Esos asquerosos pasillos eran el calvario más grande que pudiese experimentar, debía caminar con los ojos vendados hacia un lugar donde me hacían sufrir cada segundo, ¿Qué culpa tengo de ser hija de el secuestrador de la hija de este hombre?.
Él no quería entender que mi padre estaba muerto, era la verdad, pero tenía un ardiente deseo en su interior lleno de venganza, que me llevaba a mí a pagarle por mi padre, aunque para él no era suficiente, necesitaba escuchar los gritos de dolor de mi padre por su desgracia.Yo llegué a odiar a mi padre, ¿Tenía que soportar esto por su culpa?, dese cuenta, ¡No es mi problema!, además, mi madre sigue viva, ¿por qué no a ella?, eso no tiene sentido, ¿Será que el hombre me tenía algún rencor guardado?.Al llegar a aquel sitio, me llené de repugno al sentir las manos frías atarme a la mesa, nunca vi a los ojos a el hombre que me ata, ni al que me tortura, ¿Y si son la misma persona?, esa duda me recorría, desde una silla, el torturador me inyectó el líquido que ya dejaba de hacerme efecto, mi organismo se acostumbró a ese narcótico. No sé mucho de ciencias, puesto que no tengo la primaria completa, me secuestraron hace... Hace... ¡No me pueden decir nada!, es obvio que no me dirán el día en que me encontraba, por lo que ya no sé qué hora es, ni qué día, ni qué año, recuerdo la fecha en que me secuestraron, pues era mi cumpleaños, ¿Qué regalo de cumpleaños es mejor que te avisen que tu padre está muerto y que luego te secuestren y torturen hasta el punto de dejar de sentir dolor?, nada, ¿Verdad?.
El líquido no dolía, pero debía fingir si no quería que lo cambiasen por uno que sí lo hiciera. Fingir es más fácil después de un tiempo, puesto que me he acostumbrado, podría ser actriz si quisiera, pero no creo poder salir de todos modos.
Luego de esa sesión de tortura, procedieron a dejarme en el lugar más aburrido en el que pudiese estar, mi cárcel, era más cómoda de lo que se piensa, pero seguía siendo aburrida, el lugar no era custodiado por nadie, escapar sería sencillo, si no tuviese los ojos vendados.
Un rato luego de ese martirio, logré percibir un sonido, una pared siendo destrozada por algo, o alguien, sentí también pasos acercarse a mi dirección. El sonido ensordecía mis oídos y cegaba mis ojos de desesperación al pensar que alguien vendría a sacarme de esta pocilga, o para encarcelarme en un lugar peor.
Algo cortó mis cadenas y me quitó las vendas de los ojos, sentí un miedo recorrerme de cabeza a pies, al ver un cabello naranja, me exalté y di un respingo hacia atrás, normalmente el cabello naranja es de delincuentes, o eso solía decir papá.
"Siento mucho interrumpir tu descanso, pero debemos sacarte de aquí", era una voz calmada, muy calmada y rasposa, era increíble que fuese la voz más dulce que había escuchado en mucho tiempo. Dado a que estaba asustada no abrí nunca los ojos hasta ese momento. Al abrirlos se encontraron mis ojos con unas orbes marrones, eran desafiantes y perezosos, demostraban entre seriedad e informalidad, extraña combinación.
"No me molesta", era lo único que podía decir además de "Gracias".
Me levantó con delicadeza del brazo, e hizo una señal con la cabeza a uno de sus compañeros, indicando que ya estaban todos, y salimos caminando ya que el peligro había sido neutralizado.
Luego de un rato me comenzó a invadir unas ganas de dormir, por lo que pedí a mis nuevos secuestradores si podíamos descansar, ellos dieron respuesta negativa, pero me otorgaron permiso a subirme en la espalda de un chico, Chad, le decían, dormí el resto del camino a donde sea que me llevaran estos hombres.
Al despertar estaba en una cama, cómoda, pero no para exagerar, aunque tanto tiempo después de no haber visto una cama también tendría efecto en que se sintiera más cómoda de lo que era en realidad.
Se acercó a mí el pelinaranja y dijo, "Has despertado, por lo que veo", no respondí porque no lo veía necesario, "Espero no te moleste que te arrastremos hasta un lugar desconocido", ¿Acaso sólo le importaba el bienestar del prójimo?, "No me molesta en lo más mínimo, de hecho, estoy agradecida, señor secuestrador", respondí haciendo una mini-reverencia hacia el chico ya que estaba sentada y no parada, puesto que hacerla bien sería... doloroso, "¿Señor secuestrador?", al instante contesté, "Sí, ahora estoy a sus servicios", él parecía un poco extrañado por el comentario, "No te haremos daño, no te quedarás aquí si no quieres, pero déjanos curarte antes", pensé en una respuesta, que no sonara aprovechada, con la mayoría sentía que estaba abusando de su hospitalidad, pero de alguna manera, logré dar con algo que no sonaba tan mal, "Gracias, de nuevo, y, preferiría quedarme aquí, no tengo familia, sólo mi madre, pero, no sé dónde pueda encontrarse, ni cómo se verá", se quedó callado admirando mis ojos ____, él parecía traspasar mi alma, por lo que aparté la vista rápidamente, captó que me incomodaba y se disculpó, luego se fue, cerrando la puerta tras de sí, con cuidado, por si alguno de los pacientes tenía dolor de oído, o, simplemente, estaban durmiendo.
Ni siquiera pregunté por su nombre, qué patética, debería decirle cuando vuelva.
Y, hablando del Rey de Roma, apareció frente a mí con una mesita de cama, sopa, agua y pan, acepté gustosa su bondadoso obsequio. Sabía muy bien, al parecer era casera, "¿Fuiste tú quien cocinó esto?", negó riendo un poco, "Siquiera sé hervir agua", me intrigó que al parecer había más que pacientes y él, "Entonces, ¿Quién?", el chico se encogió de hombros y contestó, "Mi hermana menor es muy buena cocinando", en ese momento su teléfono sonó con un timbre suave pero fastidioso, "Me tengo que ir, disfruta tu sopa, si necesitas algo, mi hermana está en el pasillo, golpea la mesa de luz dos veces y vendrá", mientras salía de la habitación decía esas palabras, "¡Espera!", mi débil voz se sobreesforzó al emitir sonido con tal frecuencia, "No grites, te harás daño", ignoré su recomendación y pregunté, "¿Cuál es tu nombre?", él se sorprendió de que le llamara sólo por eso, separó los labios para contestar pero su celular vibró otra vez, con la tediosa melodía que odiaría porque él no pudo darme su respuesta antes de salir corriendo.Me rendí y cerré los ojos sin mucha fuerza, "¡Kurosaki Ichigo!", escuché desde la ventana, débilmente me acerqué a esta, la cual estaba pegada a mi cama, y lo vi, una pequeña curva se formó en mis pálidos labios.
"Kurosaki Ichigo"
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▶Ichigo y Tú◀ ¤My Memories¤
FanfictionPara algo hay una parte que se llama prólogo, ¿No?, Léelo si te quieres enterar de qué se trata la historia.