El pelirrojo, que estaba sumido en la armoniosa melodía de su composición, escuchó unos leves golpes en su puerta. Lo dejó pasar, era domingo por la tarde así que pensó que serían los molestos promotores de alguna tienda.
Pero los golpes no cesaron y esta vez fueron acompañados por gritos.
ㅡ¡Abrete sésamo! ㅡse escuchó decir por parte de una voz con infantil tonoㅡ. ¡Chūya, abre ya~!
El nombrado suspiró, era obvio que si hacía de oídos sordos el otro probablemente tumbara su puerta, así que con pesadez fue a ver que quería su novio.
Abrió la puerta, Chūya estaba preparado para mandar a volar a Dazai por el anterior escándalo, pero se vio interrumpido por un ramo de dalias rojas que casi chocan contra su rostro. El otro extendió el ramo en un "gesto elegante", sonriendole en el acto. Chūya por su parte, quedó pasmado por la impresión.
¿Que harías si tu persona favorita te regala tus flores favoritas? Su alma quizo dejar su cuerpo en ese momento para sumirse en infinitas emociones. Pero no, debía ser listo para con él. Sabía que, aunque el castaño solía ser detallista, esta vez se traía algo entre manos al presentarse tan impecable con un ramo de flores cuando no habían motivos para hacerlo; pero ya que, ahí estaba.
ㅡ¿Qué es esto? ㅡle recriminó en búsqueda de una respuesta coherente a su visita.
ㅡFlores, de mi para ti. ¿No vas a tomarlas? ㅡdijo y quitó una de las flores del ramo para colocarla en el bolsillo de su saco. Chūya tomó dudoso el presente, y se apartó de la puerta para darle paso a su inesperada visita.
ㅡGracias..? ¿A qué vienes?
ㅡ¿Así me recibes? Que mal anfitrión.
ㅡTú te apareciste sin invitación, no te quejes.
ㅡNo necesito invitación para venir aquí, además te traje eso ㅡdijo apuntando al ramo que aún era sostenido por el más bajo.
Chūya lo miró expectante, Dazai era un descarado total. ㅡDa igual ¿Quieres café? Es lo único que hay
ㅡdijo, y depositó el ramo encima de la mesa.ㅡ Oh, si, si. Y no le pongas mucha azúcar porque te puede dar gastritis.
ㅡ¿Eh? ㅡdijo y rióㅡ ¿Y eso?
ㅡNada, nada~
Una vez listo el café, Chūya sirvió para ambos, y se dirigió con las tazas a la mesa de la sala en donde se encontraba Osamu.
ㅡBueno, ¿ya me vas a contar?
ㅡSi ¿hasta que número?
ㅡHablo en serio bastardo.
Dazai resoplo sabiendo que no podía ocultarle nada al pelirrojo, y se resignó a contarle el motivo de su visita.
ㅡHoy... es el cumpleaños de Odasaku ㅡtrago salivaㅡ Y me preguntaba si... podrías acompañarme esta vez...
Chūya no dijo nada y se tomó todo el contenido de su taza de un sólo sorbo. Al bajarla en la mesa miró a los ojos, a los castaños ojos que tanto le gustaban, y suspiró aflojando sus hombros.
ㅡYo... ¿acaso soy digno de ir contigo a ése lugar?
ㅡClaro que lo eres, no importa lo que digas. Quiero presentarles formalmente ㅡdijo lo último inocentemente.
El más bajo ya sabía lo que se esperaba al oír eso. Aceptó la petición y ambos se encaminaron a su destino.
*
Llegaron al lugar, una zona bastante silenciosa, se podía sentir un aire de paz junto con el viento que hacía mecer las hojas de aquel gran árbol que se encontraba detrás de la lápida con las inscripciones de Sakunosuke Oda.
Dazai, quien no había dicho nada desde que pisaron el cementerio, giró a ver a Chūya, que por cierto se encontraba detrás suyo, y le extendió la mano para que se acercara.
ㅡNo seas tímido.
El pelirrojo negó con la cabeza y sonrió. ㅡNo es timidez, sólo quiero respetar tu espacio. Es tu amigo después de todo.
Dazai sintió una ola de dulzura cubrir su corazón. Volvió su vista a la tumba y respiro profundo.
ㅡOdasaku, aunque ya lo conozcas... te quiero presentar a Chūya ㅡdijo señalandoloㅡ. Es la persona que más amo, la que me ha cuidado todo este tiempo, y se ha encargado de curar con paciencia todas las heridas en mi corazón.
ㅡY Chūya ㅡesta vez el nombrado sonrió con ternura, estaba esforzándose para no llorarㅡ, él es Odasaku, mi amigo. Si no fuera por él yo probablemente nunca habría sabido lo bello que es estar del lado de los buenos.
El más bajo se inclinó en una reverencia. ㅡGracias por haber cuidado de la momia ㅡal oír eso el castaño rió.
De forma delicada, sacó la pequeño dalia que había metido en su bolsillo y la dejó sobre la tumba. ㅡFeliz cumpleaños. Es algo que ambos tienen en común, aunque yo también creo que las dalias son lindas.
En ese momento sintieron una suave brisa, que les llenó de calma el corazón, una suave brisa que a pesar de ser silenciosa se podía escuchar como agradecía.
«Dazai, te haz vuelto una buena persona. Se feliz junto a quien que amas»
ㅡEso es un hecho Odasaku, ¿verdad querido?
ㅡ¿Hm? ¿Qué cosa?
ㅡQue nos amamos.
Chūya asintió con una sonrisa. ㅡLo es Osamu, lo es.
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No es el cumpleaños del bebo pero igual quería subirlo.
Pd: el significado de las dalias rojas es algo así como "te voy a querer siempre"
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• Soukoku | Drabbles •
FanfictionDice drabbles pero por ahí se coló algún one-shot ( '∀`)/