Diario De Una Anorexica

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15 de agosto de 2006.

Estaba sentada en la parte mas oscura y silenciosa del salón de clases de matemáticas. Oyendo la lluvia caer y rebotar en las ventanas del salón de clases. Pensaba que vivía en una burbuja, los demás pensaban que era una burbuja. El ruido que yo solo oía de la lluvia fue interrumpido por la campana que marcaba la hora de receso. Todos salieron corriendo con sus loncheras de superheroes, barbies y demás. En cambio yo, me quedaba hasta lo ultimo para salir del salón, si no muchos me decían que me esperara a salir, ni siquiera podía salir por la puerta, que primero los dejara salir a ellos. Eso me hacia sentir mal, muy mal. Y no solo eso. Espere a que todos salieran para poder salir al final.

-Amber, ¿No saldrás a jugar?-Dijo la maestra bajando los lentes mas abajo por la nariz.

-Claro-Dije Yo bajando del mesa banco y saliendo del salón.

Salí del salón con miedo a encontrarme con mis compañeros de grupo. Se me ocurrió una idea. Camine hacia el baño. Mis piernas estaban temblando, todo mi cuerpo estaba temblando y ¿Por que? Solo por miedo a encontrarme con mis compañeros de grupo. Faltaba poco para llegar, pero creo que no me escondí muy bien.

-Mira, mira. ¿Quien es esta? Ahh ya recuerdo, ¡¡LA GORDA!!-Dijo Heather, una niña típica rubia, ya saben, esas que a las 4 de la tarde cada 3 días van a gimnasia o a ballet. Esas que van a concursos de belleza que son totalmente ridículos porque solo son unas niñas de 10 años, ni siquiera se han desarrollado. Esas que tienen su cuarto totalmente rosa y un mueble de madera fina con coronas, medallas, diplomas y demás. La mire directo a los ojos, no tenia mucho tiempo para decidir que decir o que hacer. Solo era una niña de 10 años con ganas de reír, jugar, pero lo que mas deseaba era ser feliz. Lo único que se me ocurrió en esos diminutos 3 segundos fue correr, correr lo mas rápido que pudiera. Pero como ya lo había dicho todos pensaban que era una burbuja y ¿Como son las burbujas? Gordas y lentas. ¡¡¡CLARO!!!-Grite en mi cabeza. Por eso todos pensaban que era una burbuja. Soy exactamente como ellas, gordas y lentas. No tenia muchas esperanzas de llegar al baño y encerrarme, pero iba a hacer todo lo que estuviera en mis manos. Pero son gordas, apenas puedo cerrarlas, no me cabera nada. Maldición. Corrí hacia el baño que no estaba muy lejos de ahí. Mire hacia atrás de mi y venia Heather, Henrie y Julio. Los últimos 2 eran hermanos, 2 niños no tan engreídos, pero se estaban muriendo por un poco de atención y ¿Como la conseguirían? Claro, juntándose con la niña que mas llamaba la atención, pero no por ser bonita, como dije antes ni siquiera se había desarrollado, llamaba la atención porque era la típica niña dulce con los adultos, engreída con las niñas, que tenia diplomas, siempre era de los primeros lugares de calificaciones y decía las mejores poesías que a las mujeres sensibles las podía hacer llorar, y eso le encantaba. Hacer llorar a la gente. Tal vez si lloro de una buena vez me deje en paz. Pero no, yo me quería hacer la fuerte. Seguí corriendo lo poquito que podía mientras los 3 niños venían corriendo detrás de mi. Llegué al baño de niñas y me metí al ultimo lo mas rápido que pude. Mire por abajo de la puerta del baño y solo se miraban las pequeñas piernas de Heather, Henrie y Julio se quedaron afuera, pues claro, era el baño de niñas.

-Vengan idiotas-Dijo Heather.

-No entrare ahí.-Dijo Henrie, y un segundo después hablo Julio-Yo tampoco.

