Capítulo 9 "¿A salvo?"

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Error

Mientras sus manos rozaban mi piel sentí que el corazón me latía con fuerza. Sin importar cómo le mirara o cuánto tiempo pasara, no olvidaría que me había traicionado.


Por el rabillo del ojo vi como Nigthmare y Ccino salían tomados de la mano. Si bien eso era un poco molesto para mí, no mencione que se iban. ¿Qué podía ganar yo con eso? En lo que respectaba a robar el corazón de Ccino, ese enano azabache me había ganado. Y yo no podría hacer nada con respecto a ello.

Apreté entre mis dedos las sábanas y mis dientes. Me dio la sensación de que quería volver el estómago, pero en realidad, yo no había probado bocado desde... ¿desde qué día?

–Pero no puede ser...– susurro Blue, sentándose en el suelo mientras se cubría la cara con las manos, desde aquí podía verle sollozar –Mi padre...

Sentí que el estómago se me encogía. Era una sensación a la que ya había empezado a acostumbrarme después de tanto tiempo de sentirla en esta última semana.

Tanto había cambiado. Todo había cambiado. No se trataba solamente de que Ccino hubiese preferido a otro antes que a mí, se trataba de que había descubierto que mis padres habían muerto por la mano de mi tío, aquella persona a quién habría, a quién había confiado mi vida hasta apenas hace un par de días.

Lo odiaba.

Odiaba a Gaster como jamás había odiado a nadie en mi vida. Era el ser más repugnante que había pisado la tierra... y Geno. Mi estúpido hermano menor y yo jamás sospechamos de él.

Pero... ¿qué lógica tenía mantenernos a ambos a su lado si al final quería matarnos? El tan solo querer pensar que podía haber tratado de querernos luego de lo que me hizo, me enfermaba.

Y ahora yo estaba aquí, oyendo a Blue sollozar y a Ink hablarle en voz compasiva. Mientras Nigthmare y Ccino se iban a quién sabe dónde, y mientras Geno podía regresar en cualquier momento a la casa, mientras yo apenas podía sentarme sin sentir tanto dolor en la herida que había causado la bala.

–Tranquilo. Nadie te puede culpar por no darte cuenta– dijo Ink con voz seria –No pasa nada.

Lo mire con desdeño en los ojos. ¿Cómo podía decir eso? Bueno, a él no le habían tirado un piano en la cabeza, ¿verdad? Blue apretaba sus rodillas contra su pecho, rodeándolas con los brazos y escondiendo la cara para poder llorar en paz. No parecía escuchar nada de lo que decía Ink.

–No... ¡No puede ser que no me haya dado cuenta de nada! ¡Ni siquiera cuando golpeo a Ccino en mi propia casa! ¡Soy un idiota!

–No, no eres un idiota...

– ¿Quieres callarte de una vez?– le dije a Ink y él se giró a verme, herido –Blue, no tienes la culpa de nada, no seas ridículo. Y tú, déjalo en paz. Aléjate de él, aléjate de todos nosotros.

Ink, que estaba hincado mientras hablaba con Blue, se puso de pie lentamente. Me miro serio, con un ligero gesto molesto.

–Estoy de su lado, Error.

Lance un gruñido al ver con cuánta hipocresía me hablaba, como si no hubiera hecho nada y ahora se sintiera completamente herido.

–No parecías estar de nuestro lado cuando me disparó.

–Estuve de tu lado para curarte y traicionar a Gaster.

Lo miré con más coraje todavía.

–Sabías lo que quería hacernos... y me traicionaste al no decirme nada.

Remember meWhere stories live. Discover now