Viernes 16 de Noviembre de 2018
18:42 p.m.
Querida ansiedad:
Hace días que no te veo.
Hace días que no rondas mi mente.
Hace días que no estás.
Apareces en momentos contados (agobios por exámenes, ataques, momentáneos, de pánico...), pero ya no estás. Ya no apareces a mi lado sin motivo ninguno, ya no me dices cosas por las noches para asustarme. Ya no me proteges.
Desde hace unos días, te has ido para volver de vez en cuando.
Desde que mi mente está ocupada, te cuesta aparecer, re cuesta asustarme. Te cuesta venir.
De alguna manera te echo de menos.
De alguna manera me hacías bien.
Ya no.
Ya no estás ahí.
Ya no me hablas.
Ya no estás.
Te has ido igual que cuando apareciste, sin darme cuenta. Sin decir nada.
Aún me cuesta respirar y me acuerdo de ti.
Aún te busco en donde nadie puede verte.
Tener la mente ocupada me ayuda a olvidarme de ti, me hace bien.
La luz que me ayuda ganó sobre tu oscuridad.
Los que estuvieron, y están, a mi lado aguantaron todo lo que tú les echaste.
Querida ansiedad,
Solo vendrás cuando veas la oportunidad.
Solo vendrás cuando me veas débil.
Siento tu mano en mi hombro a modo de despedida.
El día que te quitaste la máscara, pensé que me volvería loca, que no sobreviviría.
Pero ese día me di cuenta que la persona que estaba tras la máscara era yo, y aprendí a luchar contra ti. Contra mí.
Saber quién eras me ayudó.
Creo que estabas preparada para irte.
Para salir al mundo real.
Hastasiempre ansiedad.
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Cartas a la ansiedad
Teen FictionEl miedo muchas veces no es real. Muchas veces tú eres tu propio temor.