Drei

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D R E I :
Escena extra. Jimin y Jin están en el patio .

Los adultos tenían que hablar sobre temas de adultos, cosas como trabajo, matemáticas–las cuales Jimin detesta–, chistes de grandes que ninguno de los dos niños entendían, y otras cosas más que no recordaban pero eran de adultos.

  No era el mejor día, estaba algo nublado, pero la temperatura era agradable. Jimin estaba sentado junto a su nuevo hyung observando cómo este jugaba Mario Bros en su teléfono; el juego parecía divertido, pero el de azabaches hebras no entendía como el muñequito de movía de un lado a otro.

—¿Ves Minnie? Tienes que apretar este botón para que Mario salte, este otro botón es para que puedas avanzar. —hablaba Jin sin quitar la vista de su teléfono.

Inconscientemente el menor asintió, ya que, mirando  a un punto fijo de la pantalla, Park se iba metiendo más y más en su mundo. De pronto, Jimin se perdió en sus pensamientos. Algo le estaba comiendo lentamente la cabeza; ¿por qué Jinnie Hyung tenía dos papás y no un papá y una mamá como él?.

—Jinnie hyung —Jimin tocó suavemente el hombro de su amigo mayor—. ¿Usted estuvo en la pancita de uno de sus padres? —preguntó inocentemente el niño.

Jin soltó una suave risita, casi parecida a un suspiro, puso en pausa el juego y giró sobre si para estar cara a cara delante del niño. Inhaló profundamente como si estuviera tomando coraje para posteriormente sonreír ampliamente.

—Eso no es posible, Jimin —contestó—. Yo tuve una mamá hace mucho tiempo, pero tuvo que irse a un lugar mejor.

—¿Se fue con las estrellitas? —Jin asintió—. ¿Usted la extraña?

—La extraño mucho, al igual que lo hace mi papá Taehyung —suspiró—. Yo era muy pequeño cuando pasó, por lo tanto mi papá sufrió más que yo.

—Oh... ¿Pero tu mamá no estará celosa de que tu papá Taehyung esté con tu nuevo papá Hobie?

Era curiosidad lo que reinaba sobre Jimin, el mayor de bonitas facciones lo entendía a la perfección. Jin pensó bien la respuesta que debía darle al niño que desbordaba de inocencia.

—Mi mamá amaba a mi papá, ella siempre deseó y deseará que él sea feliz —inhaló hondo—. Aunque ella ya no sea la causa de las sonrisas.

Jimin pensó bien las tristes palabras de su mayor. Asintió comprendiendo y, sin dudarlo un segundo, abrazó a Jin. Sus manitos no podían rodear el cuerpo del mayor pero el abrazo eran tal cálido que alivio un poco el triste corazón de Kim.

—Por favor Jinnie Hyung, no borre la sonrisa de su bonito rostro.

Un abrazo tan cálido como el que su madre le dio antes de partir.

•••

Ya venía siendo la última semana que le dieron de vida a la mujer que trajo al mundo al hermoso Kim Seok Jin. Hace como un dos meses que fue internada, al niño se le había negado visitar a su madre hasta el día que ella pidió verlo, porque ya sabia que no duraría más sentada en aquella incomoda camilla de hospital.

Jin ya no estaba feliz por visitar a su madre después de dos meses. Había algo que provocaba un nudo en su pancita y le incapacitaba estar tranquilo.

Taehyung, su padre, sostuvo su mano durante lo que duró el trayecto por el blanco y puro pasillo de la zona de cuidados intensivos.

Jin llegó y entró en la habitación completamente esterilizada. Se acercó hasta la camilla de su madre y tocó el brazo flacucho de su madre.

Madre e hijo se miraron mutuamente, el contacto visual ya aproximaba sobre de que iba el tema.

—Jinnie, mi bello príncipe —Una mujer ya consumida por el cáncer abrazo débilmente a su hijo de apenas seis años—. Yo me iré a contar todas las estrellas que ves en el cielo, cuando termine de hacerlo, tu, papá tata y yo nos volveremos a ver.

—¿Lo prometes? —Jin, llorando soltó el abrazo y miró a su madre con los ojos cristalinos.

—Lo prometo, hijo —sonrió con tristeza acariciando el rostro de su bebé—. Jin, ve con tata y dile que no se dañe a si mismo. Hijo, dile que busque una persona que lo ame mucho más que yo lo amé y lo amaré.

Jin asintió y volvió a abrazar a su progenitora y ella besó con ternura la cabellera de su bebé. Las lágrimas comenzaron a recorrer las mejillas del niño al sentir que ya era el último momento que abrazaría a su madre. Todos los años parecían pocos, los recuerdos parecían carecer en la cabeza de Jin.

El médico los veía con tristeza. Realmente quiso dejar a la familia estar juntos un poco más, pero el tiempo ya estaba contado. Ni el médico ni la madre querían que el pequeño presenciara como la mujer dejaba de respirar.

—Ve con tu padre, mi pequeño príncipe.

•••

Y fin de la cita.

¡Hola!

Clouds ☁️-Nammin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora