A ellos (De un ¼ de mi poesía)

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  A los condenados que no pueden sonreír
Les dejo mis dientes, mi imagen sutil.
Al inútil que no pueden servir
Le dejo mis manos para que se haga feliz.
A los condenados que intentan fingir
Le dejo la soga
Para que destruyan su existir.
A los infelices que necesitan de mi
Les dejo mis pensamientos
Para que sientan mi escupir.
A los condenados que quieren vivir
Les dejo mis ojos
Para que tiñan sus necesidades de ver y sentir.
A los malhumorados que no dejan de reñir
Les dejo mi sudor para que ardan en su herida infantil.
A los imbéciles que quieren morir
No le dejo nada, porque a ellos los voy a deglutir.
A los inocentes que viven sin vivir
Les dejos su inocencia desde su raíz.
A los dementes y confusos que hacen sufrir
Les dejo una aguja e hilo para que repriman su crueldad en si.  

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