Su mechón le caía a su costado estorbándole, llevó su mano acomodándola detrás de su oreja.

Su corazón dió un salto en cuanto aquel chico se acercó más hasta estar a centímetros de distancia, provocándole un leve rubor en sus mejillas, lo miró detenidamente, su mirada no tenía expresión alguna, volviéndola más pequeña en su lugar, por la mirada que le daba.

-Es la primera vez que te veo en este instituto -Habló en un tono frío. -Niñas bonitas como tú deberían de estar precavidas

Milk abrió los ojos como platos al escuchar lo último, jamás se esperó un comentario como ese, y más del chico que se encontraba enfrente de ella, pudo esperar un 'Esta bien, no pasa nada' o un 'No te preocupes' de su parte, pero definitivamente, sus palabras la tomaron por sorpresa.

- ¡¿Quien te crees tú para llamarme de esa forma?! -Se distanció molesta, mirándole con furia, el contrario solamente esbozó una sonrisa al verla reaccionar de esa manera.

Le dirigió una última mirada antes negar con la cabeza y dejarla ahí sin responderle a su pregunta, siguiendo su camino por el pasillo, Milk quedó atónita por lo que acababa de pasar, desde que empezó sus clases, jamás pensó en cruzar miradas ni tampoco hablar con el chico más serio del instituto, pensó.

Se hablaba mucho de él, la mayoría eran las chicas, no dejaban de decir que a pesar de que sea alguien muy especial por su forma de ser, no dejaba de ser alguien muy guapo y atractivo para los ojos de aquellas chicas que les robaron su corazón en un abrir y cerrar de ojos.

No podía negar que para Milk, si era alguien atractivo, pero a la vez era sumamente molesto que se haya acercado hacia ella y decirle las cosas a la cara como lo hizo hace unos minutos, sin saber del uno al otro, con la mayor confianza del mundo, ¿Acaso era eso una precaución?

Hizo un puchero al momento de mirar hacia el piso, viendo todas sus cosas regadas por doquier, su segundo día en el instituto no podía empezar peor.

Hizo un puchero al momento de mirar hacia el piso, viendo todas sus cosas regadas por doquier, su segundo día en el instituto no podía empezar peor

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ya se imaginarán quién era ese chico azabache, ¿A que sí? :'3

¡Muchas Gracias por leer!

stay ⚘ gochi [NO FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora