- Capítulo 7: Redes de Cristal-

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No era difícil precisar la hora desde la cima de la torre más alta perteneciente a Nueva Cactilia, tampoco lo era poder ver los primeros rayos del sol asomarse desde el oeste y perderse en el este. Allí fue donde la joven Neití contemplaba los más de un millón de libros que guardaba la gran biblioteca de cristal, debiéndose quizás a su altura o a su constitución cristalina otorgaba un refugio agradable a las grades temperaturas y a su vez el mejor lugar para iluminar a los hombres con el conocimiento del pasado. Fue en aquella biblioteca, de repisas colocadas en forma de caracol, que la joven Neití chocó de frente con un joven de piel negra, al mirarse ambos a los ojos sonrieron con timidez.

- Disculpa – dijo él, ella sólo se limitó a continuar con su papel de analfabeta, negando con la cabeza sonrojada y apartándose de inmediato del muchacho. No era la primera vez que le veía en aquella enorme biblioteca de cristal, pero le había incomodado enormemente el tenerlo tan cerca y de golpe.

Fue en esa huida que ella se topó con un ejemplar que le llamó inmediatamente la atención, pues en su portada tenía escritas las palabras "If kaleksa, Thun Nezhi er yer colosto" lo que en la lengua antigua quería decir algo similar a "Del reino caído, la ciudad de los Nezhis y la corona de hielo".

Una vez que abandonó la biblioteca con el libro prestado, avanzó a su habitación por el largo pasillo y al llegar cerró la puerta y la trancó con un mueble, llevaban más de una semana desde que llegaron hasta Nueva Cactilia y llevaba los últimos días sintiendo que la estaban asechando, la verdad era que aquella sensación no podía dejar de incomodarle. ¿Cómo podía sentirse bien en un reino desconocido con personas que parecían lucir sólo agradables máscaras para sus ojos rojizos? Se lanzó a la cama y comenzó a leer aquél inmenso libro.

Las primeras páginas eran una introducción; hablaban de un viajero llamado Nezad, perteneciente a los terceros hombres, que cruzó las arenas del desierto en los años inmediatamente posteriores a las grandes olas en un intento por interrelacionar el mundo antes de las grandes olas y después de éstas. Siendo así como encontró una antigua ciudad que mostraba los rastros de haber sido conquistada por las llamas de los primeros hombres pero que aún así resplandecía con el vigor de otro tiempo y la fuerza de los años antes de las grandes olas. Fue así que hubo de bautizarla como Thun Nezhi, la ciudad de los gatos, y en aquél libro se databan cientos de especificaciones respecto a su forma, apariencia, tipología de los Nezhi, comportamientos y conductas que hubo de llamarle la atención, fue así como escribió que a los Nezhis le gustaba que le acariciaran la nuca, produciendo un sonido peculiar, que si se sentían en confianza se recostaban sobre su espalda y dejaban al descubierto su pecho buscando así más caricias, también añadía un sinfín de diseños de estas criaturas que para Neití se traducía en algo completamente nuevo y desconocido. Eran pequeños, con un cráneo redondo y un cuerpo lleno de cabello, una larga cola y garras retractiles en sus patas, durante todo aquél día ella se mantuvo allí recostada mirando aquél inmenso libro con sus ilustraciones y dejando que en su mente corrieran un sinfín de alocadas ideas. Pero todo fue cortado de raíz cuando sintió de improviso golpe en la puerta de su habitación, se apresuró en coger la daga que guardaba bajo la almohada y escondiéndola bajo la manga se dispuso a correr aquél mueble que había colocado para cerrar y abrió la puerta, luego giró la perilla pero no había nadie, se asomó aún más y fuera de su habitación un silencio frío como el hielo.

Cerró la puerta y volvió a aquél libro, a pesar de tener un título vistoso en la lengua antigua gran parte de su contenido estaba escrito en la lengua común, finalmente rendida entre los brazos de la imaginación se dejó llevar por el dulce sueño imaginando aquél reino y aquellas criaturas sin igual.

Cuando despertó nuevamente fue el eco del golpe en la puerta y la voz de Atargas las que le hicieron levantarse perezosamente y dirigirse hasta ella. Al abrir vio como el guerrero empujaba dentro a un muchacho de piel negra y se mostraba completamente molesto.

Almas del DesiertoWhere stories live. Discover now