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Dos chicos iban de camino a clases, uno de los dos contando lo emocionado y ansioso que estaba de que el viernes llegara.

—Tyler, ¿podrías cerrar tu boca unos segundos?

—No, tienes que escuharme—contestó Tyler.

—No, no tengo—dijo soltando un suspiró—Pero eres mi compañero de cuarto y no me quedo de otra.

—Ryan, entiende que esta es mi gran oportunidad—dijo parándose frente a él—Josh va a ayudarme a conquistar a Jenna.

—Por supuesto, para él es fácil decirlo es atractivo y popular—se burló el castaño—Pero, ¿estás seguro que tu puedes gustarle aun con su ayuda?.

—Debería estar ofendido ahora mismo pero no te escuchare—dijo sonriendo y continuando su camino—Ya verás Ryan, pronto ella será mi novia.

—Me debes un almuerzo si eso no pasa.

—Lo que quieras, sé que así será—contestó con seguridad.

Ryan rodó los ojos con una sonrisa y ambos entraron a sus clases.


La verdad Tyler creyó que cuando el viernes en la noche llegara se sentía emocionado y feliz, pero estaba muriendo de los nervios. Tenía un buen rato tratando de escoger que ponerse, y cuando por fin se decidía por algo al mirarse al espejo se decía que se veía mal o que parecía idiota, su mente si que estaba contra el ese día. Pero no era su culpa, jamás había ido a una fiesta en una fraternidad y tenía miedo de no encajar, o más bien, no lo haría, pero intentaría lo más que pudiera.

—No puedo estar comportandome así justo ahora—murmuró entre dientes.

Tyler se tiró en la cama y tomó su celular, pero al encender la pantalla sus ojos se abrieron con grandeza al ver la hora, eran casi las once y media, aunque sabía que posiblemente la fiesta apenas había comenzado, no pensó que había perdido tanto tiempo escogiendo que ponerse.

Se levantó rápidamente, se dejó puesto lo último que se había probado y acomodó su cabello lo mejor que pudo.

—Maldición, Ryan, ¿por qué no me avisas que hora es?, ya es tarde—se quejó Tyler arrojándole al nombrado una almohada.

—Eso no es mi problema, Tyler—respondió aventando la almohada de regreso—Además, ¿quién se preocupa por llegar puntual a una fiesta de fraternidad?, y otra pregunta, ¿desde cuándo te preocupa tanto como te ves?, estuviste horas cambiandote de ropa.

—Desde que tengo una oportunidad de tener una novia bonita, dah—respondió haciendo una mueca.

—Si, claro, cree eso—se burló Ryan.

Tyler rodó los ojos y se dio la vuelta dispuesto a irse pero cuando abrió la puerta se giró hacia atrás para mirar a su amigo.

—¿Seguro que no quieres venir?—preguntó después de un momento de silencio.

—Por décima vez, Tyler, no me interesa en lo más mínimo ir a esa fiesta.

—Vamos, Ryan, no quiero ir solo—dijo Tyler.

—Se supone que irás a estar con una chica, ¿para qué quieres que vaya?.

—Bueno pero de todas formas no quisiera ir solo.

Ryan se puso de pie, tomó a Tyler de los hombros y lo empujo suavemente hacia afuera, sacándolo de la habitación.

—Lástima—dijo Ryan—Si llegas muy tarde trata de no despertarme.

Youngblood    {joshler} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora