4. I'm a monster

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𝕬𝖓𝖌𝖊𝖑𝖚𝖘 𝕮𝖆𝖊𝖘𝖚𝖘
CAPÍTULO 4

╔══════════✟══════════╗𝕬𝖓𝖌𝖊𝖑𝖚𝖘 𝕮𝖆𝖊𝖘𝖚𝖘CAPÍTULO 4

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I ' M  A  M O N S T E R

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Michael salió desesperado de la enorme casa donde residía,corriendo ágilmente hasta la casa de su vecina.
Su abuela no había vuelto en toda la noche,lo cual le hizo preocuparse.
Llamó desesperadamente 3 o 4 veces al portón,sin respuesta ninguna.
Una Kaelyn adormilada abrió la puerta al cabo de unos cinco minutos de continua insistencia,muy confundida al ver la expresión del chico.
- Mi abuela aún no ha vuelto.- dijo entrando en la casa,a la vez que Kaelyn cerraba la puerta.
- Es adulta,ella sabrá lo que hace.
- No,nunca me ha dejado solo tanto tiempo,y si lo ha hecho al menos me avisó,pero esta vez nada.
- ¿Sabes cuáles son sus sitios favoritos? Quizás quiera pasar tiempo sola,no sé.- dijo Kaelyn alzando las cejas,a la vez que se volvía a relajar en el sofá.
Michael no paraba de dar vueltas al salón,mientras se tapaba la cara con una mano.
- Le gusta ir al bar,al parque de la esquina,su jardín,la casa de al lado...- dijo el chico,pensativo.
A Kaelyn se le iluminó la cara con lo último que dijo,pero pronto desistió ya que no quería que Michael volviera a pasar por lo del otro día.

Revisaron el pequeño bar del vecindario y el gigantesco parque,sin encontrar ningún indicio de que la anciana hubiera estado en esos lugares

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Revisaron el pequeño bar del vecindario y el gigantesco parque,sin encontrar ningún indicio de que la anciana hubiera estado en esos lugares.
Sin más remedio y por descarte,tuvieron que ir a la casa que tanto misterio provocaba en Kaelyn.
- ¿Estás seguro de esto? No quiero que vuelvas a pasar por lo de la otra vez.- dijo la chica pasando su mano por los hombros de Michael.
- Segurísimo. Tan solo quiero encontrarla.- dijo él,empezando a caminar hasta abrir el portón.
Michael entró sin cautela,más bien con desesperación.
Su mirada era rápida y buscaba por todos lados,hasta que encontró lo que más temía.
Kaelyn observaba los detalles del mobiliario de la antigua casa cuando de pronto escuchó un grito ahogado proveniente del salón.
- ¡No,no!- dijo Michael agarrándose del pelo,empezando a derramar miles de lágrimas.
La chica entró rápidamente en el salón y vio a Constance Langdon tendida en el sofá.
El chico intentó incorporar el cadáver,a la vez que lo abrazaba.
- Todo es culpa mía.- sollozaba.
Kaelyn se acercó dubitativa hasta el chico,abrazándolo por la espalda.
- Lo siento mucho,Langdon.- dijo,empezando a llorar suavemente.
En la habitación solo se escuchaban los sollozos de los dos individuos,a la vez que lamentaban sus penas y ella intentaba consolarle.
- ¿Porqué no aparece su espíritu? Tendría que quedarse atrapada.- dijo Michael sollozando.
- No quiere verte. Los espíritus pueden manifestarse cuando ellos quieran. Si quieren que los veas se dejarán ver,pero sino no.- habló una voz masculina,la misma que defendió a Michael aquel día.
- Soy un monstruo.- dijo Michael,en una mezcla de tristeza y rabia.
- No digas eso,no lo eres.- dijo Kaelyn,abrazando al chico aún más fuerte.
La chica observó el cadáver de la difunta anciana,las manos que sujetaban el bote de las pastillas estaban relajadas,la piel era pálida y la mirada inexpresiva,rasgos propios de un muerto.
- Llévatelo,cámbialo si puedes. Ten cuidado con él.- dijo el hombre retirándose.
- ¡Espera,no!- dijo Kaelyn levantándose rápidamente,en dirección al hombre. Pero demasiado tarde,el fantasma de éste ya se había esfumado.
Cabizbaja,volvió su mirada al chico,que la observaba con unos ojos rojos que resaltaban el color azul tan precioso que tenía.
La chica se acercó a él,y lo ayudó a levantarse.
- Puedes quedarte en mi casa,tranquilo. Tómate el tiempo que necesites.-
El chico asintió y salieron de la casa,torpemente ya que con las lágrimas se le nublaba la vista a Michael y perdía un poco el equilibrio,mientras Kaelyn se esforzaba por mantenerlo recto.
La chica abrió la casa y dejó pasar a Michael.
Le preparó algo rápido de comer y subió al segundo piso para prepararle la cama.
Una vez todo hecho,bajó al salón y esbozó una pequeña sonrisa al ver a Michael comiendo su sopa observando atentamente la televisión.
- ¿Te gusta? - dijo ella,obteniendo como respuesta un breve sí que Michael dijo casi en susurro.- La verdad es que no tenía casi comida,pero creo que una buena sopa calentita es lo más acertado para hoy.- dijo Kaelyn intentando sonreír.
El chico tan solo se limitó a seguir viendo la televisión.
Kaelyn se fijó que estaba viendo un programa de coches antiguos,así que empezó a seguirlo porque le resultaba interesante.
Poco a poco se fue recostando en el sofá,hasta que sus ojos ganaron la lucha y se quedó dormida.
Cuando Michael se cansó de ver la televisión,se dio cuenta de la chica.
Le transmitía serenidad,confianza y ternura.
Con algo de pena despertó a Kaelyn,cogiéndola por los hombros para ayudarla a subir las escaleras,puesto a su adormilada situación.
- Se me ha olvidado decírtelo,dormirás en esta habitación.- dijo la chica susurrando,y señalándole la habitación de al lado de la suya.- Te he preparado mantas,si necesitas cualquier cosa llámame.- dijo,metiéndose en la cama.
- Buenas noches.- susurró el chico,con una pequeña sonrisa.
- Buenas noches.- contestó ella.

- contestó ella

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𝑨𝒏𝒈𝒆𝒍𝒖𝒔 𝑪𝒂𝒆𝒔𝒖𝒔 | Michael LangdonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora