VI

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-No te iba a dejar aquí sola- le guiñe el ojo y sonreí (claarooo, no me fui a las luchas sin recordar que estaba ahí).

-lo se tontito- cuando dijo eso me hizo recordar a Alex, tuve ganas de matarla pero primero lo primero.

-Está bien- hice una sonrisa forzada.

-Bueno... Entonces?- se mordió el labio y se me acercó -A lo que vinimos.

-Como debe ser- Sonreí de lado y me empecé a quitar la ropa -Pero deja me ducho primero.


Estaba a punto de entrar al baño para darme una ducha antes de todo y justo a la puerta me encontré con una mierda.

-Holaaaa- estaba ahí parado en toda la entrada sonriendo de lado.

-Y tu que mierda haces aquí?- Lo miré extrañado.

-No me extrañaste?- ríe un poco y se pone contra la pared.

-A ti no te extraña ni el diablo- rio un poco.

-como no?- sonrie -si el diablo me ama.

-Ya Nahuel, dejate de idioteces.

-Shhhhh callate que soy Christopher... Y que tenemos aqui?- mira hacia afuera -El hijo de Hades cae rendido a una mortal -Suelta una carcajada.

-Que dices? - lo tomo por el cuello contra la pared.

-Pues eso mismo- me empuja el brazo haciendo que lo suelte -Que estás embobado con una mortal, te tiene tonto.

-Pura y fisica mierda...

-A no?- me mira y sonríe de lado.

-Hijo de puta... 

-Si dices que no te tiene así- se encoje de hombros -Ya sabes- se despidió y desapareció.

-Que maldito...



Me duché y después salí del baño, Skarlet estaba en la camo cual pokeball, la tiraron y ahí toda abierta. me acerqué y la levanté, después de vestirme y hacer que se vistiera y la tome de la mano y  la lleve a caminar por el parque, le invite un helado y nos sentamos en una banqueta.

-Si murieras hoy, crees que te extrañarian?- la miré.

-Como?- me miro confundida.

-Pues si... Crees que te extraria alguien si murieras hoy?

-Aparte de ti...- pensó un poco -Nadie.

-Quieres decir que yo te extrañaria?- dije sonriendo.

-Bueno... Eso creo.

-Ya veo...


Me levanté y la invité a caminar de nuevo, aceptó sin reproche y fuimos hacia el bosque (Fuaa, que lastima que se apareció ese desgraciado) estuvimos caminando y hablando de su vida, mientras se hacía de noche y nos íbamos adentrando más,  después de un rato de caminar me detuve y me senté en el césped, ella se sentó a mi lado y me miró.

-Que lastima esto...

-Qué?- me miró extrañada. Me encogí de hombros y puse mi mano en su cuello.

-Q-que haces? Anto...- No dejé que terminara de hablar y apreté tanto que murió enseguida.

-Tal vez y si te extrañe, quien sabe- respire profundo y después de quitar mi mano de su cuello, quedó incinerada -Fue bueno mientras duró.

Leaving the underworldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora