La conquista

¿¡Que Demonios!?

Vaya que me he demorado en escribir esta continuación pero para no ser tan estúpidos para dejar una cuenta así de abandonada, pues este es el último capítulo de este libro. A leer.
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Tenía en mente decirle a Sara que lo que teníamos no iba a funcionar, pero se me adelantó con un mensaje por messenger...

Escribiendo...
 -Samuel, no creo que esto vaya a funcionar, realmente me di cuenta que es demasiado, lo forzamos, Blah, Blah, Blah...- escribió Sara (Mas de 15 líneas para ser un poco menos fríos).
        -Esta bien, no te preocupes, Gracias por todo- respondí (fue todo lo que respondí en serio).


¿Qué demonios?,  ¿Qué comes que adivinas?
Por un lado me sentí aliviado, por otro triste, y por otro sorprendido.
Tenía la mente revuelta, los sentimientos dormidos, la piel erizada y una lagrima loca que salio a media noche.

El resto del año lectivo  me senté al otro extremo del curso, lo cual era tortuoso para mi, me concentre en aprender inglés y a entonar mejor la guitarra. 

Comenzaba a pensar en que hubiera pasado si no hubiera sido tan acelerado, vaya que pregunta tan infantil.  
Empecé a cantar con más frecuencia, comencé a componer y a tener un amor más profundo por la música, un interés mucho mas fuerte que el interés por una chica. 
-Muchacho loco, el amor no llega a tu edad - me decían mis amigos mayores.  

Un adolescente de 15 buscando algo que nunca encontraría, esperando cumplir los 16 para poder cantar con gran despecho la gran canción, valga la redundancia, del Divo de juárez (Juan Gabriel), "Yo no Naci para Amar".

Cumplí los 16 me di cuenta que mi ilusión por la chica por la que moría era más fuerte de lo normal  ya había durado un año, asi que opte por escribirle y confesarle todo, pero que quedara entre ella y yo, porque a la final yo ya no quería nada con nadie. 

Conocí a una chica, una chica que me sacó de onda, conversamos una par de veces, la invite a salir en vacaciones, volvía a ilusionarme, hasta que un dia, el dia mas loco de mi vida, el dia en la que todo cambiaría. 
Caballo blanco estaba en su curso, yo fui a verlo, sin querer pierdo mi mirada y me quedo viendo a una de las miradas más penetradoras, no era su sonrisa, no era su cabello, su cuerpo, su piel, sus cachetes de cerdito... era su mirada, era el universo en su mirada, el cosmos en su iris, sin siquiera tener los ojos claros, me embobe por unos segundos y regrese al mundo de los mortales, como alguien con un nuevo propósito, tenía que saber que demonios era esa chica. 

-      Men, esa women que se sienta frente a ti, ¿quien es? -le pregunté a caballo balnco.

 - ¡Ah!, ella, es mi mejor amiga, ya te había hablado de ella muchas veces - me respondió algo  decepcionado.

- Lo siento es que es la primera vez que la veo de frente- le dije intentando evitar conflictos.

*¿¡Qué demonios!?, ¿la mejor amiga?

-...Esque me gusto su mirada, solo eso.- le dije con la mirada gacha. 

¿PREPARADA PARA EL BING BANG CHIQUITA?