Confesión

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Un muchacho entra corriendo a la iglesia en busca del padre, mira por todas partes, pero solo hay una joven monja, pensando que sería lo mismo, decidió hablar con ella, va a su lado con una cara de vergüenza.

Monja: sientate hijo mío.

Joven: hice algo horrible, no se cómo explicarlo

Monja: dilo, ningún pecado es tan grande como para no perdonarlo si estás arrepentido.

Joven: mi hermana estaba en la ducha, la espie y ví su cuerpo desnudo con lujuria y perversión.

Monja: tranquilo hijo mío, solo debes rezar y pedirle a Dios que te de más autocontrol.

Joven: también esto-le muestra el pene- se puso duro y no quiere volver a la normalidad.

Monja: seguro está inflamado, voy a revisarlo.

Desabrocha su pantalón y saca su pene, se sorprende al verlo, pone su cabeza en su regazo y empieza a masturbarlo lentamente, saca sus senos y le dice que los chupé, el empieza a chuparlos, manoserlos y lamerlos como un bebé, al cabo de un rato el se viene y se sorprende al ver su semen, ella se lo muestra antes de meter sus dedos en su boca.

Monja: no sabe tan mal.

Joven: que es esa cosa.

Monja: es el pecado, debo sacarlo de ti cuerpo.

Lo acuesta y le chupa el pene como una golosina, lo pone entre sus senos y empieza a masturbarlo mientras lo chupas el gime de placer y le pide más, ella empieza a besarlo y sube lentamente a su cuello, lo muerde en el pecho y llega a su boca, se besan mientras el agarra su culo y empieza a estrujarlo, ella toma su pene y lo frota con su vagina hasta que entra.

Monja: es hora de sacar hasta la última gota de pecado.

Joven: tomará mucho?

Monja: si, estás lleno de pecado y debemos sacarlo todo.

El la penetra y empieza a moverse dentro de ella, la besa, le chupa los senos y ella solo puede gemir de placer y pedir más, el se mueve cada vez más rápido y es más rudo, ella se contiene y lo besa para no gemir, al poco rato el se viene dentro de ella liberando todo su "pecado" en su útero, terminan de desnudarse y cambian de posición.

Joven: aún queda mucho pecado

Monja: tranquilo, no me iré hasta que salga todo.

Ella se acuesta y el se pone encima, la vuelve a penetrar con más vigor que antes, ella lo abraza y cruza las piernas, pone su cara en sus senos y acaricia su cabeza, siente como llega cada vez más profundo y gime como loca tras cada embestida, duran varios minutos más hasta que...

Joven: aquí viene todo mi pecado.

Monja: suéltalo todo adentro de mi.

El se viene como nunca antes lo había hecho, la llena por completo, saca su pene y llena su cara y sus senos, ella lo chupa hasta más no poder y el cae sin una gota de pecado en su cuerpo, un rato más tarde despierta y ve a otras dos monjas más.

Monja: veo que aún le queda algo de pecado, ayúdenme a sacarlo hermanas.

Monjas: será un placer.

Dulce pecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora