Criando a un Asesino

Viaje en Familia

Me encontraba impaciente, estaba esperando que mi hijo llegara para seguirle la pista a Church, lo cual me dio tiempo para pensar con sarcasmo: estaría viajando en el barco de los Asesinos por Dios sabe cuanto tiempo y quién me asegura que a la mínima provocación mi hijo o su tripulación no tratarán de arrojarme por la borda, buena idea Haytham Kenway, la mejor de tu ideas.

Justo cuando estaba a punto de ir a buscar un barco por mi mismo logré vislumbrar la túnica blanca de mi hijo.

- Padre.

-Llegas tarde Connor - lo "salude".

- Ya está todo listo, podemos zarpar ya.

- ¿Vamos entonces?

Comenzamos a caminar por el puerto y repentinamente sentí curiosidad por la clase de barco que tendría Connor. Hasta donde tenía entendido el único navío que había pertenecido a la Hermandad aún con vida era el Morrigan, que ahora era parte de la flota templaria.

¿De dónde habrá conseguido el viejo Achilles un barco?

- ¡Maestro Kenway! - tanto Connor como yo regresamos a ver a nuestras espaldas y me sorprendí de ver a Shay Cormac después de tantos años, pero este no era un muy buen momento, y mucho menos si Connor se entera de que Shay solía ser un Asesino antes de unirse a la Orden.

- Capitán Cormac - dije dando un asentimiento y sujetando la punta de mi sombrero, un código entre nosotros: "actúa como civil", con suerte no llevaba su vestimenta con la cruz templaria - ¿Ya regresó de su viaje? Espero que haya rendido frutos.

- Por supuesto señor, he encontrado las mercancías que tanto anhelaba. Regresé a penas ayer, pero mi tripulación y yo decidimos darnos un descanso en tierra firme - no sabría decir si Shay recordaba el código, o lo hacía como precaución por mi acompañante a quien veía con recelo y sorpresa - ¿Quién es este joven?

- Soy...

- Ah, disculpen mis modales - interrumpí a mi hijo quien me regreso la mirada con furia, ¿es que no tenían otra emoción esos ojos suyos? - Connor este es el capitán Shay Cormac, un excelente marinero. Capitán Cormac, este es mi hijo Connor.

Si no fuera por la situación, haytham me habría reído de la cara de Shay en ese instante. Pero logro recuperarse rápidamente.
- un gusto joven Kenway - dijo el templario menor extendiendo la mano al asesino.

Logré apreciar como la boca de Connor se retorcía en una clara muestra de desagrado, tal vez porque odiaba el contacto físico...

- Solo Connor gracias - o tal vez otra cosa. Al parecer a mi hijo no le gustaba usar el apellido de su padre, entendible dadas las circunstancias.

Shay bajo su mano después de un momento al darse cuenta que Connor no devolvería el saludo. Se formo un pesado silencio entre los tres hasta que se me ocurrió una idea que tal vez lograra que mi hijo por fin viera su error y se uniera a la causa templaria.

- ¿Capitán Cormac está disponible su barco?

- El Morrigan siempre estará listo para usted señor.

- Entonces nos ayudaría una mano, tenemos algunos negocios en Martinica.

- Por supuesto, ya pueden venir mi tripulación estará lista en menos de un parpadeo.

- Pero mi bar...

- Connor confió bastante en las habilidades del Capitán Cormac, además el Morrigan es una nave formidable.

- Bien - escupió Connor, ¿por qué no puede hacer nada de lo que le digo sin refunfuñar? - Iré a avisar a mi tripulación.

Y se fue dejandonos a Shay y a mi solos.