Madame Malkin

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Tan solo faltaban tres días para la llegada del 1 de septiembre, y todos los estudiantes y futuros estudiantes, del Colegio de Hogwarts de magia y hechicería, se encontraban en el Callejón Diagon.

Algunos solos, otros acompañados de sus padres o tutores, comprando lo necesario para dar la bienvenida a un nuevo año escolar.

Lily Luna Potter no era la excepción ya que meses atrás recibió una carta, informándole que tenía una plaza reservada en Hogwarts.

Lily estaba muy emocionada, por fin iría a Hogwarts junto a sus primos y hermanos.

Mientras su madre Ginny Weasley y sus dos molestos hermanos mayores Albus y James caminaban, aceleradamente, hacia la librería Flourish y Blotts, para comprar los libros que necesitaban. Lily se detuvo frente a la tienda de túnicas de Madame Malkin.

— ¡que hermosas túnicas! — exclamo, con un tono de voz demasiado chillante, estudiando las nuevas túnicas puestas en maniquís.

Sin pensarlo dos veces se adentró en la tienda con aspecto elegante y moderno.

Empezó a estudiar todo el lugar, quedando maravillada por las hermosas túnicas.

Detuvo su mirada en una niña que estaba de pie sobre un escabel. Ella tenía cabellos rojos que caía sobre sus hombros hasta sus caderas formando pequeñas y finas ondas.

La pelirroja estaba de espaldas y vestía una túnica de franjas color oro y verde.

Lily no pudo evitar soltar una risita al percatarse que la túnica le quedaba ancha y grande.

Con pasos lentos y casi silenciosos se aproximó hacia la desconocida.

—Hola —saludo tratando de captar su atención.

La pelirroja se removió en su lugar mas no dio media vuelta para mirarla.

—esta túnica es ancha y grande para mi ¿no crees? — pregunto con desgano.

—Si —respondió Lily —tú eres de Slytherin ¿verdad? o ¿me equivoco?

<<Ese comentario fue bobo>> pensó Lily para sí misma <<es obvio que es de Slytherin>>

La pelirroja soltó unas risitas burlonas.

—por supuesto querida, acaso ¿no es obvio? De hecho todos mis antepasados, mis abuelos y mi madre fueron a Slytherin —informo con orgullo —no imagino estar en otra casa. Y tu estas...

—Yo aún no he sido seleccionada, este será primer año —respondió Lily con bastante emoción.

—espero que quedes es Slytherin. Sería muy desafortunado para ti que el sombrero seleccionador te envié a Hufflepuff o peor a Gryffindor ¡qué horror! —Exclamo —solo los perdedores quedan en esa casa — agrego con mofa.

Lily enfureció, apretó los puños y frunció su pequeña nariz cubierta con algunas pecas, sus mejillas de tornaron rojas, tan rojas como su desaliñado y corto cabello.

Nadie se atrevía a insultar a su futura casa, Gryffindor es y siempre seria la casa de los valientes de buen corazón.

—Gryffindor es la me...

—oh señorita Potter que gusto verla por aquí — interrumpió repentinamente, Madame Malkin, una bruja regordeta y sonriente vestida con un bonito vestido rosa.

Madame Malkin traía consigo un espejo y unas cajas blancas.

—Potter... —la pelirroja pronuncio cada letra de su apellido con odio.

Giro sobre sus talones y clavo sus penetrantes ojos verdes sobre ella.

Ojos muy brillantes y demasiado familiares.

Verdes ojos idénticos a los de su padre, con la diferencia que estés no irradiaban calidez y bondad sino frialdad y odio reprimido.

Lily se sintió intimidada y curiosa. Tuvo que apartar la mirada por el escalofrió que recorrió su cuerpo.

—que gusto verla señorita Potter ¿Cómo está su padre? — pregunto amablemente Madame Malkin.

Antes que Lily pudiera responder la pelirroja la interrumpió, y con voz demasiado fría y molesta dijo:

— ¿podría apresurarse? Mi tiempo es demasiado valioso.

—Sí, sí, lo siento señorita Parkinson — se disculpó, caminando a grandes zancadas hacia su cliente, que nuevamente se encontraba de espaldas.

<<con que la hija de Pansy Parkinson>> pensó Lily.

La imagen de una hermosa mujer de rasgos delicados invadio su cabeza.

Lily conocía a Pansy Parkinson, la vio en múltiples fotografías que la molesta Rita Skeeter público en sus artículos. Todos ellos hablando sobre su matrimonio con un famoso jugador de Quidditch que se graduó, varios años atras, del Instituto Durmstrang.

—Dígale a su padre que le envió saludos — dijo Madame Malkin con una sonrisa de oreja a oreja observando de reojo a Lily. En un descuido, sin querer, le clavo un alfiler a Parkinson quien rápidamente soltó un pequeño grito de dolor.

—Tenga más cuidado, la edad la volvió más estupida o ¿qué? — la insulto.

<<Pero que se cree para tratar de esa manera a las personas >> pensó Lily con irritación.

Ya no queriendo causar más molestias, Lily supo que, ya, era hora de marcharse.

—le hare saber a mi padre que le envía saludos, hasta luego Madame Malkin.

—Espero volver a verla señorita Potter, que tenga un magnifico día —dijo amablemente la sonriente bruja.

Antes de salir por la puerta, Lily se detuvo.

—Adiós Parkinson —se despedido educadamente, desconociendo el nombre de la pelirroja con carácter tan "especial".

Ella no respondió y Lily no se  sorprendió en lo más mínimo.

Una vez fuera, dejo escapar un fuerte y sonoro suspiro. Con todas las fuerzas de su corazón, deseo nunca tener que volver a entablar una conversación con esa  fastidiosa niña.

Tercera Generación De Hogwarts 《Scorpius y Lily》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora