[09]

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Ese día al recibir la noticia por parte de los padres de Anna, quedó completamente mudo, negó con la cabeza repetidas veces hasta que por fin estalló en lágrimas y gritos llenas de dolor. Su madre que estaba ahí presente, cubrió sus labios con sus manos frágiles aguantando un sollozo, sus ojos rasgados estaban cristalizados por las lágrimas y su corazón se rompió en mil pedazos al ver a su hijo quebrarse ante ella lentamente. Se sentía inútil en no poder hacer nada para ayudarlo.

Era un dolor inexplicable que jamás pensó el azabache que podría llegar a sentir en su vida, sus pensamientos venían y venían sobre terminar con todo, con su vida, quería terminar este inmenso dolor, que pensó, que si incrementaba aún más, se volvería completamente loco, sentía que no podría soportarlo más.

Su madre permaneció a su lado en su habitación, las horas pasaron, y gracias a unas pastillas que le dió para tranquilizarlo, por fin le había echo efecto, el cansancio le ganó a su hijo menor, quedándose profundamente dormido.

Pasando los días, desde ese entonces, Goku no volvió a ser el mismo.

Su comportamiento cambió a uno frío, sin aparentar ningún sentimiento, su semblante ahora era neutro. Simplemente perdió el interés en todo lo que le rodeaba, su pasión por las artes marciales, salir con sus amigos, su amabilidad fue desapareciendo, incluso la amabilidad de los demás lo llegaba a molestar, su modo de hablar cambió a una seria y no le importaba los sentimientos de los demás.

Aquel Goku de corazón cálido y amable, se estaba muriendo poco a poco.



☁️


Ya había oscurecido, habían pasado tres semanas desde la pérdida de Anna, y Goku estaba que no soportaba su roto corazón, necesitaba distraerse, quería olvidar, aunque eso no podía ser posible.

Salió por la puerta de su habitación y se dirigió a la entrada para salir, pero su madre que estaba en la cocina, escuchó unos pasos, y al ver que se trataba de su hijo, no dudó en detener su caminar.

- ¿A dónde vas? -Preguntó.

- ¿Acaso importa? -Respondió con sequedad. Su mirada ahora se posaba en los ojos rasgados de su madre.

-Esa no es una manera de responderme, cuida tus palabras -Gine caminó hacia él con los brazos cruzados, teniendo un semblante completamente serio. -Estás hablando con tu madre

-Yo respondo a como se me pega la gana sin importarme de quien se trate -Escupió. Sus ojos se desviaron hacia el piso y tomó la manija de la puerta para abrirla y salir de esa casa de una vez por todas.

-Kakarotto -Lo detuvo. -Nosotros no tenemos la culpa sobre lo que te está sucediendo, si necesitas ayuda, tú sabes que-

-Nadie puede ayudarme, mamá -La interrumpió. Se colocó una mano en su pecho, empezando a golpearse con ella. -Esto, mamá... -Dió golpes hacia donde se encontraba su corazón, sin dejar de mirarla. -No se puede sanar este dolor, nadie puede curarla, nadie me puede ayudar a desaparecerla.

Gine se quedó completamente congelada en su lugar, su corazón comenzó a doler al escucharlo hablar de esa manera, negó repetidas veces con la cabeza, esta vez, su voz no podía salir de sus labios.

-A menos que... -Miró por última vez a su madre completamente neutro, y sin esperar respuesta, salió de la casa, cerrando la puerta a sus espaldas, dejando a su madre con lágrimas en sus mejillas.

Expandió los ojos, dándole a entender claramente el significado de aquellas palabras, en ese entonces, la mujer corrió hacia la planta alta de la casa, gritando el nombre de su esposo, soltando incoherencias y comenzando a sollozar, y cuando por fin pudo contarle sobre lo sucedido, Bardock salió con el corazón en la boca a buscar a su hijo por toda la ciudad.

stay ⚘ gochi [NO FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora