¡¡Corre, corre!! -gritó Martina a su hermana-. ¡O llegaremos tarde! Haber porque te tienes que encerrar en el baño tanto tiempo... Y encima no te has traído desayuno y te lo tienes merecido así mañana te levantarás antes.
-¿Que dices Martina? Ha sido tu culpa por levantarte después de que me levantase yo -gritaba Rebeca mientras corría esquivando a las personas que había por la calle.
A esas horas en la calle solo habían cuatro viejas paseando, un par de hombres haciendo footing y una pareja hablando de sus cosas cogidos de la mano. Aquella mañana el cielo estaba despejado y para el recreo prometía un sol radiante aunque a esa hora hacía frío pronto se pasaría y haría calor, el tiempo en aquellas fechas estaba loco.
- ¡5 minutos! -grito Martina-. O corres más o no llegamos.
- No exageres Martina si ya estamos aquí -dijo Rebeca ahogadamente.
No se volvió a hablar en lo que falto de trayecto hasta llegar al instituto. Un edificio de ladrillos muy bien cuidado y con una fachada muy llamativa con letras grandes en las que podías leer I.E.S Gustavo Adolfo Bécquer. Tenía una entrada grande para alumnos y otra para profesores donde se entraba cuando llegabas tarde. El portero se encontraba cerrando la puerta de los alumnos, lo que significaba entrar por la puerta de los profesores y un parte por llegar tarde.
- ¡ Ernesto! -grito Martina-. Espera por favor no cierres. Ernesto sonrió disimuladamente y tras un suspiro les dijo a ambas. - ¿Otra vez tarde chicas?
- !No¡ hemos llegado a tiempo aun no has cerrado la puerta- dijo Rebeca sonriendole y guiñándole un ojo tras pasar por la puerta.
-Cállate Rebeca, muchas gracias Ernesto no sé que haríamos sin tí- susurro Martina cogiendo aire continuamente por el cansancio acumulado de tanto correr.
- Nos vemos a la salida Martinita- oyó decir a su hermana.
-¡Te he dicho que no me vuelvas a llamar así! - le voceó mientras Rebeca subía las escaleras.
Martina se dirigió al patio donde la esperaba su mejor amiga Clara y su amigo Jon. Al llegar los vió discutiendo como siempre por tonterias. Su amiga Clara era alta con el pelo negro muy largo y siempre se lo recogía con trenzas que ella misma se hacía y vestía con ropa oscura combinándola con otros colores pero el negro era su color favorito y contra eso no podía hacer nada. Sus ojos eran verdes y era muy delgada y tenía unos músculos impresionantes. Era risueña, algo aventurera, distraída, valiente y algo extraña en algunos casos. Se había mudado hace poco pero se había ganado su cariño y ya eran como hermanas. En cambio Jon era muy divertido y se le ocurría cada tontería que hacía que te rieses con él y era muy inteligente aunque a veces un completo capullo. Era alto, corpulento, y algo fuerte. Sus ojos eran verdes oscuros y tenía el pelo rubio oscuro y largo. Era su amigo desde pequeños y se trataban como hermanos.
- ¡Hola chicos! ¿Otra vez discutiendo?.
- Éste que dice que la serie de ayer noche, esa que me gusta tanto, es muy falsa - dijo histérica Clara fulminando con la mirada a Jon-.Qué sabrás tú de series si estas todo el dia con tus libros.
- ¿Que dices? ¿Yo? No cogo un libro desde anoche antes de dormir -dijo Jon con una sonrisa en la boca.
- Si tienes uno en la mano, tonto- le dijo Martina sonriente.
- Ja, ¿lo ves?
- Esto no es mío- dijo Jon lanzando el libro hacia atrás sin mirar quien estuviese.
Los tres soltaron una carcajada de las que se acostumbraban todas las mañanas a esas horas. Sonó la sirena que anunciaba que tocaba ir a clases. Alguien chilló de dolor detrás de ellos y Clara y Martina cambiaron sus caras y salieron corriendo a clase de Biologia.
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Los Protectores
FantasyMartina es una chica adolescente normal y corriente que estudia en un instituto y tiene una pandilla de amigos formada por Clara, Jon y ella. Una tarde Martina y Clara quedan y recibe un mensaje al móvil y sale huyendo sin dar apenas explicaciones...