Capítulo 17.

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Estoy molesto aunque no debería.

No sé qué fue lo que pasó después de que fui forzado a dejar la oficina ese día. Conozco las despiadadas formas en que el jefe suele obligar a las personas a hacer su voluntad. Pero aún así Jae, ¿siempre fue así de frágil tu sentimiento hacia mí? No sé cómo he conseguido mostrarme ante el público fingiendo estar bien. Pero tampoco entiendo por qué tú luces tan desinteresado. No lo entiendo. Lo odio. Todo esto.

¿Tendré alguna vez alguna luz?

Así simplemente me dijiste con una media sonrisa que deberíamos obedecer y terminar. Busqué marcas en tu rostro para ver si te había golpeado y asustado al grado de que hicieras esto pero no encontré nada. Me alegré pero a la vez me dolió. Me sigue doliendo hasta hoy en día. Así de tajo se cortaron nuestros lazos. Frente al público todo siguió normal. Aunque las fans no tardaron en notar algo extraño entre nosotros.

No importa cuantas veces llore en las noches, después de tres meses de soportar verlo salir sin dar explicaciones y llegando oliendo a alcohol, creo que por fin una parte de mí ha comenzado a resignarse. Porque no puedo obligarlo a seguir si él no quiere. Tal vez como lo temía, esto estaba destinado a ser así.

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Poco antes de la gira en Japón tuvimos una noche libre. Fue extraño porque últimamente se habían hecho algo frecuentes considerando la carga de trabajo que teníamos. Justo cuando menos quería que pasara... porque días libres se había convertido en sinónimo de Jae desapareciendo sin avisar a nadie

-Hyung, deberías acompañarnos. Te haría bien distraerte. -me dijo Junsu poniendo una mano sobre mi hombro.

-No, creo que prefiero quedarme... hay algunos mangas que quisiera leer. -¿podría sonar más patético?

-Bueno, pero si cambias de opinión sabes dónde estaremos. -dijo finalmente y salió con los otros dos miembros rumbo a un bar a relajarse un poco.

Necesitaba dormir. Esperaba conseguirlo porque no debía estar así antes de la gira. Miré el reloj y eran apenas las once de la noche. Me recosté en la sala y cerré los ojos pero imágenes de Jae divirtiéndose con gente extraña aparecían en mi mente. No podía ser infidelidad si ya no había nada pero la pregunta, ¿en serio, así de fácil?

Me atormentaba.

Me acordé de las pastillas que teníamos para dormir. Estaba desesperado, fuera de mí. Así que prácticamente corrí hacia ellas en el gabinete del baño. Entonces sin pensarlo me tomé cuatro, cuando la dosis recomendada eran dos. Tampoco estaba tan loco como para tomar el bote entero. Aunque lo deseara, el pensar en el grupo y las actividades me detenía.

Regresé a la sala y me senté apoyando mi cabeza en mis manos. No sentía ningún efecto. Lo único que quería era desvanecerme para dejar de pensar. Comencé a marearme y mi vista se tornó borrosa. A la distancia escuché que la puerta se abría. Dudaba del tiempo transcurrido así que pensé que podrían ser los chicos pero en cuanto el aroma a alcohol se dispersó por la habitación me di cuenta de que era él...

Otra vez.

Lo distinguí como una especie de sombra borrosa. Me esforcé por poder moverme y verlo con naturalidad.

-Jae... -antes de que pudiera reñirlo una vez más por el estado en que estaba llegando. Sentí que unos brazos me rodearon con fuerza y su respirar sobre mi cuello. Sin pensarlo dos veces devolví el abrazo y sentí como su espalda se movía al respirar en un ritmo extraño.

Estaba llorando. Pero de una forma en que jamás lo había visto antes. Sollozaba como ruidosamente y se aferraba a mí como si de eso dependiera su vida.

-¿Qué pasa? -quería verlo a la cara para poder hablar con él, pero al tratar de alejarlo se ganchó de mi cuerpo haciendo imposible para mí moverlo, más por lo debilitado que me encontraba. Era como un sueño. Me gustaría estar en mis cinco sentidos para comprender mejor lo que pasaba y reaccionar mejor.

Sentí frío en el pecho y me di cuenta que lo que apestaba a alcohol era la camisa de Jae que estaba empapada en un líquido azulado. Tal vez por eso de vez en vez sentía su cuerpo temblar.

-Vamos Jae, puede hacerte daño... -juntando todas mis fuerzas y luchando por no cerrar los ojos, me levanté aún con Jae aferrado a mí y lo guié hasta el baño. Estando allí traté de desabotonarle la camisa para para que pudiese cambiarse a algo seco. Batallé ya que Jae no quería despegarse de mí pero cuando comenzó a ceder, justo al ir en el segundo botón, sollozó con más desesperación y entonces giró y muy apenas alcanzó a llegar al inodoro para vomitar.

Me arrodillé de inmediato a su lado. Casi podría decir que el efecto de las pastillas estaba desapareciendo. Sobé su espalda y una vez que terminó con lo suyo le pasé una toalla para que pudiera limpiarse la boca. A penas hizo eso y volvió a llorar.

-Jae, dime qué sucede. ¿Te sientes mal? ¿Te duele algo? ¿Quieres que vayamos al hospital? -estaba asustado de muerte. Y más porque no me decía nada.

Entonces, por fin me miró a los ojos. Nos quedamos así un instante. Estaba tan pálido y me veía con una expresión que no pude descifrar. Soy un loco al estar feliz por solo esto, pero no sé si sean las pastillas pero ya no me importa la agonía que me ha hecho pasar los últimos meses. Sólo sé que esta persona es y seguirá siendo la más importante en el mundo para mí.

-Te amo Yunho... -fue lo primero que dijo con voz temblorosa.

-...-no supe qué decir. Él volvió a aferrarse a mí y lloraba.

Me sentí un idiota por no confiar en él. Por no pensar en lo que él podría estar pasando. Sólo pensando en mí. No confiando en él.

-Te amo, te amo... -siguió repitiéndolo por no sé qué tantas veces esa noche.

Si no hubiera tomado esas pastillas tal vez podría haberle respondido. Si no hubiera tomado esas pastillas tal vez le habría preguntado por qué si él parecía no haber consumido nada de alcohol, su ropa estaba en ese estado. Si no hubiera tomado esas pastillas le habría preguntado qué pasó esa noche y no simplemente seguir mi deseo egoísta de tomarlo como un regreso, por el miedo de que si cuestionaba se pudiera retractar y dejarme de nuevo. 

Unnamed Story  I. For you (Yunjae)Where stories live. Discover now