Réquiem de una Ruptura

Dia 1

Antes no podía llorar.
Me quede sentada fuera del trabajo, no sabia que hacer, estaba en Shock.
Después de lo que pareció una eternidad empezó a oscurecerse, le envíe un texto a mi mamá con una sola frase:

Termine con Dante

Pareció que lo comprendió todo, ella respondió.

Pasare por ti, llego en 20 minutos.

La espera se hizo eterna, todo se me estaba haciendo eterno, comencé a notar cosas que antes no hacia, parejas tomadas de la mano, grupos de amigos riendo, mujeres paseando a sus perros o con sus hijos de la mano, toda esa gente tenia pareja, ellos tenían un matrimonio e hijos, ¿ellos habrían pasado por algo como esto? ¿Como lo superaron?
Después de lo que pareció una eternidad mi madre llegó, me miro y yo no pude evitar echarme a sus brazos, fue ahí cuando salio, las lágrimas brotaron, calientes por mis mejillas y los temblores de mi cuerpo me sacudían, escuchaba gemidos a lo lejos y tarde en darme cuenta que eran los míos. Me sentía como debajo del agua, sentía que esto no era real, que al llegar a casa él estaría ahí, esperándome, que me diría que todo estaba bien y me abrazaría tan fuerte que los pedazos de mi corazón se unirían.
Pero no fue así, al llegar a casa, sentí el peso de lo que había pasado.
Sin ganas de nada, me recoste en la cama y deje que mi mente fantasíara con él, imagine que me diría que lo sentía que quería verme y hablar de lo ocurrido, que quería arreglarlo y que me extrañaba, que estos días lejos le habían demostrado que de verdad me quería.
Y con todos esos posibles escenarios en mi cabeza, me quede dormida, abrazando la que era su almohada, olía tanto a él que partía en más pedazos mi corazón con cada recuerdo...
"-Esa es mi almohada, ¡vamos damela! Usa la tuya, esta es mi favorita.
-No, ahora es mía, dormire con ella siempre.
-No amor, devuelveme mi almohada, o te Morderé
-Bien, te la daré pero entonces usare tu pecho como almohada.
Me acurruque en su pecho y el me rodeo con los brazos, aferrándose a mi.
-Que tengas dulces sueños amor.

Y en la oscuridad de la solitaria habitación que había sido nuestra susurré.
-Dulces sueños amor mio...