-No sean cobardes-

Después Henrie y Julio entraron, mire sus piernas por debajo de la puerta. 

-Julio quédate afuera, cuando alguien venga alguien, nos avisas-Dijo Heather.

Mire que Julio retrocedía para salir del baño.

-¿Por que no sales para poder jugar con nosotros?-Dijo Heather. Pateaba la puerta del baño con mucha fuerza. ¿Como podía hacer todo ese ruido una niña de 10 años?Lo único que se me ocurrió hacer fue poner mis manos en mis orejas y sentarme en el piso, hacerme lo mas pequeña posible. Aunque eso era imposible.

-Vallanse y déjenme en paz-Dije Yo casi con las lagrimas en mi cara.

-¿Por que?¿Por que tu lo dices? Tu no nos puedes mandar.-Dijo Heather. 

-Oigan. Viene la maestra Sarah-Dijo Julio por afuera del baño. Maestra Sarah era como mi salvación y una pesadilla, me empezaría a preguntar que si que había pasado, ¿Por que las lagrimas?¿Que le iba a decir? Mire como Heather y Henrie salían corriendo del baño de niñas, no mire si la maestra los sorprendió afuera. No me importaba. Me levante del piso frió, y salí para ver si había alguien. Me lave las manos y la cara, quería lucir normal. Tenia que hacer mi mejor actuación, como cuando me hacia la fuerte. Salí del baño con la mirada hacia abajo. 

-¿Que te pasa?-Dijo la maestra Sarah. Maestra Sarah era una ¿Señora?No se como se le puede llamar a una mujer treintañera. 33 años para ser exactos. Cabello castaño. Era muy bonita, alta y bonita, ¿Que mas se puede pedir? No era gorda. Como yo. Tenia una falda azul marino pegada que hacia que resaltara su cadera. Y una blusa blanca de manga larga de vestir, pero era de mujer. No se como se llaman ese tipo de blusas. Con el cabello recogido en una trenza y con unos lentes que hacían resaltar su bonito rostro. Tal vez ella era la mujer perfecta. Tal vez era la mama de Heather y nadie lo sabia. 

-Nada-

-Se que te pasa algo, ¿Por que no me dices?¿No me tienes confianza?-Dijo la maestra incandose para poder ver mejor mi rostro.

-No, no le tengo confianza. Y ademas no me pasa nada-Dije yo. Salí corriendo, o ¿Caminando?, quien sabe, no recuerdo. Pero no me quede ahí mucho tiempo, solo supe que no quería estar ahí. Seguí avanzando hasta.....no lo se, no tenia ningún lugar a donde llegar o a donde ir, Heather no me iba a molestar, siempre me molestaba una vez en el día, pero esa vez que lo hacia lo hacia con todas sus ganas, solo que esta vez llego la maestra Sarah y ellos se asustaron. Heather no iba a gastar su valioso tiempo en mi, en molestarme a mi, a la gorda de la escuela. Heather me molesta siempre, todos los días, no se pasaba ni un día sin molestarme y ya no lo soportaba. Si le decía a mis papas no iban a hacer nada, es mas, el problema iba a hacer mucho mas grande, Heather iba a saber que yo les dije y me iba a molestar mas, me iba a decir cobarde, metiche, mentirosa por decir ''Mentiras'', que ella me molestaba, pero no, ella si me molestaba. Ustedes, mi diario y yo sabemos que ella me molestaba, que por ella es porque soy ahora lo que soy, ella me hizo así como soy. No fue mi culpa, fue culpa de Heather, Henrie y Julio, esos tres niños de 10 años eran mi pesadilla. Que me molestaban siempre. Salí de la escuela, pase a preparatoria y ahora voy en universidad, y desde ese tiempo, desde que conocí a Heather, Henrie y Julio no soy la misma y jamas lo seré. Nadie me hará cambiar lo que soy ahora.

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