- Capítulo 5: Una Llama Multicolor-

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Era difícil no desear mirar atrás, no querer devolverse. Volver por su padre, por Neití, por su amigo de toda la vida, Valko. ¿Pero qué podía hacer? Sabía y tenía total conocimiento de los sueños proféticos que habían atormentado largamente a su mejor amigo, a veces les había sacado triunfantes de problemas y otras tantas habían tenido que sufrir las consecuencias de lo que ocurriría a pesar de saber muy bien ambos lo que pasaría. ¿Y si esta vez era lo mismo? ¿Y si Valko le había dicho que huyera para alejarlo de algo que había visto y temido decirle?

La luna en lo alto, el susurro del viento a su alrededor, no podía estar seguro de qué era lo que debía hacer. Su bestia gruñó y se colocó a la defensiva. Cuando Argas se percató ya era demasiado tarde, fueron rodeados por una docena de seres con lanzas, no eran del tamaño de los hombres de piel negra y se veían más bien escuálidos portando grandes máscaras con grandes ojos negros y todas ellas decoradas con un número sin igual de plumas, entonces una sola y brusca palabra cruzó la mente del joven fugitivo. Terceros...

La luna resplandecía alta en el cielo, se encontraba en su plenitud lo que llenaba el desierto con cierto resplandor plateado único en aquél mar de tinieblas que es la noche.

- ¿Qué estás haciendo? – preguntó de manera agresiva el hombre de piel ébano.

- No permitiré que nos maten –

- ¿Por qué mataríamos a alguien que salvamos de aquella criatura en el oasis? –

- Sé lo que harán, lo he visto –

- ¿Ves el futuro...? – Hubo una pausa mientras el líder de aquellos hombres intentaba comprender lo que acaba de oír - Entonces eres un hijo de Malgar, un miembro del clan del eclipse. El eclipse es día y noche; sol y luna; pasado, presente y futuro, todo ello en un mismo instante, era por ello que los miembros del clan del eclipse eran temidos, era por ello también que Malgar y sus hijos enfrentaron con la cara en alto su muerte, sabían que en el futuro habría paz y no sería el clan de la llama roja capaz de hacerla arder, no sería el clan de la llama roja él que reduciría a cenizas la paz de los hombres del mañana. Y también sabían de ti y de mí, sabían que nosotros nos encontraríamos en los días después de las grandes olas y seríamos capaces de traer la gloria de nuestra gente a éste nuevo mundo –

- ¿De qué estás hablando? –

- Mi nombre es Elir, hijo primero de Cactil, y por lo que veo tú debes ser Valko...-

- Último heredero de Malgar – dijo entonces el mismo joven aludido, Neití no pudo evitar dirigir una mirada al muchacho junto a ella y analizarle detenidamente, como si se encontrara buscando algo que otros no pudieran percibir.

- ¡NO! – Gritó entonces el anciano cruzando su Oldo entre ambos – Él no es... -

- ¿Hasta cuando le mentirás anciano? Se ve en sus ojos que lo sabía muy bien, de no haberlo sabido se habría sorprendido y nada en él ha cambiado. Valko, debo llevarte junto a mi padre, él sabrá qué es lo que tienes que hacer, nuestra gente tiempo atrás tendió la mano a tu familia, no dudo que podamos ser grandes amigos como lo fueron nuestros padres en los años anteriores a las grandes olas –

- Se nota que no conocías a tu padre Elir, si no sabrías bien que antes de ser amigos fueron grandes enemigos –

- La mano de tu madre era un tesoro muy preciado en aquellos años, los terceros hombres tenían para ellos las mujeres más bellas de cuantas hay entre las razas del mundo y una dama así sabía robar el corazón de cualquiera –

- No lucharemos por amor, pero de un modo u otro la lucha nos está destinada –

Elir hizo una semireverencia desde su bestia dentuda y descendió del animal, repitiendo aquello Valko y quedando ambos hombres de pies frente a frente.

Almas del DesiertoWhere stories live. Discover now