Lector: Usted es la archienemiga de las princesas y de los niños perdidos. ¿Es esto así?
Madrastra: La juventud de hoy viene muy rebelde. Por eso, cuando una quiere ponerle límite, enseguida me acusan de maldad.
Lector: ¿Es cierto que le gusta comer niños en guiso?
Madrastra: Para empezar, eso es propio de las brujas. Yo en brujería no estoy licenciada. Para seguir, soy naturista. ¿Acaso cree que puedo mantener esta silueta tragando de vez en vez un niño grasiento, con las tripitas a reventar de golosinas y chocolates? ¿Qué clase de dieta sería esa?
Lector: ¿Cuál es su truco de belleza?
Madrastra: Sonreír y estar siempre de buen humor.
Lector: Se dice que usted tiene un aparatejo en su cuarto, llamado Espejito Mágico, al que consulta a diario.
Madrastra: Mi asesor de moda.
Lector: Lo que se comenta es que es Espejito Mágico es su esclavo. Usted no le permite libertad.
Madrastra: ¡Pero qué mentira es esa! ¡Cómo le gusta a la gente mentir! Claro que no, el Espejito es dueño de ir y venir por el reino, adonde él quiera. Es un ser muy bondadoso, que compré en una feria de anticuarios cuando apenas era una polverita de latón y al que le puse un marco dorado de rosas rococó.
Lector: Hace pocos días, el Espejito Mágico (o lo que quedó de él) reflejó a la cocinera del reino y clamó: "¡Ayúdenme, ayúdenme a salir! Estoy pricionero en este estuche de anteojos donde me metió la arpía Madrastra".
Madrastra: No es posible. Debe tratarse de una confusión.
Lector: El Espejito confesó que usted lo tortura si no le dice lo bella que es.
Madrastra: Otra falsedad.
Lector: ¿Diría, señora Madrastra, que el Espejito y usted mantienen un romance y por eso pasean siempre juntos?
Madrastra: De ninguna manera. Somos solamente amigos.
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Habla La Madrastra - Patricia Suárez
HumorTal como le pasa al Lobo de la historia de Caperucita Roja, las madrastras de los cuentos son personajes incomprendidos y maltratados, a los que se designa con falsas acusaciones. Hoy, aquí, habla la madrastra de Blancanieves, para restificar su his...