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Sábado 3 de Noviembre de 2018

0:29 a.m.

Querida ansiedad:

Has querido dejar la guerra a un lado.

Has querido la paz temporal.

Me has visto hecha mierda y has venido a consolarme.

Has visto que todo me sobrepasaba y has querido ayudarme.

Te has sentado a mi lado y me has abrazado diciéndome que todo iba a ir bien. Que todo saldría bien.

Me has escuchado y aconsejado.

Has estado ahí cuando nadie estaba.

Día tras día, noche tras noche, tú estabas allí observando, protegiendo y a veces aterrándome.

Quisiste la guerra y yo ahora te pido la paz.

Tal vez no seas tan mala como dicen, tal vez sí.

Aún así, tú has estado ahí esta noche.

16:58 p.m.

Querida ansiedad:

Pensé que me darías al menos un día de descanso.

Pensé que estarías a mi lado.

Pensé mal.

Está claro que no quieres que salga, que no me vaya de tu lado por si mejoro o consiguen ayudarme.

Cada vez que tengo que mentir, porque tú me obligas, siento impotencia y miedo por pensar que estoy perdiendo la batalla que juré ganar.

Mis lágrimas ruedan por mis mejillas de la rabia e impotencia que me haces sentir.

Te apareces como un fantasma y me gritas mientras me acurruco en una esquina y lloro.

Dear anxiety,

No more attacks.

No more chances.

No more lose battles.

No more tears.

No more fear.

No more you.

Cartas a la ansiedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora