Me quedé de pie contra el marco del baño, observando la espalda desnuda de Lena sobre la cama. Una leve presión se formaba en mi pecho y recordé el día que me quedé sin poderes, que terminé resfriándome en un bus por culpa de una niña y Cat Grant me mandó a mi casa por aparecer enferma por primera vez. Había sentido una presión en el pecho por la falta de aire, me costaba respirar. Eso me causaba Lena, me quitaba el aire y hacía que todo me diera vueltas. No podía evitar sentir que mis ojos sonreían. Así es, sé que es una expresión extraña pero mis ojos sonreían viéndola y causaba que mis labios dibujaran una curva por voluntad propia. Vi mi traje colgado en el armario y se me ocurrió ir a comprarle flores. Así que me lo puse y salí por la ventana sin que ella lo notara. Volé hasta la florería y cuando aterricé, una muchacha me sonrió al verme.
"¡Supergirl! ¿Qué puedo hacer por ti?"
"¿Me vendes un ramo de plumarias? Quiero hacerle un regalo a alguien especial."
Me asintió y la vi preparar el ramo con entusiasmo. Dejé mis manos debajo de la capa, ansiosa por ver la cara de Lena cuando las viera. Estaba terminando de adornar el ramo cuando me miró emocionada.
"Esa persona es afortunada. Pues se nota que estás enamorada Supergirl."
Sonreí y tomé el ramo con una sonrisa. Le entregué el dinero y no le respondí, le di una guiñada. Volé de regreso a mi apartamento y me detuve antes para comprar chocolates. Una caja de chocolates suizos que sabía, le encantan porque la pesqué varias veces comer uno a escondidas. Los vi con mis rayos x en su oficina.
Aparecí en el apartamento y por suerte seguía durmiendo, solo que esta vez se había movido. Estaba boca abajo y con las piernas abiertas, mostrando su entrepierna. Me quité el traje, dejándolo en el armario y dejé las flores con los chocolates a un lado, en la mesa de noche. No pude evitarlo y me acerqué a Lena, me recosté en la cama y metí mi boca en su entrepierna. Use mi lengua lentamente para tentarla muy cerca de su centro y la sentí suspirar dormida. Agarré su cadera con mis manos para poder profundizar en lo que hacía. Cuando el líquido se asomó, largando ese aroma característico que indicaba cuan encendida estaba, ella comenzó a gemir. Aprovechando que estaba en ese estado, comencé a beber de ella sin dejar que nada se me escapara y eso la hizo despertar."¡Oh, eso se siente demasiado bien!"
No contesté, seguí succionando su entrepierna y ella gemía sonoramente.
"¡Ahh! ¡Sí! Esto es despertar placenteramente..."
Me reí y no soporté más. Dejándola en esa misma posición la abrí mejor de piernas para entrelazar las mías y unir nuestros centros. Gracias a la posición cruzada pude mover mis caderas a gusto y mi centro se llenó de su líquido. Me hizo comenzar a mojarme más de lo que ya hacía y empaparla.
"¡Oh, Lena!"
Disfrutaba enormemente hacerla mía y más sabiendo que estaba llevando el ritmo. Anoche la había dejado llevar el mando pero ahora me tocaba a mí.
"Eso... muévete así amor... que delicioso..."
Podía sentir el orgasmo querer llegar y quise evitarlo, era demasiado pronto para eso. Pero quería verla llegar a varios a ella, por lo que me acerqué a su entrepierna con mis dedos y los introduje dentro. Comencé lento y mantuve el ritmo hasta que mis dedos se empaparon. Ahí usé mi velocidad para penetrarla rápido y comenzó a gritar de placer.
"¡¡Oh, por Dios!! ¡KARA!"
Saqué mis dedos e hice lo mismo que hasta ahora pero con mi lengua. Quería probarla y me encargué de beber todo de ella mientras la seguía sintiendo gritar. Sentí sus paredes apretarse alrededor de mi lengua y regresé al ritmo lento hasta que decidí salir. Comencé a dejar besos por su muso y subí por sus nalgas. Esas nalgas hermosas que tenía, les dejé muchos besos. Seguí por su cadera, justo en el inicio de su columna vertebral y disfruté de su hermosa espalda. Le di besos lentos por todo el lugar y cuando llegué a su cuello me recosté sobre ella. Estaba dejando unos besos en su cuello cuando decidí poner mi mano en su seno y masajearlo con suavidad. Luego de la primera vez, aprendí a tener cuidado con mi fuerza. Me moría por dejarle marcas pero no quería hacerlo hasta que ella lograra encontrar una solución para disminuir mi fuerza. Sonrió y aún estaba agitada del orgasmo al cual la hice llegar. Me elevé un poco en el aire para que pudiera voltearse y bajé colocándome sobre ella cómodamente. Comencé a besarla y luego de entrelazarme a sus labios unas cuantas veces, sentí su lengua asomarse y dibujé una danza con la mía. Recorrí su cintura hasta su seno izquierdo con lentitud mientras colocaba mi rodilla entre su entrepierna mojada. Comencé a masajear su pezón y sentí una de sus manos arañar mi espalda al mismo tiempo que la otra iba directo a mi seno. Comenzó a jugar con mi pezón y me hizo empapar su entrepierna, al mismo tiempo que comencé a moverme contra ella. Embistiendo su centro con mi rodilla. Por supuesto que me costó horrible contenerme a moverme con ganas pero igual fue placentero. Tanto que me moví para abrir sus piernas y juntar nuestros centros. Me moví lento y sincronizado contra ella, acompañándola en los gemidos. Nos miramos a los ojos mientras me movía y la sentía morder mis labios con fuerza, gimiendo contra mi boca. Sentía el fuego de mi cuerpo y el frenesí de mi cadera contra la suya. Ella también comenzó a moverse y tomó mi trasero para presionarme a su centro con más fuerza. Me arriesgué e hice un poco más de ritmo. Fue mágico escuchar el respaldo de la cama pegar contra la pared al mismo tiempo que la embestía y a mis oídos llegaba el sonido de su líquido con el mío. Estábamos muy mojadas y comenzamos a curvar nuestras espaldas del placer.
ESTÁS LEYENDO
The One You Love Most
AdventureKara queda atrapada en una prisión psíquica alienígena cuando se interpone delante de Lena para salvarla. El ataque deja a Kara alucinando inconsciente donde sufre el dolor de la soledad y la idea de que nadie realmente la ama. La única forma de sac...