No recuerdo muy bien esto, así que lo contare rápido pero despacio. No se porque ahora amanecí con ganas de contarles mas, de contarles de mi vida, de contarles lo que hice, lo que hago y lo que haré, pero eso no importa, si no hubiera amanecido con estas ganas créanme que no estaría aquí, estaría en mi cama durmiendo, son las 5:48 de la mañana y yo estoy frente a mi computador como una zombie escribiendo esto, creo que algo enserio muy malo pasa conmigo, una adolescente normal estaría dormida aunque tuviera todas las ganas de escribir esto pero es que esto no me sucede todos los días, así que antes de que se me olvide la ultima vez que ocurrio quisiera contárselos.
Todo comenzó un día (la verdad no recuerdo exactamente la fecha) pero yo tenia 12 años y eran como las 8 de la noche. Mi madre, mi padre y yo nos sentaríamos en la mesa para comenzar a cenar en familia. Mi madre servia la cena en los platos, mi padre tomaba esos platos y los ponía en la mesa y yo tomaba los vasos y los llenaba con agua natural para luego poner uno para cada quien. Después de unos minutos todos nos lavamos las manos y nos sentamos a cenar. La verdad es que no recuerdo que nadie haya dicho una sola palabra mientras nos preparábamos para cenar o tal vez mis padres hablaron entre ellos y yo ni me di cuenta, pero de algo que si estoy segura es que en la cena nadie hablo, nadie dijo nada...según mi padre, antes, para el era de mala educación hablar en la mesa pero esa noche no se que paso, ese silencio que lo habíamos tenido por mucho tiempo en ese momento era un incomodo silencio.
Solo podía escuchar como los tenedores chocaban con los platos, y como mis dientes hacían trisas la cena de esa noche. Pero de pronto mi padre hablo, eso fue...inesperado, mi madre y yo nos quedamos impactadas, mi padre era el primero en decir que no habláramos en la mesa, pero...el...lo hizo.
-Y...¿como te fue en la escuela?-
-Emm...eh...bien-
-¿Segura?-
-Segurisima-
-¿Ya hiciste tu tarea?-Dijo mi madre para no seguir con el silencio incomodo.
-Si-Dije con mi cabeza al plato, moviendo la comida del plato de un lado a otro- Ya no tengo hambre.
-Lo siento, tendrás que comer todo-Dijo mi madres, ahora ella se adueño de todo.
-¿Por que si no tengo hambre?-
-Por que yo lo digo, y cuando mama dice algo hay que obedecerla-
-Pero mama...-
-¡Nada! Comete todo eso, tu papa y yo también lo haremos.
Yo solo me quede callada y seguía picando algunas verduras con el tenedor. Después de los silencios incómodos y los gritos de mi madre por no comerme la cena, mi madre y mi padre se levantaron de la mesa para lavar los platos pero yo no, yo seguía ''comiendo'' pero es que la verdad no quería comer. Después de un rato, me acabe la cena y fui hacia mi cuarto sin decir una sola palabra, me metí a la cama y comenze a escuchar unos gritos, eran mis padres, peleando de nuevo, pero lo peor de todo es que yo no sabia porque peleaban a cada rato, cosa que era muy extraña en mis padre pues yo nunca los había escuchado pelear tanto. Comenzaron a escucharse mas gritos, mi padre estaba histérico.
-¡Cálmate! No quiero que Amber escuche todo esto-
-No cambies de tema por favor- ¡¿Cual tema?!
-¿Que ya no te preocupa tu hija?-
-¡No vuelvas a decir eso por favor!-
-¡Sabes que si lo es!-
-¡No! ¡No lo se! ¡No estoy seguro!- ¿De que no estaba seguro?
En ese momento sentí una furia muy grande, sentía que toda mi sangre yendo a mi cabeza, sentía como primero me recorrió todo el cuerpo y al final se fue a mi cabeza. Me quería calmar pero la verdad es que no podía, me quise hacer lo mas pequeña posible, ya no aguantaba mas a mis padres, peleaban siempre pero procuraban que no fuera cuando yo estuviera con ellos, no quería que mis padres se separaran, ellos siempre se llevaban bien, no entiendo como de un día para otro empezaron a pelear. Me tape la cabeza con la cobija, no quería gritar, no quería que mis padres de dieran cuenta que estaba despierta, quería saber de que estaban hablando. Pero no pude mas y llore hasta mas no poder, eso no descartaba que todavía estaba llena de furia, en ese momento sentí mil emociones, pero no sabia cuales. Me levante de la fría cama que no servia de nada y fui hacia el baño de mi recamara, levante las tapaderas del retrete, puse mis dedos dentro de mi boca y comenze a vomitar, lloraba y vomitaba, créanme que es la segunda peor sensación del mundo, después de saber que alguna persona que quieres falleció.
Tenia mis ojos cerrados pero de ellos no paraban de salir miles de lagrimas, ya no quería vomitar pero no podía parar. Pare de vomitar peo no de llorar, me quede ahí sentada en el frió piso del baño con lagrimas en mis mejillas, en fin, estaban en toda mi cara. Y el sudor, ni que se diga. Me lave la cara y los dientes, estaba lista para irme a dormir aunque les juro que esa no es la mejor sensación del mundo.
Y me fui dormir...
