▶Ichigo y Tú◀ ¤My Memories¤

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Un mes ha pasado, un mes con el desgarrador pensamiento de que nuestra fuga de aquí es imposible.
Aizen nos deja estar aquí, también nos da dulces a veces, como un pastel, pero no nos deja salir de la habitación.

Orihime no habla mucho conmigo, no veo el problema, creo que soy agradable.
Aunque nunca me lo dijo, no es nada difícil saber que la razón de esta actitud, es porque está triste o pensativa, no habla ni se mueve, apenas come.
Por esto, mi único pilar para no volverme loca o enfermar de tristeza, es Ulquiorra Ciffer.

Habla cortante, no muy diferente a mí, pero parece interesarle que hable de las emociones que manejo, por su forma de ser inexpresiva debo de asumir que sufre de anexitimia. Osea que sí tiene sentimientos, pero que si los siente, no sabe cuál es cada uno, por ende tampoco puede expresarlos.

El lugar siempre está limpio, no sé cuándo limpian, pero es agradable. Agregaron camas y tenemos una mesita ratona con cartas, para no aburrirnos, pero sólo Ulquiorra juega conmigo.

Aún no logré que me llame _______, siempre me dice ^mujer^, no me molesta tanto, pero se siente poco natural, y lo dice siempre, también dice mucho ^Aizen-Sama^, ¿Tanto respeto le tiene?, a mí me da escalofríos, "Mujer, Escúchame, Mujer", desperté del trance con su voz, que chasqueaba los dedos frente mis ojos, "¿Qué sucede, Ulquiorra?", miró las cartas, "Es tu turno", no me había dado cuenta de que terminó su turno.
Moví mis manos y tomé una carta, bajé cuatro de estas, tres juntas y una en el medio, le miré confiada.
Él se limitó a tomar una carta bajar dos jugadas y dejar una carta en el medio, "Nunca gano en la loba, algo te distrae, Mujer", es cierto, él es muy malo en la loba, "No es nada", asintió, "Entiendo", se levantó para caminar hacia la puerta me dio una última mirada, y se fue.

Extendí mis manos para juntar las cartas de mi primera derrota, los hice un mazo y guardé en su caja.
Posé mi mirada, cual mariposa, sobre la desdichada expresión de la chica en la esquina del cuarto, como si se estuviese regañando a sí misma, como un castigo propio en el que ella se condenó.

Me acerqué, toqué su hombro para llamar su atención, pero no estaba en este plano existencial, ella estaba en una cárcel en el infierno más profundo, aunque sólo era su imaginación, esta puede dejarte en lo más alto, como también puede pudrirte lentamente con el peso de la culpa, "¿Inoue?", aún no respondía, me di por vencida y me encaminé hacia mi cama.

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Sé que no es un capítulo, es la mitad de uno, pero quería subir algo después de tanta espera... me disculpo, pero no escribo como antes, he empeorado, estoy demasiado pegada escribiendo una historia de chinos... y no me sale, siento que tenía un mejor nivel en este libro, y esta parte la tengo escrita desde hace mucho, pero no me parecía publicar medio capítulo, hasta que me di cuenta de que si seguía, lo arruinaba.

Voy a continuar, pero no prometo que sea igual o mejor que lo que llevo haciendo hasta ahora, que tampoco era la gran cosa.

Wenas Tarde', y Yehet.