VI. Hacia DoorDash

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Había llegado temprano, más temprano de lo usual.

Ordenó los recibos del día anterior, acomodado según la urgencia los pendientes del señor Uchiha,  preparado su café de grano,  negro y sin azúcar como le gustaba, incluso ya  tenia listo el café del idiota de Boruto. Esperaba junto al ascensor, lista para tomar el fian impermeable color oscuro que Sasuke usaba cuando el día amanecía lluvioso. 

Se sentía lista. Las palabras que Naruto le había dedicado antes de regresar a la oficina no habían dejado de resonar en su cabeza todo el fin de semana: "Ten paciencia Sarada, se que Sasuke es una persona difícil de tratar, pero hasta él puede reconocer a una persona capaz e inteligente,  definitivamente no me equivoque contigo. Yo tengo fe en ti ".  Y claro que no se había equivocado, después de todo ella era una Haruno, como su madre.  

Escucha el agudo tintineo del ascensor que anuncia su pronta llegada, las puertas se abren y como cada Lunes Sasuke Uchiha desciende tan pulcro e impávido que quita el aliento, aunque esta vez no carga con su molesto accesorio de pelo rubio que Sarada tanto odia, solo es él con el Fian que ella previo jaspeado con una que otra gota de lluvia. 

-Buenos días. -Dice, descolocando a quien de repente se siente cual gatito deslumbrado por las luces de un auto en medio de una avenida. Todo el control que pensó tenia de la situación se va por la borda, y el mayor, consciente de la descolocada joven se apresura a añadir un: "Boruto ha luxado un tendón, no lo tendremos por unos días"

Y Sarada cree que Dios existe, incluso se disculpa mentalmente por haber dudado de él. <<Sin-Boruto>> repite para sus adentros, y casi quiere saltar de felicidad.  

-El chico no podría haber escogido peor día. -Continua el señor Uchiha, avanzando a grandes y elegantes zancadas por la oficina hasta su escritorio, abriendo el primer cajón de este con una mano, extrayendo un fajo de papeles empacados en carpetas azules con el logo de la empresa y con la otra tomando su cafe. - Ha llamado uno de los empleados del señor Zhao, un socio chino, ha contratado nuestra empresa por años para que llevemos sus finanzas y nos encarguemos de mover su mercancía a Europa y África. Van a operarlo en tres meses y quiere dejar todo listo para poderse recuperar... -la chica no ha esperado a que él termine de hablar, ya se halla a su lado, le ha quitado los papeles de las manos y ademas ha tomado los pendientes del día.  

-Justamente esta mañana imprimí un correo de su asistente, vendrá su esposa a la reunión y no él ya que su doctor le recomendó no viajar.- Y Sasuke no lo dice, más esta impresionado. En ese momento puede ver parte de la determinación en sus ojos de la que le ha hablado Naruto desde que la empleo "Es una chica muy capaz, inteligente, con esa mirada en sus ojos... se parece a ti." 

-De acuerdo, vamos. 

Dice, con su usual tono y su imperturbable porte, le ha extendido el café que ella había preparado para Boruto y han salido de la oficina. Caminando tras Sasuke, viendo no más que su espalda se pregunta si acaso tiene esposa e hijos, porque ahí, de pie, se ve tan solo...

-Sarada, cuando subamos al auto necesito que llames al inversionista Darui, teníamos una cita a las dos pero no se cuanto duré esta reunión,  habíamos planeado un almuerzo con él, así que también necesito que busques una reservación en DoorDash...

-¿Door Dash...? Nota que lo ha dicho y no pensado por la ceja arqueada y la aprensiva mirada por parte del señor Uchiha. -Yo solo... eso es... 

-¿Informal para una reunión de negocios? -Ni ella podría haberlo dicho mejor, una sonrisa altiva se figura sin querer, Sasuke resopla en respuesta. -Tienen buenas hamburguesas. Dice, bufando. 

Cuando bajan al primer piso a través del elevador, el señor Uchiha dice algo acerca de no haber aparcado el coche en el estacionamiento sino frente a la empresa para no perder tiempo, pasan por la recepción, la mayoría de los empleados saludando al Uchiha,  y ahí puede ver la otra cara de Sasuke, la que conocía desde afuera, un jefe capaz, fuerte y respetable. 

Lo pensó a fondo, y la resolución le resulto devastadora. Su madre también era una persona dedicada al trabajo, no recordaba la ultima vez que salio con alguien. ¿Acaso debía escoger entre su carrera profesional y la soledad? Una rayo de luz mientras las nubes chocaban y se acomodaban le recordó que siempre hay dos caras de la moneda, era cierto que  Sasuke era un hombre frió y calculador, pero, Naruto era totalmente opuesto. 

Solo cuando unas cuantas gotas de lluvia cayeron sobre su rostro se percato de que a pesar del sol aun llovía, así como que olvido tomar su chaqueta de la oficina, esperaba que la delgada tela del suéter que su madre le regalo en la navidad pasada resistiera la brisa mientras cruzaban la calle. Ante un auto que amenazaba con mojar sus papeles, se detiene en seco dispuesta a acomodarlos en la carpeta, sin embargo Sasuke no lo nota pues había estado caminando con celular en mano. Al chocar la cabeza en su espalda, Sasuke gira sobre sus talones, la escuadriña por lo menos tres segundo y se acerca. 

Sube su gabardina por sobre su cabeza para cubrirlos a ambos de la lluvia y le indica que avance, terminan cruzando la calle juntos, secos y sin un papel fuera de lugar. 

Una parte de aquella acción le recuerda la vez en la que Sakura y ella salían de un McDonald cuando tenia seis años, la habían ascendido a doctora base y fueron a celebrar, llovía y su madre había tenido exactamente el mismo gesto. Juntas, habían sido suficiente la una para la otra, amaba a su madre, no se cansaba de decirlo. 










ICONIC DAD'dy ||Sasusaku A.U||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora